Alguien ha saltado la verja del arco de Montele¨®n y le ha puesto una botella de cerveza en la mano a Velarde. Dao¨ªz lo sigue mirando estoicamente y le coge la otra mano. H¨¦roes del levantamiento en plena plaza del Dos de Mayo. Traves¨ªas rocosas. Y deber¨ªamos decir este domingo feliz d¨ªa de la Comunidad de Madrid. Pero estamos en otra batalla, de ¨²ltimo d¨ªa de campa?a, de ¨²ltimas proclamas, de ¨²ltimos nervios, de ¨²ltimos gritos. Gargantas af¨®nicas y esperando una participaci¨®n r¨¦cord. La vida¡ a la mad...
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Alguien ha saltado la verja del arco de Montele¨®n y le ha puesto una botella de cerveza en la mano a Velarde. Dao¨ªz lo sigue mirando estoicamente y le coge la otra mano. H¨¦roes del levantamiento en plena plaza del Dos de Mayo. Traves¨ªas rocosas. Y deber¨ªamos decir este domingo feliz d¨ªa de la Comunidad de Madrid. Pero estamos en otra batalla, de ¨²ltimo d¨ªa de campa?a, de ¨²ltimas proclamas, de ¨²ltimos nervios, de ¨²ltimos gritos. Gargantas af¨®nicas y esperando una participaci¨®n r¨¦cord. La vida¡ a la madrile?a.
Quedan lejos aquellas recepciones que organizaban los presidentes auton¨®micos en la Puerta del Sol, con canap¨¦s con callos y churros con chocolate de postre, en las que se peleaban en la lejan¨ªa por el protagonismo los grupos invitados por vestirse de goyescos o chulapos. Arriba el organillo de una comunidad que estuvo a punto de ser distrito federal. Este ¡®dosde¡¯ se ha convertido en un ¡®cuatrode¡¯.
?Y qu¨¦ nos ha pasado? Tras m¨¢s de un a?o de ag¨®nica pandemia, ahora llevamos semanas en una campa?a dura, de barro, fangosa, bronca, desquiciante, repleta de insultos. Con sobres con balas y proyectiles, con dirigentes de Vox dudando de las amenazas, con acusaciones de circo. La comunidad m¨¢s azotada por el coronavirus en la que apenas se habla de c¨®mo salir de esto, de lo que se ha hecho y de lo que se deber¨ªa hacer. Pelea de barra. Por lo menos sabemos que no te vas a encontrar a tu ex por la calle, palabra de Ayuso.
Este ruido, esta agresividad, este odio, esta negrura ha encerrado tambi¨¦n los grandes debates, los que cuelgan tambi¨¦n en los balcones del Dos de Mayo.
Este ruido, esta agresividad, este odio, esta negrura ha encerrado tambi¨¦n los grandes debates, los que cuelgan tambi¨¦n en los balcones del Dos de Mayo. Una pancarta grita en una ventana ¡°S.O.S. Malasa?a. Vecinos en peligro de extinci¨®n¡±. Pues de eso se ha o¨ªdo poco, los estratosf¨¦ricos precios del alquiler no han ocupado portadas. ?Para qu¨¦? Ni la contaminaci¨®n que ahoga tambi¨¦n y que ser¨¢ el gran problema de los que vienen detr¨¢s. Y en otra de las ventanas un vecino ha desplegado la bandera arcoiris, porque todav¨ªa en pleno siglo XXI hay que recordar que se puede amar a quien se quiera amar, con nubarrones del pasado amenazando con volver en forma de ¡®pin parental¡¯. En la esquina est¨¢ el parque infantil, h¨²medo por las lluvias primaverales. Existe una palabra que se arrincona: conciliaci¨®n.
Todav¨ªa resiste ese d¨ªa en la democracia espa?ola con ese inspirador nombre de jornada de reflexi¨®n. Eso que tanto escasea, pensar detenidamente, sin que nadie te perfore (no abran Twitter este lunes, por favor). Para sentarse un rato en el Dos de Mayo, para abrir los programas, para imaginar lo que uno quiere. Desde luego, esta campa?a as¨ª no la quer¨ªa la mayor¨ªa. Velarde a lo lejos sigue con su botell¨ªn en la mano, ¨¦l no tiene toque de queda. En la esquina se acuerda de ¨¦l Pepe Botella en un caf¨¦. Y en dos a?os volveremos a votar.