(Des)Confinados en la periferia
Un diccionario de los conceptos que describen la cuarentena y una subasta art¨ªstica para ayudar a quien lo necesita son algunas de las iniciativas que surgen en distritos como Carabanchel y Usera
Madrid no es la Gran V¨ªa. Esto es una obviedad que a veces no viene mal recordar, porque cualquier cosa que ocurra en esta calle es susceptible de meterse en el sal¨®n de una familia de Palencia mientras cena viendo el Telediario. Y as¨ª, en estos m¨¢s de 50 d¨ªas que han pasado desde que se decret¨® el estado de alarma, las im¨¢genes del centro de la capital despoblado o con los paseantes de rigor a las horas de rigor han dado la vuelta a Espa?a varias veces. Pero ese no es el retrato exacto de lo que ocurr¨ªa en otros barrios. Mis ventanas dan a una de esas calles que vertebra uno de los distritos de la periferia. Ya se sabe, la avenida de la Albufera en Vallecas, Bravo Murillo en Tetu¨¢n o General Ricardos en Carabanchel. Y desde ah¨ª, he podido observar como la vida (m¨¢s lenta y escasa, claro) ha seguido goteando, que no fluyendo. Siempre hab¨ªa un vecino que sal¨ªa a algo o una se?ora paseando a un perro o alguien que se acercaba al centro de salud¡
Madrid es sus barrios y en sus barrios, obvio, hay gente pa¡¯to. Gente que observa el momento hist¨®rico ¨Ds¨ª, sin miedo a banalizar el calificativo¨D y le pone im¨¢genes y palabras. Esto ha ocurrido en dos distritos vecinos del sur de la ciudad: Usera y Carabanchel. Bueno, en realidad ellos ponen el germen y luego los tallos empiezan a expandirse sin l¨ªmites hacia ambos lados de la M-30, M-40¡ Es f¨¢cil, se dice que las palabras se las lleva el viento y as¨ª ha ocurrido. Pero esta vez no las ha arrastrado lejos para olvidarlas. Esta vez se han expandido como esporas: ahora estamos confinados, aunque empezando el desconfinamiento en este momento de desescalada de una cuarentena que ya dura m¨¢s de 40 d¨ªas, en la que por fin podemos salir a pasear con un conviviente. ?Cu¨¢ntos palabros que antes o no us¨¢bamos o no exist¨ªan! En febrero (ni antes) nadie desescalaba, en todo caso: descend¨ªa. Las cuarentenas sonaban a latitudes y tiempos lejanos. Los paseos ten¨ªan otra connotaci¨®n y no digamos ¡°sacar al perro¡±, o la palabra ¡°vecino¡±, ?o ¡°balc¨®n¡±! Si hasta se han creado nuevos conceptos que todos entendemos sin que hayan pasado por el aprobado de ninguna academia. ?Qui¨¦n no sabe lo que es un polic¨ªa de balc¨®n?
¡°Quiz¨¢ en el futuro sea obligatorio que todas las casas tengan terraza¡±, juega a adivinar Miguel D¨ªaz, un vecino de Tetu¨¢n, que estudi¨® Arquitectura pero ahora prepara oposiciones para profesor de secundaria. ?l ha participado en el Diccionario de las Periferias Confinadas, iniciativa que surgi¨® de Carabancheleando ¡ªun proyecto de investigaci¨®n colectiva sobre periferias urbanas¡ª, en la que ser propone hacer un glosario de palabras y conceptos que surgen cuando la cotidianeidad salta por los aires. ?Ser¨¢ esto sin¨®nimo de nueva normalidad?
D¨ªaz ha resignificado las palabras ¡°callej¨®n¡±, ¡°callejuela¡±, ¡°traves¨ªa¡± y sus similares: ¡°Son restos indefinidos esperando una mano de pintura, un ¨¢rbol, limpieza o simplemente de darnos cuenta de que existen. El origen o su explicaci¨®n son normativas, a veces implacables a veces retorcidas. Son necesarias para ventilar, que llegue el sol, entrar al garaje, a un portal escondido o son testimonios de otros edificios y otras vidas anteriores. Pero estas grietas, desde que no podemos salir a la calle se han convertido en nuestra ¨²nica y necesaria posibilidad de contacto, con el sol, el aire y el resto de seres vivos. Hemos llenado esas grietas con aplausos, charlas, risas, emociones, deseos, canciones, recetas, preocupaciones, avisos, cuidados, conocimientos y comida para los p¨¢jaros¡±. Este es solo un ejemplo de estas visiones de la pandemia desde el que ha sido uno de sus epicentros, que parad¨®jicamente cuando es la periferia del epicentro es m¨¢s epicentro. En los m¨¢rgenes, a veces, se concentra m¨¢s el dolor, como la definici¨®n de ¡°permiso para salir¡±, que pega una bofetada cuando de lo que se habla es del encierro dentro del encierro, es decir de la c¨¢rcel.
Es un diccionario abierto, colaborativo, se sigue escribiendo, solo hay que mandar la definici¨®n y una foto al mail de Carabancheleando y qui¨¦n sabe si acabar¨¢ siendo una publicaci¨®n, ya lo hicieron con su Diccionario de las periferias. No es tan raro, los diccionarios los escribimos entre todos aunque no nos demos cuenta.
Y entre todos tambi¨¦n se han recaudado 1.055 euros gracias a la iniciativa @artecontraelcovid. Bueno, entre todos, no; entre quienes han participado en la subasta ben¨¦fica organizada en Instagram e impulsada por un grupo de ilustradoras del Usera. El estado de alarma les atropell¨® constituy¨¦ndose como grupo y pensando en su participaci¨®n en el barrio. Esto qued¨® paralizado, pero el 22 de abril lanzaron la subasta en Instagram, artistas del barrio, y no del barrio -ha donado una obra Ana Penyas, Premio Nacional del C¨®mic 2018-, pod¨ªan enviar su obra con un precio de salida y ah¨ª comenzaba la puja, el mejor postor se queda con la pieza, que recibir¨¢ cuando se vaya recobrando la normalidad, para no poner en riesgo a los trabajadores de Correos. El lunes a medianoche se dio el ¨²ltimo mazazo de ¡°?adjudicado!¡±. El martes se recogieron los m¨¢s de mil euros que gestionar¨¢ la Red de Cuidados y Apoyos de los Barrios de Usera (Almendrales, Pradolongo, Zof¨ªo y Orcasur) y que estar¨¢n destinados a la compra de productos de higiene para beb¨¦s y menores. Una tenebrosa nueva normalidad, otro concepto para llamar al futuro incierto por el que nadie pujar¨ªa, por muy bajo que fuera su precio de salida.
Cifras y letras
La frase.
¡°Tenemos la oportunidad de vivir 24 horas en nuestros barrios¡±, Miguel D¨ªaz, vecino de Tetu¨¢n.
En n¨²meros.
'Usera', donada por Raquel de la Coba ten¨ªa un precio de salida de 25 euros y alcanz¨® los 45. En total se han recaudado 1.055 euros que ir¨¢n al fondo que ayuda a unas 120 familias del barrio.
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