Ant¨ªa Cal, luz de las aulas en tiempos de Franco: ¡°Seremos cada vez m¨¢s cultos, dignos y humanos¡±
La pedagoga gallega que implant¨® m¨¦todos revolucionarios en los a?os 60 falleci¨® casi centenaria sin perder la fe en el poder de la ense?anza para cambiar el mundo
¡°La ropa de dentro, pegada al cuerpo, y los calcetines, debe cambiarse a diario, y si no, tan pronto est¨¦ sobada, sin aguardar a sucia. Cuando se trabaja el campo o se ayuda en otras labores se pone sucia muy f¨¢cil, y si no se puede cambiar mucho por no tener repuesto, hay que hacerlo siempre que se pueda. Conviene que sea blanca, sin tintes¡±. Ant¨ªa Cal (La Habana, 18 de abril de 1923-Meira, ayuntamiento pontevedr¨¦s de Moa?a, 30 de marzo de 2022) ten¨ªa gran esperanza en que el progreso redimi...
¡°La ropa de dentro, pegada al cuerpo, y los calcetines, debe cambiarse a diario, y si no, tan pronto est¨¦ sobada, sin aguardar a sucia. Cuando se trabaja el campo o se ayuda en otras labores se pone sucia muy f¨¢cil, y si no se puede cambiar mucho por no tener repuesto, hay que hacerlo siempre que se pueda. Conviene que sea blanca, sin tintes¡±. Ant¨ªa Cal (La Habana, 18 de abril de 1923-Meira, ayuntamiento pontevedr¨¦s de Moa?a, 30 de marzo de 2022) ten¨ªa gran esperanza en que el progreso redimiera el pa¨ªs atrasado que encontr¨® al volver de la emigraci¨®n con su madre y sus hermanos. Estudi¨® Magisterio y Filosof¨ªa y Letras en Santiago y continu¨® form¨¢ndose como pedagoga en Europa durante d¨¦cadas, decidida a ayudar a los ni?os de la dictadura a despegar, escapar de las tinieblas, tocar la luz. Tras su reciente muerte, ya casi centenaria, Galicia llora la p¨¦rdida de su educadora revolucionaria, que se adelant¨® a su tiempo instaurando m¨¦todos de ense?anza pluriling¨¹es y abiertos, radicalmente ajenos al adoctrinamiento franquista. Es necesario ¡°aprender a pensar, cavilando en lo que se lee, para saber hacer un juicio adecuado de las cosas¡±, recomendaba a sus pupilos.
Daba igual que describiese el origen de la Tierra; los fen¨®menos atmosf¨¦ricos; el panorama pol¨ªtico de la URSS, de Alemania, de las islas del Caribe; la flora y la fauna; las enfermedades que entonces a¨²n mataban a miles de infantes en Espa?a o las vacunas llamadas a evitarlo. Siempre intercalaba cuentos, poemas y grandes dosis de humanidad porque sab¨ªa que lo que no atrajese ¡°espont¨¢neamente la atenci¨®n¡± del ni?o era ¡°poco pr¨¢ctico y contrario a la pedagog¨ªa¡±. As¨ª que al explicarles los gases del aire, les hablaba de las ruedas de los coches, de los cohetes de las fiestas, de los veleros y el vuelo de los p¨¢jaros, del sollozo de la gente ¡°cuando est¨¢ triste¡±. Y al contarles las guerras mundiales, la segunda a¨²n reciente, les comentaba que hab¨ªa tierras ¡°habitadas por razas muy diferentes, con idiomas y culturas propios, luchando cada una por ser libre y otras m¨¢s fuertes por avasallarlas y conseguir m¨¢s dominio¡±.
¡°Lo cierto es que todos los hombres y mujeres del mundo sienten el dolor, el hambre, padecen enfermedades, tienen sus hablas y sus cantares. Y debemos procurar por encima de las diferencias sentirnos hermanos y ayudarnos los unos a los otros¡±, insist¨ªa Ant¨ªa Cal a los peque?os en O libro dos nenos, la enciclopedia infantil en gallego con la que gan¨® el concurso del Lar Galego de Caracas en 1955, una obra que qued¨® in¨¦dita, guardada en un caj¨®n hasta que hace cuatro a?os la Diputaci¨®n de Lugo decidi¨® publicarla.
En 1961, Cal fund¨® en un bajo del centro de Vigo la Escuela Rosal¨ªa de Castro, laica, mixta, biling¨¹e al 50% en las aulas (castellano e ingl¨¦s) y triling¨¹e fuera de ellas, porque al gallego todav¨ªa se le cerraban las puertas de clase. Varias familias de la burgues¨ªa industrial de la ciudad matricularon a sus hijos atra¨ªdas por la ense?anza de inspiraci¨®n anglosajona, y esto sirvi¨® de parachoques frente a los controles del r¨¦gimen. Al principio hab¨ªa solo tres profesores y unos 40 ni?os, pero enseguida el colegio necesit¨® m¨¢s espacio y cambi¨® de sedes hasta llegar a la actual ubicaci¨®n en el barrio de Bembrive. Por la ma?ana, en sus clases, los alumnos le¨ªan la prensa, y a veces bajaban al puerto a entrevistar a marineros, o visitaban el campo para conocer por s¨ª mismos los problemas de los labriegos. Los estudiantes la tuteaban. Y todos la llamaban Tita.
En el Rosal¨ªa, con el tiempo, cada aula nueva fue bautizada con el nombre de un personaje admirado por la fundadora, desde Bertrand Russell a Marie Curie, desde Castelao a Maria Montessori, desde Alexandre B¨®veda (m¨¢rtir del galleguismo asesinado en el 36), Pit¨¢goras o Concepci¨®n Arenal hasta una larga colecci¨®n de escritores, pensadores, artistas, empresarios y cient¨ªficos que marcaron la historia de Galicia. Seg¨²n contaba su amigo Xos¨¦ Neira Vilas ¡ªautor de Memorias dun neno labrego, el gran best seller gallego¡ª, en su d¨ªa Tita tambi¨¦n cre¨® las aulas Nelson Mandela y Che Guevara, como iconos de la lucha ¡°por la justicia social¡±. A medida que los cr¨ªos iban subiendo cursos, cada a?o profundizaban en la figura hist¨®rica que daba nombre a su clase.
En sus lecciones de Geograf¨ªa, Cal contaba cosas fant¨¢sticas. Les aseguraba a los peque?os que a diferencia del campo gallego, en Estados Unidos hab¨ªa m¨¢quinas para casi todo, y que en las casas hab¨ªa cocinas el¨¦ctricas, neveras, ingenios limpiadores que hac¨ªan ¡°brillar el suelo¡±, calefacci¨®n y hasta unos aparatos que llamaban de aire acondicionado, que refrescaban ¡°sin echar viento¡±. Trataba de despertar en ellos el deseo de mejorar su vida presente, pero no dejaba de advertirles de que la felicidad se esconde en cualquier parte: ¡°no olvides que la alegr¨ªa de vivir no es patrimonio de nadie; puede encontrarse en las grandes cosas y entre las m¨¢s humildes¡±, escrib¨ªa a los peque?os en esa joya de enciclopedia infantil, de casi 400 p¨¢ginas, con la que pretend¨ªa transmitir a los menores un sentimiento de pertenencia al mundo, como unidad, como planeta.
¡°Lo que interesa, sobre todo, es que t¨² cogieras apego a tus semejantes, y aprendas a respetar a los hombres, a los animales y a las plantas como a ti mismo¡±, se desped¨ªa la educadora al final del volumen. ¡°Nuestra tierra se beneficiar¨¢ del progreso del mundo [...] debe mejorar y mejorar¨¢¡±, auguraba esperanzada. ¡°Bien utilizados, los inventos [...] borrar¨¢n las diferencias de clases y seremos cada vez m¨¢s cultos por disponer de comodidad y tiempo libre para el estudio, y por tanto m¨¢s dignos y humanos¡±.
Ant¨ªa Cal falleci¨® a finales de marzo, a pocas semanas de celebrar los 99 y solo dos d¨ªas antes de la fecha en la que se cumplir¨ªa el 54? aniversario de la muerte de su esposo, el olfalm¨®logo Ant¨®n Beiras, galleguista de izquierdas en tiempos de Franco, inventor del Vigoscopio, un aparato para tratar el estrabismo. Ant¨ªa y Ant¨®n compart¨ªan inquietudes y en un viaje de dos meses por Europa, en los a?os 50, en el que ella lo acompa?aba en sus estudios sobre la vista, Cal recal¨® en un museo de pedagog¨ªa en Ginebra. Hab¨ªa un catedr¨¢tico jubilado que se dedicaba a catalogar el legado de Johann Heinrich Pestalozzi, una de las fuentes de la pedagog¨ªa ilustrada de las que beb¨ªa la educadora gallega. El catedr¨¢tico le pregunt¨® cu¨¢ntos a?os ten¨ªa su hijo (el mayor de cuatro que tuvo, Hixinio Beiras). ¡°Cinco¡±, le respondi¨® ella. ¡°Pues ya le pas¨® el sol por la puerta¡±, sentenci¨® el profesor suizo. Ant¨ªa Cal siempre contaba que fue por esa frase que, despu¨¦s de fundar su colegio en Vigo, abri¨® las aulas para los ni?os de tres a?os. El catalogador de Pestalozzi, adem¨¢s, la puso en contacto con una pedagoga que trabajaba para la Unesco en Par¨ªs y de ah¨ª lleg¨® a otros c¨ªrculos de la ense?anza en Europa. Despu¨¦s de fundar el colegio, viaj¨® asiduamente a Barcelona para seguir prepar¨¢ndose con el colectivo Rosa Sensat.
¡°Es preciso brincar, subir a los ¨¢rboles y nadar¡±
Inspirada por su esposo m¨¦dico, Tita daba espacio a la salud en sus lecciones. Hoy, algunas pueden parecer superadas, pero otras no tanto. ¡°Es tan importante cuidar bien de la piel como del coraz¨®n o del est¨®mago¡±. ¡°Si eres de la monta?a procura visitar las playas ocho o m¨¢s d¨ªas cada verano¡±. ¡°Las paredes de las casas, sin agujeros y bien pintadas de cal. Si no bastara, darles preparados contra la bicher¨ªa, pero la limpieza de la gente y el fregado y el pintado son siempre necesarios¡±. ¡°Los mozos de las ciudades deben huir de estar largo tiempo en los caf¨¦s, entre humo de tabaco y bebidas de alcohol. Deben hacer deporte, subiendo a los montes, procurando amar el paisaje, respirando el aire puro [...] Llevando de compa?ero y amigo un libro¡±. ¡°Si una m¨¢quina deja de trabajar, se oxida y cuesta ponerla en marcha. Al cuerpo le pasa igual: es preciso hacer ejercicio, correr, brincar, subir a los ¨¢rboles y nadar¡±. ¡±As¨ª se podr¨¢ criar una raza fuerte de cuerpo, grande de esfuerzo y con el esp¨ªritu lleno de anhelos¡±.
¡°De cuantas enfermedades acechan al hombre, la peor es la tuberculosis. Se dice que m¨¢s del 80% de nuestras vacas la padecen, lo que en los tiempos actuales es gran verg¨¹enza y se?al de atraso para nosotros. La culpa est¨¢ en la falta de cultura, de higiene, de cuidados adecuados para el ganado¡±.
A Tita los ni?os nunca la decepcionaron. Sigui¨® creyendo eternamente en el poder de la pedagog¨ªa para resucitar aldeas y mejorar las ciudades, para criar adultos libres, capaces de cambiar el mundo. A los 89 a?os, cuando acudi¨® a recoger el premio Trasalba, uno de los galardones que reconocieron su trabajo en el ¨²ltimo trayecto de la vida, la educadora rompi¨® a llorar durante su discurso ante el conselleiro de Educaci¨®n de la Xunta. Hablaba de los recortes y de las decisiones pol¨ªticas que llevaban a la muerte masiva a las escuelas rurales.