El ¨¢mbar como c¨¢psula del tiempo
Investigadores del Instituto Geol¨®gico y Minero de Espa?a estudian el pasado lejano en organismos contenidos en resinas fosilizadas
Hace 100 millones de a?os un escarabajo glot¨®n visit¨® un nen¨²far para alimentarse y se embadurn¨® del polen de la planta. Un momento fugaz, un instante como otro cualquiera en la vida natural, que qued¨® inmortalizado al caer sobre el insecto una gota de resina que fluy¨® de un ¨¢rbol. Con el tiempo la resina se fosiliz¨® formando ¨¢mbar tras ser arrastrada por la lluvia hasta llegar a un estuario en la desembocadura un r¨ªo, donde qued¨® estancada y enterrada. Ese yacimiento de ¨¢mbar fue posteriormente descubierto y, ahora, cient¨ªficos como Eduardo Barr¨®n y Enrique Pe?alver pueden estudiar aquel momento lejano en el Instituto Geol¨®gico Minero de Espa?a (IGME).
¡°Los ¨¢mbares son una ventana a otro tiempo¡±, explica Barr¨®n en las dependencias decimon¨®nicas del IGME, en la madrile?a calle de R¨ªos Rosas. Son como esas c¨¢psulas del tiempo que entierran los ni?os para desenterrar a?os despu¨¦s, pero en los dif¨ªcilmente imaginables tiempos geol¨®gicos. Estudiando la composici¨®n qu¨ªmica del ¨¢mbar podemos conocer la identidad de las plantas que emitieron la resina, pero tambi¨¦n las de los insectos o granos de polen que han quedado atrapados para siempre y las del entorno en el que viv¨ªan.
El citado escarabajo glot¨®n est¨¢ recubierto de polen de una planta angiosperma (con flores y frutos), en otras piezas se han encontrado otros insectos que portan polen de gimnosperma (plantas con semillas desnudas, como las con¨ªferas). Y la clave est¨¢ en el polen: ¡°Es un hallazgo importante porque nos indica que, en aquel tiempo, en el Cret¨¢cico, fue cuando empezaron a predominar las angiospermas frente a las gimnospermas¡±, explica Barr¨®n en su despacho mientras mira por su microscopio, ¡°es un momento de tr¨¢nsitos, una revoluci¨®n de los ecosistemas¡±. Ese importante cambio en la naturaleza, la victoria de las flores, cuando los insectos empiezan a frecuentar plantas como el nen¨²far, qued¨® fotografiado dentro de la pieza de ¨¢mbar hallada en Myanmar.
La realidad es que la mol¨¦cula de ADN es demasiado grande y fr¨¢gil para que se conserve tanto tiempo. As¨ª que no podr¨ªamos recrear dinosauriosEnrique Pe?alver, cient¨ªfico
Otro de los descubrimientos que han hecho los cient¨ªficos del IGME, en colaboraci¨®n con otras instituciones, es el de un tipo de garrapata desconocida que parasitaba a dinosaurios emplumados, la m¨¢s antigua de la que tenemos registro. ¡°Est¨¢bamos examinando una pieza de ¨¢mbar del yacimiento de El Soplao, en Cantabria, y la detectamos¡±, dice Pe?alver, ¡°nos pareci¨® raro, porque no se conoc¨ªan garrapatas tan antiguas¡±. Pero all¨ª estaba. Por alg¨²n motivo esa familia de garrapatas desapareci¨® con los dinosaurios y nos se adaptaron a otros grupos de vertebrados. Es la garrapata m¨¢s vieja del mundo, la ¡°tatarabuela¡± de las garrapatas. Y, adem¨¢s, espa?ola.
Adem¨¢s de su valor cient¨ªfico, el ¨¢mbar, transl¨²cido y amarillento, tiene inter¨¦s para la producci¨®n de joyer¨ªa, como ha sido tradicional con el procedente del B¨¢ltico, zona donde se concentra el 80% del ¨¢mbar mundial conocido. Es una sustancia escasa, que solo se encuentra en lugares como el citado B¨¢ltico, M¨¦xico, Rep¨²blica Dominicana, Myanmar o Espa?a, porque ni todas las plantas producen resina, ni siempre se dieron las condiciones para la formaci¨®n de ¨¢mbar.
El ¨¢mbar de cada zona geogr¨¢fica tiene una antig¨¹edad distinta. El espa?ol tiene unos 105 millones de a?os, a?o arriba, a?o abajo. Recientemente se han encontrado yacimientos en Australia, con participaci¨®n de cient¨ªficos del IGME, lo que nos abre una nueva ventana para investigar los tiempos remotos. ¡°Muchos yacimientos se encuentran por casualidad, cuando se construye una carretera, por ejemplo, y las excavadoras dan con ellos¡±, dice Pe?alver. Si usted encuentra ¨¢mbar o f¨®siles por ah¨ª, que sepa que no son suyos: son patrimonio del Estado, son de todos.
Por su belleza y su escasez el ¨¢mbar ha sido valioso. La C¨¢mara de ?mbar, en el Palacio de Catalina, en San Petersburgo, era una lujosa sala recubierta de este material que fue saqueada por los nazis en la Segunda Guerra Mundial; hoy ese ¨¢mbar est¨¢ en paradero desconocido. Pero su historia es m¨¢s antigua: ¡°En ciertas cuevas asturianas del Paleol¨ªtico se han encontrado cuentas de ¨¢mbar¡±, dice Barr¨®n, ¡°m¨¢s adelante, de la ¨¦poca romana, se hallaron en Albacete mu?ecas talladas en ¨¢mbar b¨¢ltico [se pueden ver en el Museo Provincial de Albacete], lo que indica que ya entonces hab¨ªa comercio con este material¡±.
La fragilidad del ADN
La imagen de la piedra de ¨¢mbar con el insecto dentro nos retrotrae sin remedio a la pel¨ªcula Parque Jur¨¢sico (Steven Spielberg, 1993), donde se extra¨ªa ADN de dinosaurio de la sangre absorbida por un mosquito atrapado en ¨¢mbar. Y de ah¨ª se recreaban todo tipo de dinosaurios para montar un parque tem¨¢tico. ¡°Puede ser decepcionante, pero la realidad es que la mol¨¦cula de ADN es demasiado grande y fr¨¢gil para que se conserve tanto tiempo. As¨ª que no podr¨ªamos recrear dinosaurios¡±, explica Pe?alver.
Ni siquiera en los mamuts congelados en Siberia se puede encontrar ADN intacto. De hecho, un grupo de investigadores japoneses ha intentado clonar un mamut de la Edad del Hielo (hace 10.000 a?os) pretendiendo combinar este ADN reconstruido con ¨®vulos de elefante actual, sin ¨¦xito. ¡°Adem¨¢s, es una opci¨®n ¨¦tica controvertida: somos el tiempo en el que vivimos, y no sabemos c¨®mo se desarrollar¨ªan estos animales sin sus cong¨¦neres y en el medioambiente actual¡±, a?ade Pe?alver. Casi mejor, porque Parque Jur¨¢sico acababa fatal.
Gemas, meteoritos y un mastodonte
El Instituto Geol¨®gico y Minero de Espa?a fue fundado en tiempos de Isabel II para la creaci¨®n del primer mapa geol¨®gico del pa¨ªs, en tiempos en los que la miner¨ªa comenzaba a ser una actividad primordial y la industrializaci¨®n avanzaba a base de carb¨®n. La actual sede se acab¨® de construir en los a?os 40 del pasado siglo. Ahora la instituci¨®n concentra la investigaci¨®n geol¨®gica estatal en ¨¢reas como la cartograf¨ªa, la hidrogeolog¨ªa, los recursos minerales o el riesgo geol¨®gico. Una de sus partes m¨¢s c¨¦lebres es el imponente Museo Geominero que conserva los muebles decimon¨®nicos y el luminoso techo de vidrieras en un ambiente misterioso, como de gabinete de curiosidades. All¨ª, adem¨¢s de todo tipo de f¨®siles, gemas, meteoritos y minerales expuestos en innumerables vitrinas, tienen un lugar preferencial los restos de un mastodonte hallado en Las Higueruelas, Ciudad Real, y datado en el Plioceno, hace entre 3 y 5 millones de a?os.
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