Durante el confinamiento Madrid dej¨® de ser vibrante
Investigadores del Instituto Geogr¨¢fico Nacional detectan una disminuci¨®n en el ruido s¨ªsmico durante el confinamiento
El suelo sobre el que usted camina, que parece una cosa tan dura, experimenta vibraciones provocadas por sus pasos. Madrid es, pues, una ciudad vibrante, como todas las ciudades. En mayor medida, el suelo vibra por el tr¨¢fico rodado, la maquinaria, los grandes eventos, el tr¨¢nsito ferroviario. Y esas vibraciones, llamadas ruido s¨ªsmico, se pueden medir. Lo hacen los investigadores del Instituto Geogr¨¢fico Nacional (IGN), dependiente del ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y lo que han encontrado es que ese ruido s¨ªsmico madrile?o disminuy¨® durante el periodo de confinamiento....
El suelo sobre el que usted camina, que parece una cosa tan dura, experimenta vibraciones provocadas por sus pasos. Madrid es, pues, una ciudad vibrante, como todas las ciudades. En mayor medida, el suelo vibra por el tr¨¢fico rodado, la maquinaria, los grandes eventos, el tr¨¢nsito ferroviario. Y esas vibraciones, llamadas ruido s¨ªsmico, se pueden medir. Lo hacen los investigadores del Instituto Geogr¨¢fico Nacional (IGN), dependiente del ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y lo que han encontrado es que ese ruido s¨ªsmico madrile?o disminuy¨® durante el periodo de confinamiento.
¡°Esper¨¢bamos que el ruido s¨ªsmico disminuyera, pero la bajada durante la Semana Santa fue sorprendente¡±, dice el f¨ªsico Rafael Abella, ¡°es que las calles estaban desiertas¡±. Mediante sus mediciones pudieron notar el momento en que los ni?os salieron de casa y empezaron a transitar en los alrededores del Retiro, que estaba cerrado. ¡°Y esto es el paso del cami¨®n de la basura¡±, explica Abella mientras se?ala unas gr¨¢ficas en las que, en efecto, en el silencio de la noche, se aprecia la muy vibrante llegada del servicio municipal de recogida de residuos. Por la noche, los investigadores quitar¨¢n de los registros los momentos de la visita de los periodistas, cuyas inexplicables pisadas tambi¨¦n pueden adulterar en las gr¨¢ficas. Es como si auscultaran al planeta Tierra, por la zona de Atocha.
¡°Nuestros equipos amplifican miles de veces el movimiento del suelo, que es del orden de los nan¨®metros¡±, explica el ingeniero Juan Jos¨¦ Rueda, ¡°y tomamos 200 muestras por segundo¡±. Un nan¨®metro es la millon¨¦sima parte de un mil¨ªmetro. El dispositivo de medici¨®n, un prototipo que ser¨¢ utilizado m¨¢s tarde en otros lugares, se encuentra en las instalaciones del IGN en el Real Observatorio de Madrid, en Atocha. Es ¨²nico en la ciudad. Un lugar estrat¨¦gico, lejos de edificaciones que pueden perturbar las mediciones y cerca de calles, v¨ªas de metro y de tren, adem¨¢s del Retiro, que producen ruido s¨ªsmico.
La madrugada del pasado s¨¢bado la c¨²pula de un edificio se derrumb¨® en la aleda?a calle de Alfonso XII, a unos 80 metros del detector: el golpe principal provoc¨® all¨ª un desplazamiento de 13 nan¨®metros. En las mediciones se aprecia el momento del colapso y el ruido generado por las primeras labores de emergencia. Tambi¨¦n se distinguen claramente tres golpes principales m¨¢s energ¨¦ticos, atribuidos a diferentes vol¨²menes precipitados.
Durante el confinamiento este ruido fue bajando hasta llegar a m¨ªnimos (cuatro decibelios por debajo del nivel de referencia) en los d¨ªas de confinamiento m¨¢s duros, cuando se pararon todas las actividades no esenciales. Otros de los hitos de bajo ruido fueron el puente de San Isidro, el Primero de Mayo y, claro est¨¢, los fines de semana. ¡°Ya desde el cierre escolar empez¨® a notarse, pero cuando se decreta el estado de alarma hay una bajada de dos decibelios¡±, apunta Rueda. Aunque no lo notemos, la actividad humana deja huella en el movimiento del suelo. Al igual que el aire, con menos contaminaci¨®n y ruido ac¨²stico, la superficie del planeta tambi¨¦n disfrut¨® del silencio civilizatorio. Cuando se acaba la fase m¨¢s dura del confinamiento, el ruido comienza a recuperarse: la Nueva Normalidad en cuanto ruido s¨ªsmico se espera que sea parecida a la normalidad de toda la vida.
¡°Ya desde el cierre escolar empez¨® a notarse, pero cuando se decreta el estado de alarma hay una bajada de dos decibelios¡±Jos¨¦ Rueda, ingeniero
Uno de los lugares donde este tipo de sensor tendr¨¢ utilidad es en las islas Canarias, donde hay importante actividad s¨ªsmica debido al entorno volc¨¢nico. Normalmente estas estaciones de medici¨®n se instalan en emplazamientos apartados, cuevas, donde hay bajo nivel de ruido, para detectar terremotos. Pero instalarlas en las urbes tiene sentido. ¡°Nos interesa saber c¨®mo esas ondas s¨ªsmicas se amplifican o se aten¨²an al llegar a la ciudad¡±, explica el ingeniero, ¡°queremos saber c¨®mo afectan a los sitios donde la gente vive: es importante a la hora de edificar¡±. Los ingenieros y arquitectos necesitan saber cu¨¢nto se mueve el suelo para levantar edificios o infraestructuras. Existen cierta normativa de edificios sismorresistentes, de obligado cumplimiento, dependiente de las caracter¨ªsticas del lugar, particularmente de su sismicidad y de la naturaleza del suelo.
Otra utilidad de la prospecci¨®n s¨ªsmica es conocer la formaci¨®n del suelo en sus capas m¨¢s superficiales. ¡°Las ondas superficiales llevan informaci¨®n del camino que recorren¡±, expone Rueda, ¡°si el suelo amplifica poco la onda, es que es de roca dura, si la amplifica mucho, del orden de seis veces m¨¢s, es que un suelo es m¨¢s suelto, m¨¢s blando¡±. Son m¨¦todos que se usaron, por ejemplo, a la hora de realizar las ¨²ltimas ampliaciones de la red de Metro.
Aunque es ¨²til, el ruido s¨ªsmico tambi¨¦n estorba para otros menesteres. La bajada de este ruido en todo el planeta, sobre todo cerca de poblaciones grandes, ha permitido un mejor funcionamiento de sism¨®grafos y estaciones sismol¨®gicas, seg¨²n ha informado el Colegio Oficial de Ge¨®logos. Esto a su vez, ha permitido estudiar con m¨¢s precisi¨®n todo lo referente a terremotos, erupciones volc¨¢nicas o tormentas oce¨¢nicas.