Cosm¨¦tica rara para hacer frente la desidia hogare?a
Anabel V¨¢zquez y Mar¨ªa Mart¨ªnez, fundadoras de la web de belleza Laconicum, buscan hacer el confinamiento m¨¢s f¨¢cil gracias a su consultorio y sus productos, raros y apetecibles
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En estos d¨ªas raros, de confinamiento, de ch¨¢ndal en casa y duchas no siempre diarias (confiesen...), qu¨¦ preciados son los peque?os placeres. M¨¢s que nunca. Una pastilla de jab¨®n ante la que no haya que resoplar por en¨¦sima vez. Una vela que tranquiliza. Un cepillo de dientes que de verdad apetece coger (ese s¨ª, a diario). O, ya para iniciados, esa cremita que dijeron que se echar¨ªan cada noche y ante la que ya no hay excusa.
Anabel V¨¢zquez y Mar¨ªa Mart¨ªnez llevan ocho a?os poniendo de su parte para esos momentos. Para eso fundaron Laconicum. Un peque?o proyecto que naci¨® de un encuentro casual en un tren y que fue engordando hasta convertirse en una empresa con ocho trabajadores y que no para de crecer: siempre en Chamber¨ª, siempre en Bravo Murillo, las oficinas se les van quedando peque?as y ya van por la tercera mudanza. Todo a base de ir incorporando marcas desconocidas o especiales a un cat¨¢logo que en su d¨ªa fue peque?o y que ya cuenta con decenas y decenas de referencias; solo en hidratantes faciales ofrecen medio centenar.
Laconicum tiene una particularidad: las marcas m¨¢s especiales, la ayuda para comprarlos, la atenci¨®n exquisita... online. No tienen tienda f¨ªsica ni se la espera. ¡°No nos atrae nada¡±, explica Anabel V¨¢zquez por videoconferencia. ¡°Es un negocio completamente diferente al nuestro. Hacer encuentros con clientes, tiendas ef¨ªmeras, s¨ª. Seguiremos coqueteando con espacios que nos gustan. Pero nuestra forma natural de comunicaci¨®n es online, es nuestra forma de estar presentes. Somos pantallitas¡±, confiesa.
Y ser ¡°pantallitas¡± es lo que estos d¨ªas les est¨¢ permitiendo seguir con vida. El BOE casi, casi se lo impide, como les impidi¨® celebrar, el pasado d¨ªa 15 de marzo, un hito: ese octavo cumplea?os. Sufrieron tambi¨¦n el pasado domingo, cuando se limitaron a¨²n m¨¢s las actividades no esenciales. Pero llegaron el anexo, las excepciones y el art¨ªculo 24. No tiene obligaci¨®n de cesar su actividad las empresas ¡°que trabajan en la distribuci¨®n y entrega de productos adquiridos en el comercio por internet, telef¨®nico o correspondencia¡±. Y ellas siguen, con todos los permisos, todas las cautelas. Sus pedidos los prepara una sola persona durante cuatro horas, tres d¨ªas por semana.
¡°La gente quiere refugiarse en este tipo de productos¡±, reflexiona V¨¢zquez. ¡°Pasado el shock buscas formas de normalizar tu vida, de anclarte a la previa. Son rituales placenteros que nos recuerdan que estamos vivos. Lo percibimos, que la gente tiene ganas de sentirse bien, de cuidarse¡±, explica. Es hacer una pizca mejor la rutina, ahora que no es tan rutinaria. ¡°Que el gel de ducha te haga un poco de ilusi¨®n¡±, cuenta Mar¨ªa Mart¨ªnez con sencillez. ¡°Si est¨¢s bien, en casa y no tienes alrededor grandes dramas".
El maquillaje ha parado de dispensarse. Suben los b¨¢sicos, ¡°como el gel: la gente est¨¢ buscando el microplacer en rituales cotidianos, en ducharte, echarte un desodorante, una crema que te apetezca¡±, cuenta Mart¨ªnez. Repuntan las velas, los productos infantiles o, con el tiempazo de la semana pasada, los solares. ¡°La cosm¨¦tica que se compra ahora es intimista, del placer personal o de la distancia corta con quien tengas en casa. Que huelan bien el ba?o, las s¨¢banas. Todo ese peque?o regusto de microplacer¡±, relata V¨¢zquez. Y tambi¨¦n los perfumes, aunque sea para estar en casa con el ¨¢nimo subido. O algo tan mundano como las cremas para las piernas, intentando evitar la pesadez de las horas de silla.

En una ¨¦poca en la que la vida social est¨¢ en los juegos de mesa y las videollamadas, estas dos empresarias intentan aportar con algo tan simple y complejo a la vez como el bienestar. ¡°La cosm¨¦tica interact¨²a con esas nuevas rutinas, desgraciadamente nuevas. Nadie escapa a ella, ni el que quiera escapar. Hasta el m¨¢s descuidado, hasta la persona extremadamente m¨ªnima, se ducha. Se lava los dientes. Por eso nuestra web tiene muchas capas. Para iniciados pero tambi¨¦n para gente que es simplemente curiosa. Hay sitio para todos esos p¨²blicos, para todas esas personas¡±, afirma Anabel V¨¢zquez.
Las lac¨®nicas tambi¨¦n dan consultorio, ayuda y recomendaciones. Correos, un chat, una cuenta de Instagram con 40.000 seguidores... La gente busca gu¨ªas, m¨¢s en estos tiempos. La pregunta m¨¢s repetida estos d¨ªas: ¡°Si seguimos enviando¡±. Pero tambi¨¦n las sugerencias salen de ellas. ¡°Somos muy conscientes de la situaci¨®n en la que estamos¡±, explican, serias. ¡°No nos parece bien promocionar los productos m¨¢s caros. Hay que estar conectados con esa sensibilidad. Es un momento tremendo, somos privilegiados, pero hay mucha gente en situaciones dif¨ªciles, perdiendo su empleo...¡±. Por eso su reto es generar ese peque?o placer, para todos: ¡°Es lo ¨²nico que podemos hacer. Nuestra peque?a misi¨®n, nuestra peque?a trinchera¡±.
Al principio, cost¨® arrancar. ¡°Los cuatro primeros d¨ªas fueron de shock total, muy parados. Pero ahora, mientras tengamos un m¨ªnimo de pedidos que nos ayuden a cubrir, estamos content¨ªsimas¡±, relata Mart¨ªnez. Han tirado por la borda cifras de venta, previsiones y tablas de Excel. Solo hay una misi¨®n: ¡°Que todo el equipo siga. Que cuando esto termine volvamos los mismos a la oficina¡±. A esa oficina, luminosa y perfumada de Bravo Murillo, a esa escalinata gris del portal, a seguir investigando los bares y las fruter¨ªas de Chamber¨ª. Y pronto. Para poder celebrar, con otras velas, el cumplea?os atrasado.
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