Manual de resistencia feminista: un viaje al coraz¨®n de Femen
As¨ª prepararon durante una semana 15 activistas de este colectivo su intervenci¨®n ante la fachada del Ministerio de Justicia. La consigna fue evitar problemas: ¡°Si te coge la polic¨ªa, peso muerto¡±
Durante una semana, han estado preparando un plan. Cuando se acercara el momento elegido, a las seis de la tarde del viernes 11 de junio, frente al Ministerio de Justicia, 15 mujeres que pertenecen al colectivo Femen deb¨ªan actuar en equipo. Se reunir¨ªan en un bar cercano, todas ellas vestidas con pantal¨®n y calzado negro. Se desprender¨ªan de sus chaquetas, se colocar¨ªan una corona de flores sobre la cabeza, dejar¨ªan sus pechos al aire, previamente pintados con algunos mensajes en tinta negra, caminar¨ªan unos metros hasta la fachada del ministerio y se colocar¨ªan frente a ella seg¨²n un dispositivo 6-5-4 para denunciar la pasividad de las instituciones ante los casos de violencia machista en el pa¨ªs. Las seis de la primera fila portar¨ªan una pancarta de 12 metros de largo dividida en tres partes con un lema: ¡°Negar el machismo nos mata¡±. Las dos de los extremos ser¨ªan las capitanas. Y ninguna deb¨ªa olvidar una de las principales consignas: ¡°Si te coge la polic¨ªa, peso muerto¡±.
Una vez en acci¨®n, deber¨ªan mantener una posici¨®n r¨ªgida y est¨¢tica: las piernas abiertas, el pu?o levantado. Y gritar¨ªan con toda la rabia que fueran capaces de expresar aquellas frases que han memorizado a lo largo de la semana de entrenamiento.
As¨ª lo hicieron y ejecutaron ayer. Todo sali¨® mejor de lo previsto. Hubo suerte.
Los preparativos para esta protesta hab¨ªan sufrido algunas modificaciones en las semanas previas. Estaba previsto que acudieran 16 compa?eras del colectivo, una por cada mujer asesinada en Espa?a a lo largo de 2021. Cada participante llevar¨ªa pintada en la espalda el nombre de una de las fallecidas, con la fecha de su muerte, la edad y el lugar del suceso. Pero una de ellas ha fallado a ¨²ltima hora, y dos mujeres m¨¢s han sido asesinadas durante la semana. As¨ª que finalmente ser¨ªan 15 mujeres llevando 21 velas encendidas con el nombre de las asesinadas, que depositar¨ªan frente al ministerio.
El primer s¨¢bado de junio, en un local de un pol¨ªgono industrial a las afueras de Madrid, comenzaron los preparativos. El local es peque?o. Tiene unos 40 metros. Sus viejas paredes est¨¢n empapeladas por carteles de Femen y pancartas de sus acciones. El recinto est¨¢ amueblado como si fuera una escuela, pero los fines de semana se convierte en un campo de entrenamiento. Cuando se cambian de ropa y se colocan la corona de flores, una de las se?as de identidad de la organizaci¨®n feminista, el gesto relajado con el que muchas de ellas han accedido al local se tensa. Cuatro de las asistentes son novatas dentro del grupo espa?ol de Femen, que cuenta con 24 mujeres activas. Una de ellas es Luc¨ªa, que trabaja como cart¨®grafa: ¡°Tengo miedo de que me reconozcan en el trabajo, pero mis padres est¨¢n de acuerdo con lo que hago¡±, explica. ¡°En mi trabajo todav¨ªa no me han visto la cara porque empec¨¦ en noviembre y todo ha sido virtual, entonces no me preocupa¡±. Marta, una veterana, le pregunta si le preocupa el topless. Responde que no. ¡°Lo pregunto porque dos se dieron de baja por eso¡±, dice Marta.
Lara Alc¨¢zar es la capitana. Tiene 28 a?os, es asturiana y graduada en Historia del Arte. Desde hace m¨¢s de nueve a?os introduce a mujeres en el sextremismo, el uso del cuerpo como arma pol¨ªtica. Cada fin de semana, las activistas intercalan entrenamientos f¨ªsicos con indicaciones de c¨®mo encarar las protestas y c¨®mo enfrentarse a las autoridades. Todas interiorizan la orden de Alc¨¢zar: ¡°Si te coge la polic¨ªa, peso muerto¡±. Y eso hay que ensayarlo.
Alc¨¢zar se planta delante de una pizarra. El resto hace un c¨ªrculo. Su experiencia como l¨ªder de la rama espa?ola del grupo le permite anticiparse a todos los problemas que se pueden originar durante la acci¨®n prevista para el viernes 11 de junio. Su jerarqu¨ªa es indiscutible: ¡°Yo entro primera y empiezo a gritar los esl¨®ganes. Nosotras no cantamos, gritamos. Despu¨¦s de que entre, me segu¨ªs¡±, dice mientras dibuja con rotuladores la posici¨®n de cada activista en la pizarra. Se trata de un 6-5-4, una primera fila de seis mujeres, dos filas detr¨¢s de cuatro y cinco, como si se tratara de una estrategia deportiva. ¡°Aqu¨ª no podemos permitirnos improvisar, eso nos puede poner en riesgo a todas¡±, advierte.
El martes pasado, Alc¨¢zar anunciaba un cambio de planes: en lugar de ir a las siete de la tarde ir¨ªan a las seis. Y, en vez de cortar el tr¨¢fico, algo que es un delito, se van a limitar a ponerse frente a la puerta del Ministerio de Justicia en un acto que, como mucho, solo obligar¨ªa a cambiar de ruta a algunos transe¨²ntes.
La seguridad es importante. ¡°No nos podemos permitir el lujo de otra multa, sobre todo con las nuevas y las que vienen de toda Espa?a. Les prometimos que nos ¨ªbamos a portar bien¡±, explica Alc¨¢zar. Las reglas son claras con la polic¨ªa: no se habla con ellos. Todas llevar¨¢n su DNI en el zapato para mostrarlo de inmediato en caso de tener que ser identificadas.
Porque la resistencia a la polic¨ªa, explica Alc¨¢zar, ha de ser activa, pero pac¨ªfica, pues est¨¢ prohibido que las activistas agredan a las fuerzas de la autoridad en mitad de una acci¨®n, ni siquiera como forma de defensa.
Para ello, las Femen deben mantener esa posici¨®n fija. La idea es quedar en una posici¨®n de peso muerto para evitar ser derribadas por la polic¨ªa el mayor tiempo posible. Su actitud siempre tiene que ser firme y agresiva. ¡°El miedo al comienzo de una acci¨®n se olvida cuando te llenas de rabia por lo que est¨¢s denunciando, las ganas de cambiar las cosas te dar¨¢n la fuerza¡±, explica Palmira, una veterana que estar¨¢ al mando de la retaguardia. Ella ser¨¢ la encargada de encender las velas.
Las primeras seis mujeres que conforman la alineaci¨®n delantera llevan un cartel de doce metros de largo dividido en tres partes. Lo sujetan por parejas. ¡°Si sois flojas de brazos, no vais a poder ir delante¡±, explica Alc¨¢zar a las nuevas activistas. ¡°Vais siempre con la pareja. Aqu¨ª, como en el cole, con la que dice la profesora, esa te toca¡±. Las de las otras dos filas son las encargadas de sujetar las velas. Lara y Palmira ejercen de capitanas, una delante, la otra en los grupos traseros.
Despu¨¦s de una hora de charla t¨¢ctica, las mujeres se ponen en fila india y empieza el entrenamiento. ¡°Piensa en algo que te d¨¦ mucha rabia¡±, le dice Mariliyn a Luc¨ªa mientras practican los gritos. Las ventanas del estudio retumban con las proclamas de las activistas: ¡°?Feminicidio, emergencia nacional!¡±.
En el ensayo, unas hacen de activistas y otras de polic¨ªas. Las activistas sostienen cada una un cartel. Las que hacen de polic¨ªas intentan derribarlas. No deben reaccionar, solo aguantar la posici¨®n lo m¨¢s firme posible, lo m¨¢s vertical posible. Son las maniobras de evasi¨®n. ¡°Tiene que ser una resistencia pac¨ªfica¡±, insiste Alc¨¢zar.
¡°Si noto que estamos en peligro, ten¨¦is que confiar en vuestro instinto para saber que ya tenemos que terminar¡±, dice Alc¨¢zar. Les asegura que en todo momento ella dar¨¢ ¨®rdenes y llevar¨¢ la voz cantante. ¡°Yo voy a verbalizar en todo momento lo que ten¨¦is que hacer, no os preocup¨¦is¡±, reafirma.
Durante los entrenamientos, las nuevas tienen que practicar c¨®mo quitarse la ropa de una forma r¨¢pida y sencilla para no entorpecer la acci¨®n. ¡°Recordad, mucha protecci¨®n solar para los pezones, que se queman muy f¨¢cil en el verano¡±. Corren por el local una y otra vez mientras se quitan la camisa. ¡°Siempre que estamos en topless, estamos gritando nuestra denuncia. Si no, es solo exhibicionismo, no tiene sentido¡±, explica Alc¨¢zar.
Una vez terminada la preparaci¨®n f¨ªsica, llega el momento de pensar en los esl¨®ganes. Tormenta de ideas. ¡°No pedimos, exigimos¡±, les recuerda Alc¨¢zar. Despu¨¦s de varios intentos, logran sacar el primero: ¡°?Interior y Justicia, c¨®mplices machistas!¡±.
El viernes 11 llega el d¨ªa. Las mujeres van llegando poco a poco a la casa de una de las activistas despu¨¦s de salir de trabajar y empiezan a pintarse los pechos mientras hablan de Juana Rivas, la mujer de Granada inmersa en un largo litigio por recuperar a sus hijos. Durante dos horas se visten, se pintan y se preparan para el momento de la acci¨®n. Hacen los ¨²ltimos ensayos y salen por la puerta. ¡°?Chaqueta, corona en mano y DNI en el zapato. ?Listas!¡±
Caminan entre las calles del madrile?o barrio de Malasa?a camufladas con sus chaquetas. Entran en el bar m¨¢s pr¨®ximo al ministerio, donde le dejan las prendas al compa?ero de una de ellas. Ya destapadas, corren hacia las puertas del Ministerio donde est¨¢n esperando una docena de reporteros gr¨¢ficos.
Las mujeres ejecutan el plan sin sobresaltos. ¡°?Feminicidio, emergencia nacional!¡±, gritan durante m¨¢s de 15 minutos, casi al borde de la boca del metro de Noviciado. Algunos coches pitan y algunas mujeres aplauden. La polic¨ªa no aparece. Todo resulta m¨¢s sencillo de lo planificado. A la se?al de Alc¨¢zar, tal y como estaba previsto, recogen las pancartas y salen caminando. Atr¨¢s, frente al Ministerio de Justicia, dejan 21 velas rojas que recuerdan las 21 mujeres asesinadas por el machismo este a?o.
Las 15 mujeres defendieron con su cuerpo y su voz los derechos de las mujeres. Ese es el ideario de Femen. El viernes 11 de junio no fue un d¨ªa cualquiera, otras manifestaciones tuvieron lugar en todos los puntos de Espa?a. Era una jornada de dolor por lo sucedido en Tenerife y la muerte de una menor en Estepa. El activismo contra el machismo les obligar¨¢ a seguir prepar¨¢ndose para pr¨®ximas intervenciones. Una larga lucha les espera.
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