Libreras de referencia
Apasionadas por su trabajo, las due?as de las librer¨ªas especializadas Panta Rhei, Ocho y Medio y Mujeres se adaptan a la nueva realidad
Tienen muchos a?os de experiencia en lo suyo. Han sobrevivido a distintas crisis y est¨¢n dispuestas a hacer todo lo posible por seguir adelante. No les arredra el coronavirus ni sus consecuencias. Apasionadas por su trabajo, las due?as de las librer¨ªas especializadas Panta Rhei, Ocho y Medio y Mujeres se adaptan a la nueva realidad. Ahora tendr¨ªan que estar en sus casetas en El Retiro, en la Feria del Libro que les proporciona gran parte de los ingresos del a?o. En estos dos largos meses de encierro tambi¨¦n han perdido las ventas por el D¨ªa del Libro, el D¨ªa del Padre y el D¨ªa de la Madre. Son referencia no solo en Madrid, pero necesitan facturar para seguir abriendo.
Asesor¨ªa continua. Especializada en ilustraci¨®n y creatividad, ya hace casi 20 a?os que Panta Rhei abri¨® sus puertas. Tras el cierre obligado por el estado de alarma, ¨¦sta ha sido la segunda semana que ha abierto sin necesidad de cita previa. ¡°Poco a poco la gente va volviendo¡±, celebra Ingrid Acebal. Protegida con una mascarilla, la librera ofrece gel hidroalcoh¨®lico y guantes a todo el que entra a su espacio. El aforo ahora es limitado. ¡°En nuestro caso, por los metros que tenemos, podr¨ªamos estar dentro hasta 15 personas, pero para mayor seguridad preferimos que no haya m¨¢s de cinco¡±. A diario recibe consultas y peticiones de recomendaciones desde otras ciudades de Espa?a, Europa y Latinoam¨¦rica. ¡°Durante el confinamiento he pasado muchas horas haciendo videoconferencias. Era la mejor manera de poder ense?ar los libros¡±. Dos d¨ªas a la semana acud¨ªa a la librer¨ªa para desarrollar esa labor de asesor¨ªa personalizada, gestionar los pedidos y organizar los env¨ªos. Sigue atendiendo a distancia por tel¨¦fono y por mail. ¡°Da mucha satisfacci¨®n que se f¨ªen de nuestro criterio¡±.
Amor com¨²n. En 2001 Ingrid decidi¨® volver a Madrid desde Kenia para abrir la librer¨ªa junto a su hermana Lilo, que viv¨ªa en Paraguay. ¡°Siempre hab¨ªamos querido trabajar juntas, pero cada una estudi¨® una cosa y la vida nos llev¨® fuera de Espa?a¡±, relata. ¡°Una de las cosas que ten¨ªamos en com¨²n era el amor a la ilustraci¨®n y a los libros. Decidimos volver cuando tuvimos claro que ¨¦ste ser¨ªa nuestro proyecto¡±. Se hicieron socias y abrieron en un peque?o local en la calle Pelayo. En 2005 se mudaron a la calle Hern¨¢n Cort¨¦s, que muchos desde entonces conocen como la calle de Panta Rhei. Entre Chueca y Malasa?a se encuentra este vibrante centro cultural en el que continuamente se celebran presentaciones, talleres y exposiciones. Mientras la pandemia no permita reanudar ese tipo de actividades, se han trasladado a Instagram. As¨ª, el jueves pr¨®ximo, 4 de junio, se celebrar¨¢ una charla entre Esther Gili y Jotak¨¢ al hilo de sus ¨²ltimos libros ilustrados, ¡®El escritorio de Emily Dickinson¡¯ y ¡®El barco de Ernest Shackleton¡¯.
Lugar de encuentro. No hay nadie que haga cine en Espa?a que no haya pasado por Ocho y Medio. La librer¨ªa de la calle Mart¨ªn de los Heros es un imprescindible lugar de encuentro desde que abri¨® sus puertas. ¡°Justo este a?o har¨¢ 25 a?os, en octubre¡±, apunta Mar¨ªa Silveyro, su propietaria. La celebraci¨®n se ha fastidiado. Tras los dos largos meses de cierre, ha reabierto sin su siempre animado caf¨¦. Las mesas est¨¢n recogidas. Tambi¨¦n las de la terraza. ¡°En esta fase podr¨ªamos tener cuatro fuera, pero no cubrir¨ªamos gastos. Tendremos que esperar¡±. Los ingresos por esa v¨ªa son fundamentales para que la librer¨ªa pueda seguir abierta. Su especializaci¨®n la hace ¨²nica. ¡°Conoc¨ªamos mucho a los due?os de establecimientos similares en Par¨ªs y en Londres, pero ya cerraron¡±. En las columnas de Ocho y Medio conviven las firmas enmarcadas de Quentin Tarantino, Sofia Coppola, Tim Burton o John Waters con las de Luis Garc¨ªa Berlanga, Rafael Azcona, Iv¨¢n Zulueta o V¨ªctor Erice. ¡°El cine tambi¨¦n se lee¡±, la dedicatoria de Pedro Almod¨®var, lleva a?os imprimi¨¦ndose en las bolsas de la librer¨ªa.
Extraordinaria labor. Los cines Golem y Renoir, enfrente de Ocho y Medio, siguen cerrados. ¡°Que la gente no pueda venir al cine es letal para nosotros¡±, reconoce la librera que comenz¨® su andadura junto a Jes¨²s Robles en los bajos de los Alphaville. En 2004 la Academia de Cine les concedi¨® el Premio Gonz¨¢lez Sinde ¡°por su extra?or?di?na?ria labor en la difu?si¨®n de la cul?tura cine?ma?to?gr¨¢?fica a tra?v¨¦s de los libros y en par?ti?cu?lar por su enco?mia?ble labor de edi?ci¨®n de guio?nes y otros tex?tos sobre cine espa?ol¡±. No s¨®lo venden libros de cine. Su inabarcable fondo se ampl¨ªa continuamente con nuevas novelas, ensayos y biograf¨ªas. ¡°Ahora la mayor¨ªa viene a recoger algo que ha pedido antes por correo electr¨®nico o por tel¨¦fono. Casi todo el mundo viene a tiro hecho¡±. Mar¨ªa Silveyro est¨¢ deseando retomar las presentaciones, coloquios y otras actividades. Mientras, m¨¢s de 300 personas, incluyendo muchas caras conocidas, le han enviado fotograf¨ªas con sus lecturas de cuarentena a modo de apoyo. Se pueden curiosear en Instagram y en Facebook.
Aut¨¦nticas pioneras. ¡°Me he criado aqu¨ª¡±, dice Alba Varela Lasheras. Hija y nieta de libreras, est¨¢ al frente de la Librer¨ªa Mujeres. Fue la primera librer¨ªa feminista que abri¨® en Espa?a. Lo hizo en 1978 en el mismo lugar en el que sigue, la calle San Crist¨®bal, entre la Plaza Mayor y la Puerta del Sol. Comenz¨® su andadura gracias a que pusieron dinero un grupo de mujeres entre las que se encontraban Cristina Almeida, Manuela Carmena o Francisca Sauquillo. Cada participaci¨®n fue de 20.000 pesetas, que pod¨ªa ser individual o compartida por dos, tres o hasta cuatro socias. En 1983 tuvo que cerrar. Poco despu¨¦s, Lola P¨¦rez, Elena Lasheras y Ana Dom¨ªnguez se asociaron y la reabrieron. La nieta de la primera e hija de la segunda sigue sus pasos. ¡°Mi madre falleci¨® y hered¨¦ sus participaciones. Mi abuela tiene 97 a?os. Por suerte, est¨¢ bien en casa. Siempre me dice que esta librer¨ªa da mucho trabajo, pero que es un tesoro. Ella era feliz aqu¨ª¡±.
Env¨ªos ¨¦ticos. ¡°Con la competencia feroz que sufrimos, veremos cu¨¢ntas librer¨ªas aguantamos¡±, se?ala Alba, cuya mascarilla es, por descontado, violeta. La mayor¨ªa de las ventas de Librer¨ªa Mujeres ahora mismo son online. ¡°Viene muy poca gente todav¨ªa¡±. Todos los env¨ªos dentro de la pen¨ªnsula ib¨¦rica son gratuitos. ¡°No llegan en 24 horas como los de las macroempresas que nos ahogan, pero llegan¡±. Los hacen a trav¨¦s de Correos. ¡°Durante el confinamiento dejamos de hacer env¨ªos por no poner en riesgo a la gente de reparto¡±. Tienen alrededor de 300 socias que ayudan a mantener la librer¨ªa abierta pagando por adelantado. ¡°El dinero que ingresan en cuotas se va acumulando y se descuenta cuando compran. As¨ª afrontamos mejor los gastos¡±. Abarcan todo tipo de libros escritos por mujeres. En la zona de pensadoras, Mar¨ªa Zambrano, Judith Butler, Hannah Arendt o Susan Sontag tienen sus propios estantes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.