Naiara
Digamos con orgullo que somos los vecinos de los padres de ese beb¨¦ que cedi¨® su coraz¨®n a otro y de esos m¨¦dicos que nunca tiran la toalla. Ellos son la verdadera Marca Espa?a
Si est¨¢n tristes, enfadados o frustrados, det¨¦nganse un momento a mirar la fotograf¨ªa de Naiara. Hay algo muy reconfortante, sanador, en esos ojos grandes, en esa cinta rosa, casi desafiante entre el blanco as¨¦ptico del hospital, y en ese coraz¨®n nuevo, del tama?o de una ciruela, que ha evitado su muerte. Es la imagen del consuelo porque representa la mejor versi¨®n de nosotros mismos, la del pa¨ªs l¨ªder, desde hace 28 a?os, en donaci¨®n y trasplante de ¨®rganos.
Nos gusta y tenemos motivos para fustigarnos, y aunque el coronavirus contin¨²a dej¨¢ndonos muestras de lo contrario, Espa?a sigue siendo capital mundial de la generosidad. No la hay mayor que pensar en los dem¨¢s cuando uno est¨¢ en su peor momento, cuando ha perdido lo que m¨¢s quer¨ªa, y eso es precisamente lo que hicieron los padres de un beb¨¦ que acababa de fallecer: ofrecer vida a otro. Gracias a ellos Naiara va a tener la oportunidad de crecer; de aprender a caminar y a comunicarse; de acertar, fallar, enamorarse. Y sobre todo, de hacer muy feliz a su familia.
No la hay mayor que pensar en los dem¨¢s cuando uno est¨¢ en su peor momento, cuando ha perdido lo que m¨¢s quer¨ªa, y eso es precisamente lo que hicieron los padres de un beb¨¦ que acababa de fallecer: ofrecer vida a otro
Si est¨¢n buscando modelos y referentes, f¨ªjense tambi¨¦n en ese audaz equipo m¨¦dico del Hospital Gregorio Mara?¨®n que no se rindi¨® y fue aportando soluciones a medida que crec¨ªan los problemas: una beb¨¦ prematura, un coraz¨®n en asistolia (parado), un tipo sangu¨ªneo distinto... Se llaman Manuela Camino, jefa de la unidad de trasplante card¨ªaco pedi¨¢trico; Juan Miguel Gil Jaurena, jefe de cirug¨ªa card¨ªaca pedi¨¢trica; Jos¨¦ ?ngel Zamorano, perfusionista, que modific¨® la bomba de circulaci¨®n extracorp¨®rea para adaptarla a un ni?o tan peque?o. Qu¨¦ diferente su profesionalidad, su dedicaci¨®n y entrega, de esos diagn¨®sticos vehementes, pero simplones ¡ª¡°invasi¨®n¡±, por ejemplo¨D que hacen estos d¨ªas desde el c¨®modo asiento de atr¨¢s, por la ventanilla de Twitter, quienes insultan y menosprecian a menores extranjeros no acompa?ados por el hecho de serlo.
Cuando la epidemia termine, recordemos con gratitud a quienes han hecho todo lo que han podido para que nosotros y los que queremos sigamos aqu¨ª. Controlaremos al coronavirus, nos olvidaremos de los d¨ªas de toque de queda, mascarillas y gel hidroalcoh¨®lico y volveremos a la vieja normalidad, la aut¨¦ntica. Eso implica salir, viajar. Cuando eso suceda y nos pregunten de qu¨¦ pa¨ªs somos, digamos con orgullo que somos los vecinos de Naiara, de los padres de ese beb¨¦ que cedi¨® su coraz¨®n a otro y de esos m¨¦dicos valientes y tozudos que nunca tiran la toalla. Ellos, y no esos patrioteros de hojalata, son la verdadera Marca Espa?a.
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