Los chulapos se llevan la pradera de San Isidro a Ifema
La fiesta este a?o se divide entre los fieles a la tradici¨®n junto a la ermita, donde no ha habido actividades, y los que compraron la entrada para el recinto ferial, con atracciones y m¨²sica
Una pareja de chulapos de unos 70 a?os pasea por los alrededores de la ermita de San Isidro. En sus mascarillas, una foto estampada de ellos mismos ataviados de la misma forma. La mandaron confeccionar hace unas semanas para pon¨¦rsela el d¨ªa del patr¨®n de Madrid. ¡°Qu¨¦ ganas ten¨ªamos, de volver a vivir la primera verbena del a?o, aunque bueno... esto est¨¢ muerto¡±, se lamenta Araceli. Verbena hay poca. Solo algunas decenas de madrile?os, de nacimi...
Una pareja de chulapos de unos 70 a?os pasea por los alrededores de la ermita de San Isidro. En sus mascarillas, una foto estampada de ellos mismos ataviados de la misma forma. La mandaron confeccionar hace unas semanas para pon¨¦rsela el d¨ªa del patr¨®n de Madrid. ¡°Qu¨¦ ganas ten¨ªamos, de volver a vivir la primera verbena del a?o, aunque bueno... esto est¨¢ muerto¡±, se lamenta Araceli. Verbena hay poca. Solo algunas decenas de madrile?os, de nacimiento o de adopci¨®n, pasean por una pradera que en un a?o normal deber¨ªa estar llena de m¨²sica, chotis, puestos de comida y grupos de amigos en el c¨¦sped.
Antonio, el marido de Araceli, luce en la solapa todas las ¡°condecoraciones¡± como ¨¦l las llama. Un pin del oso y el madro?o, otro de la Almudena, otro del Real Madrid. Van acompa?ados de Jos¨¦ Mar¨ªa y Aurora. Los cuatro, que no quieren dar sus apellidos, pertenecen a una asociaci¨®n de cultura tradicional madrile?a. ¡°A¨²n vamos con precauci¨®n, somos 20 en la asociaci¨®n, pero hemos quedado en peque?os grupos¡±, comenta Antonio. Dos de ellos ya han sido vacunados, y los otros dos, no. Ellos son algunos de los fieles a la pradera, los que mantienen la tradici¨®n, aunque en esta edici¨®n no haya actividades programadas all¨ª.
A unos metros, en la ermita, un sacerdote habla a un grupo de fieles al aire libre: ¡°A veces, tenemos tanta pereza que ni nos levantamos para calentar la pizza en el microondas, por eso tenemos que pedir al santo, que pas¨® su vida trabajando la tierra, que nos quite la pereza¡±. Alrededor de 50 personas hacen cola para entrar a la ermita, a pesar de que varios voluntarios les han indicado que tendr¨¢n que esperar al menos 40 minutos porque acaba de empezar la misa.
En la pradera es f¨¢cil guardar la distancia de seguridad. Lourdes Mart¨ªnez y Karina Moscol est¨¢n sentadas charlando, mientras miran al hijo de una de ellas, un chulap¨ªn que no se aleja mucho de su madre. Una, peruana y la otra, venezolana, residen en Madrid desde hace m¨¢s de 20 a?os. Aqu¨ª montaron su productora Chulapa Flow. ¡°Este a?o, San Isidro se vive por dentro. Le hemos pedido al santo que para el que viene estemos ya todos inmunizados¡±, apunta Mart¨ªnez.
Dando un paseo con su familia como una m¨¢s aparece M¨®nica Garc¨ªa, diputada de M¨¢s Madrid. ¡°Hemos venido a dar un paseo y la ni?a se ha vestido de chulapa, yo alguna vez he alquilado el traje, pero este a?o he estado a otras cosas¡±, cuenta, mientras se recoloca el mant¨®n negro. ¡°Este a?o hay poquita gente por aqu¨ª, yo creo que estar¨¢n m¨¢s en Ifema¡±, a?ade.
A varios kil¨®metros de all¨ª, la m¨²sica retumba en los altavoces colocados en la explanada de Ifema. Mucho reguet¨®n y poco chotis a la hora de comer. La cola para entrar a la feria, que este 2021 ha cambiado la pradera por este aparcamiento, se extiende por toda la acera. Para acceder hay que llevar una entrada comprada previamente. Decenas de visitantes aguantan bajo el sol que pega fuerte. Todo sea por las gallinejas.
Dentro, una noria, coches de choque, dispensadores de gel en varios puntos, un par de superficies con c¨¦sped en las que alguno puede sentir que est¨¢ en la pradera, y, en la parte trasera, una gran explanada con decenas de mesas de madera. El olor de las hamburguesas reci¨¦n hechas da la bienvenida a esta zona del recinto. Es la hora de comer y casi todos los que est¨¢n en el recinto se encuentran en esta parte donde varias filas de lona permiten protegerse un poco del sol. No apetece bailar a esas horas y pocos se han animado a venir hasta Ifema vestidos de chulapos.
En las mesas, predominan los vasos de mini repletos de patatas fritas, perritos calientes, y bocadillos. Y s¨ª, tambi¨¦n alguna que otra gallineja. Los adultos apagan el calor con cervezas y los peque?os, con refrescos. En una de ellas, Pilar Mart¨ªn y su marido aprovechan para comer algo, mientras sus mellizos, ?lvaro y Marcos, duermen. Es el segundo San Isidro de sus hijos, el primero lo pasaron confinados. ¡°Nos daba m¨¢s seguridad venir aqu¨ª que a la pradera, aqu¨ª est¨¢ todo controlado, con mucha distancia de seguridad¡±, cuenta ella. Casi todos los que han optado por Ifema son familias con ni?os peque?os.
Un retraso burocr¨¢tico
Aunque estaba previsto que este recinto abriera sus puertas el jueves, un problema burocr¨¢tico retras¨® la inauguraci¨®n hasta el viernes. Para los comerciantes y hosteleros que normalmente montaban sus puestos en la pradera, este modelo que les ha permitido aprovechar San Isidro funciona. ¡°Estamos muy contentos de haber abierto al fin, de que la gente se est¨¦ animando a venir y de que los food trucks puedan formar parte de San Isidro¡±, comenta Alfredo V¨¢zquez, mientras coloca un mollete en el mostrador de su negocio rodante. ¡°Obviamente nos gusta m¨¢s la pradera, pero no nos vamos a quejar de lo que se ha hecho este a?o, vamos arrancando, ahora todo de trata de trabajar y arrancar¡±, se?ala Gema Celada, al frente de su establecimiento, en el que vende ¡°las aut¨¦nticas rosquillas de Fuenlabrada¡±. Su familia lleva vendi¨¦ndolas en la pradera desde hace 38 a?os.
Victoria, Sara y Laura, de 16 a?os, pasan al lado de una ni?a a la que su padre est¨¢ comprando un globo con el personaje de Disney de la princesa Elsa. ¡°Preferimos la pradera¡±, dicen casi a la vez. Este 2021, sin embargo, se han adaptado a lo que hab¨ªa. ¡°Ha sido un a?o dif¨ªcil, a¨²n hay muchas cosas que no podemos hacer, por eso quer¨ªamos venir a las atracciones¡±, comenta una de ellas.
Una pareja de polic¨ªas nacionales a caballo pasea entre las atracciones. Los animales muestran indiferencia al jaleo de las sirenas y la m¨²sica. El Ayuntamiento y la Delegaci¨®n de Gobierno aprobaron un plan conjunto para este fin de semana. Un total de 1.100 polic¨ªas nacionales se han sumado al dispositivo de seguridad de la Polic¨ªa Municipal, que tambi¨¦n ha aumentado sus efectivos desplegados en 380 agentes.
Este a?o no ha habido presidentas bailando chotis, pero los claveles han vuelto poco a poco a colorear Madrid. La ciencia tiene la clave para que en 2022 los madrile?os puedan celebrar de nuevo las fiestas de su santo en la pradera.
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