Ant¨ªa Cal, y punto

Es de mala educaci¨®n explicar qui¨¦n es Ant¨ªa Cal. ?ltimamente han sido frecuentes los homenajes y la han entrevistado en prensa y televisi¨®n. La conocimos mejor con su libro de memorias, Este cami?o que fixemos xuntos, y tambi¨¦n podemos disfrutar de ella en Internet, hablando con unas estudiantes en su casa de Moa?a, en una reciente entrevista televisiva, haciendo el discurso de agradecimiento en el homenaje que le hizo el Concello de Vilalba (?imperdible!), en las declaraciones a Soledad Ant¨®n, en lo que dicen de ella Fernando Franco, o Gloria Lago. Haces un click en el ordenador y Ant¨ªa Cal emerge en todo su esplendor. S¨®lo hay que leer, ver, escuchar¡­ Por eso no har¨¦ el relato cronol¨®gico de una dama que pronto recibir¨¢ el Premio Trasalba, que ya tiene el Pedr¨®n de Ouro, que le da nombre a una calle de Lavadores y a un mont¨®n de colegios por toda Galicia, que fue nombrada Viguesa Distinguida y Chairega de Honra, y que no se entiende por qu¨¦ no ocupa ya un sill¨®n en la Real Academia Galega o no ha recibido todav¨ªa la Medalla Castelao, pero m¨¢s bien porque as¨ª se honrar¨ªan la Academia y la Xunta.

Entonces, parafraseando a Celso Emilio, dir¨¦ de ella lo que me apetece, lo que me gusta y quiero, y me la gana, porque la conoc¨ª hace ya m¨¢s de treinta a?os, cuando mi hija y mi hijo fueron al colegio que hab¨ªa fundado y dirig¨ªa. Me debat¨ª entre enviarlos a un colegio p¨²blico o al nombrado Rosal¨ªa de Castro, pero opt¨¦ por una educaci¨®n en valores y con valores: espirituales, intelectuales y econ¨®micos. La educaci¨®n en un ambiente galegofalante y respetuoso con la identidad y la Historia de Galicia fue un alimento para el esp¨ªritu. El sistema pedag¨®gico de vanguardia que m¨¢s que a memorizar ense?aba a pensar, a tener criterio propio, era de lo m¨¢s notable desde un punto de vista intelectual. Y el conocimiento del ingl¨¦s desde la ense?anza infantil supon¨ªa un innegable valor econ¨®mico, tan ex¨®tico entonces como hoy. Ant¨ªa siempre se lo atribuye al magisterio de Pestalozzi y a Sensat, pero ella fue quien implant¨® una aut¨¦ntica educaci¨®n integral para la ciudadan¨ªa.

Me inspira afecto especial por ser hija de la emigraci¨®n a Cuba donde escuch¨®, en casa, las historias del Muras matricial y en la calle los versos de Mart¨ª. Porque conoci¨® a Concepci¨®n Arenal en el Centro Gallego de La Habana, porque vivi¨® en el mismo barrio donde yo me cri¨¦ en aquella Ciudad de las Columnas de Carpentier y Cabrera Infante. Porque fue una de las primeras universitarias. Por ser valiente hasta para amar a su Ant¨®n Beiras del alma. Por querer, y conseguir, autonom¨ªa econ¨®mica cuando era una excentricidad para una se?ora de bien.

Ant¨ªa Cal, flor montesa, a las puertas de los dos noventa, es modelo en las pasarelas de la ¨¦tica, en el muestrario de las que crean tendencia. Queremos imitarla o seguir hasta donde nos den las fuerzas. Ella est¨¢ en el top ten de las m¨¢s deseables por una exacta combinaci¨®n de lo emocional y lo racional. Por la mirada expresiva que s¨®lo con un aleteo enamora o coh¨ªbe. Porque explica emocionada una ecuaci¨®n o una pel¨ªcula de Chaplin. Y porque es un ejemplo de belleza en madurez, dign¨ªsima, en su lugar, haciendo frente al paso de los a?os sin aspavientos y sin miedo.

Por todo eso: porque es soberana de s¨ª misma, aprendo de ella que cuando te sientes verdaderamente libre puedes hacer cesi¨®n de soberan¨ªa y compartir tu libertad con quien y como quieras.