Las 10 de¡ Ismael Serrano
?Qu¨¦ es canci¨®n de autor? ?Y t¨² nos lo preguntas? Desde Vallecas, el trovador m¨¢s can¨®nico y esencial del ¨²ltimo cuarto de siglo
A¨²n le recordamos casi como un chiquillo, pero ya llovi¨® desde su fulgurante advenimiento de 1997, en la cresta de nuestra pen¨²ltima gran generaci¨®n de cantautores (junto a Pedro Guerra o Javier ?lvarez). Porque lo de este vallecano es canci¨®n de autor en vena, con todos sus agravantes, dicho con sonrisa c¨®mplice: arpegios de guitarra, apostolados amorosos sin cuartel, conciencia social y compromiso pol¨ªtico a machamartillo. Aunque a veces toque partirse la cara. ¡°El ejercicio de composici¨®n¡±, nos certifica, ¡°es un di¨¢logo bastante intenso con uno mismo¡±. Y ¨¦l, intensito por antonomasia, acumula ya muchas p¨¢ginas grandes.
¡®Ana¡¯
(De Atrapados en azul. 1997)
En el disco inaugural, el de las ineludibles Pap¨¢, cu¨¦ntame otra vez (con letra de su hermano Daniel) y V¨¦rtigo. Ismael incluy¨® esta canci¨®n a rega?adientes, pero con el tiempo la ha admitido como esencial. Cr¨®nica de un amor primerizo, urgente y desesperado (¡°Yo hab¨ªa jurado morir o amar¡±) que le sirve para certificar otro amor obvio, en este caso art¨ªstico: el verso ¡°Qu¨¦ hago yo con el manojo de escarcha¡± es un gui?o clamoroso a su adorado Serrat.
¡®Al bando vencido¡¯
(De La memoria de los peces. 1998)
La historia tierna y conmovedora de un abuelo que va perdiendo la memoria, pero a¨²n recuerda las cicatrices de la contienda civil. Una reivindicaci¨®n de la memoria hist¨®rica (¡°Ni un momento ni un recuerdo para los que perdieron, para los que construyeron la tumba, el mausoleo del carnicero¡±) que a¨²n hoy, aunque cueste creerlo, sigue conservando toda su vigencia.
¡®Ya ves¡¯
(De Los para¨ªsos desiertos. 2000)
Un mosaico de ingredientes referenciales, desde el amor a la pol¨ªtica o el fervor literario. La alusi¨®n sard¨®nica a aquel ¡°Espa?a va bien¡± que populariz¨® Aznar se entremezcla con una apelaci¨®n al Che Guevara o citas de sus t¨®tems po¨¦ticos: desde ¡°A veces me canso de ser hombre¡± (Neruda) a ¡°Tus labios o la vida¡±, un pr¨¦stamo extra¨ªdo del poema de Luis Garc¨ªa Montero El lugar del crimen. Montero regresar¨ªa al pop como letrista ad hoc para el m¨¢s reciente ¨¢lbum de Quique Gonz¨¢lez.
¡®Buenos Aires 2001¡¯
(De La traici¨®n de Wendy. 2002)
Fotograf¨ªa preciosa de una ciudad esencial en la biograf¨ªa de un autor casado con una mujer argentina y que ya antes conoci¨® el amor en latitudes porte?as. Hay referencias deliciosas a Mafalda (va por usted, maestro Quino) o las madres de la Plaza de Mayo, adem¨¢s de un verso espec¨ªfico (¡°Y Charly salta por m¨ª desde un rascacielos¡±) como brindis al compadre Charly Garc¨ªa.
¡®All¨ª¡¯
(De Naves ardiendo m¨¢s all¨¢ de Ori¨®n. 2005)
Ah, la patria de la infancia. Serrano comparte y subraya esa visi¨®n po¨¦tica con un esbozo de sus correr¨ªas tempranas por las calles de Vallecas, aquel barrio en que los vecinos eran parte consustancial de la familia. All¨ª llevaba alg¨²n a?o coleando por Internet, cuando la banda ancha a¨²n era lujo asi¨¢tico, como una obra inacabada de los comienzos. Otras de aquella ¨¦poca, desde Hostales y recuerdos en maletas vac¨ªas a Los torpes, A las siete en Moncloa o Por qu¨¦ no te quedas en casa, han seguido danzando por los andurriales digitales pero por ahora no conocen publicaci¨®n oficial.
¡®Para m¨¦dicos y amantes¡¯
(De Sue?os de un hombre despierto. 2007)
Una bella tradici¨®n ineludible: en cada ¨¢lbum ha de haber una letra firmada por el padre, Rodolfo Serrano, que durante tantos a?os informara sobre los avatares de Izquierda Unida desde estas p¨¢ginas. Ismael confiesa su debilidad por esa imagen del desencuentro y desamparo (¡°Supe que todo hab¨ªa terminado / cuando te vi mover la cucharilla despacio¡¡±) que alienta los primeros versos. ¡°Es un retrato precioso de la incomunicaci¨®n, de ese momento en que nadie sabe qu¨¦ decir. Y es una canci¨®n solo de guitarra y voz, una manera de reivindicar el canon de los cantautores¡±, nos apunta.
¡®Tu susurro¡¯
(De Acu¨¦rdate de vivir. 2010)
¡°Bailo muy mal, como buen cantautor, pero albergo una fantas¨ªa: cantar una canci¨®n con Rub¨¦n Blades¡±. De ah¨ª esta inopinada incursi¨®n, de la que sale muy bien parado, en el universo de la salsa. El homenaje impl¨ªcito a Blades se sustenta en su condici¨®n de extenso relato, con presentaci¨®n, nudo y desenlace, muy a la manera de lo que tantas veces estila el paname?o (?Pedro Navaja, recuerden!). Argumento inspirado en la historia real de un amigo enamorado de su vecina, de la que solo conoc¨ªa su voz y a la que escuchaba hablar o hacer el amor al otro lado del tabique. Ah, y una confesi¨®n de Serrano en toda regla: ¡°Me gustar¨ªa asistir como p¨²blico al estreno de una canci¨®n m¨ªa a cargo de una orquesta salsera¡±.
¡®Mientras t¨² llegas¡¯
(De Todo empieza y todo acaba en ti. 2012)
Una canci¨®n de amor de armaz¨®n muy sencillo y ac¨²stico, solo con guitarra y cuerdas. Y una autoparodia inicial muy saludable (¡°Cansado, el mundo pide que lo salve¡±) a ese empe?o de los cantautores por la trascendencia. ¡°Ya se sabe. Ismael Serrano, siempre tan tremendo, se ve en la obligaci¨®n de salvar el mundo. Aunque este no lo necesite¡±, se nos carcajea el propio compositor.
¡®Absoluto¡¯
(De La llamada. 2014)
La historia de un consenso marital no del todo com¨²n. ?l asume que ella pueda serle a veces infiel, pero plantea un ruego para encajarlo con deportividad: si, pese a todo, a¨²n le quiere, que mantenga en secreto esos escarceos (¡°Ser¨¢ entonces un detalle que me mientas / Ah¨®rrate las confesiones si a¨²n me amas¡±). Nunca fue extra¨ªda como sencillo ni logr¨® gran difusi¨®n, pero Ismael sol¨ªa por entonces abrir los recitales con esta joya.
¡®Cruc¨¦ un oc¨¦ano¡¯
(De Todav¨ªa. 2018)
De su por ahora ¨²ltimo ¨¢lbum ¨Cen directo y en formato desnud¨ªsimo de guitarra y voz¨C, un retrato del oficio de cantautor y el refrendo de su fascinaci¨®n literaria por aviones y aeropuertos, que ya antes hab¨ªa asomado en Amo tanto la vida, Vuelvo a Madrid o El camino de regreso. Y un gui?o memorable a la tierra y mujer amadas: el primer voseo (¡°Hoy te busco a vos¡±) en toda su escritura.
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