No corran
Proliferan en campa?a v¨ªdeos que intentan mostrar que los pol¨ªticos son gente normal, que tiene ch¨¢ndal y bebe ca?as, pero no necesitamos que sean corrientes, sino mejores


Todos creemos que hacemos algo bien. Los soberbios creen que algo es todo. Los humildes eligen un par de cosas y asumen con deportividad la derrota en lo dem¨¢s. Pero hay dos asuntos donde la gente suele equivocarse. A menudo, personas que no son graciosas creen que s¨ª lo son y con frecuencia justo despu¨¦s de o¨ªr eso de ¡°a m¨ª se me dan muy bien los ni?os¡± un cr¨ªo empieza a llorar como si no hubiera ma?ana.
Est¨¢ claro de d¨®nde viene la presi¨®n por el aspecto f¨ªsico: la realidad paralela de Instagram, los anuncios de cualquier cosa, el bombardeo de im¨¢genes de mujeres con el culo en la coronilla de tanta sentadilla y hombres con tableta de acero ¨Cincomod¨ªsimo-. Pero ignoro qu¨¦ es lo que empuja a la gente a sentirse obligada a ser graciosa. Hay personas, como Eugenio o Ra¨²l Cimas, que lo ser¨ªan leyendo la pegatina del champ¨² o la gu¨ªa telef¨®nica -para los millenials, un libro gordo de papel muy fino donde se inclu¨ªan los nombres y n¨²mero de tel¨¦fono fijo de los habitantes de un sitio- y otras que no lo ser¨¢n por mucho que se esfuercen, por muy sofisticado que sea el chiste. Se tiene o no se tiene, igual que unos nacen con los ojos azules y otros marrones. Y no pasa nada.
Pero el s¨ªndrome empieza claramente a atacar a los pol¨ªticos. Y si no lo padecen ellos, se lo contagian sus asesores. Solo eso explica que un se?or abogado del Estado como Edmundo Bal mostrase una camiseta -abri¨¦ndose la cazadora como si debajo llevara la S de Superman- en la que se le¨ªa ¡°Madrile?os por Edmundo¡±. Quieren ser graciosos y peor: pretenden ser normales. Y eso ya s¨ª que no. Abundan en campa?a los v¨ªdeos donde los candidatos salen corriendo (de nuevo Bal e Isabel D¨ªaz Ayuso), para que veamos que tambi¨¦n tienen ch¨¢ndal y pantalones cortos. Les vemos apoyar el codo en la barra, pedirse una cerveza y una tapa ¨Cpr¨¢cticamente no hay anuncio electoral sin pinta-. En el de Ciudadanos se les oye decir: ¡°Madrid es un caf¨¦, una ca?a en el bar de tu barrio. No somos solo vecinos, somos amigos¡±. En otro v¨ªdeo de M¨¢s Madrid se ven unos folletos que rezan: ¡°M¨®nica mola mazo¡±.
Esfuerzo y Libertad. pic.twitter.com/tLTOrMeWmX
— Isabel D¨ªaz Ayuso (@IdiazAyuso) April 10, 2021
Tambi¨¦n se pusieron de moda en las series de televisi¨®n padres que eran ¡°el mejor amigo¡± o ¡°la mejor amiga¡± de su hijo o hija. Pues no. Yo al m¨ªo lo quiero con locura, lo respeto y lo admiro, pero no es mi colega. Tampoco quiero que los pol¨ªticos lo sean. Y no necesito verlos en vaqueros, de ca?as, cocinando o tocando la guitarra. No quiero que sean graciosos o que molen. Quiero ¨Cnecesitamos- que sean m¨¢s listos que cualquiera porque tienen problemas m¨¢s grandes que solucionar que los que salen a correr ¨C con todo mi respeto a los que huyen sin que nadie los persiga- o los que vender¨ªamos nuestro reino por una Estrella Galicia. No necesitamos que sean gente corriente, sino mejores.
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