El verano de nuestra vida
Los d¨ªas en los que volvemos a vernos sin mascarillas y a reivindicar el Orgullo y las risas frente a los fr¨ªos intentos de volver al pasado
Se ha hecho el remol¨®n. Ha tardado en llegar, disfraz¨¢ndose a ratos de octubre lluvioso. Pero el verano ya se ha impuesto en la vida madrile?a. Y lo ha hecho, al final, por la puerta grande. ?Fuera mascarillas en el exterior! Oye, resulta que ten¨ªamos caras e incluso sonrisas. La barba hay que arregl¨¢rsela un poco m¨¢s. Reabriendo las discos, con sus pistas de baile al aire libre. Por favor, se?or Ruiz Escudero, ?puede vacunar un poco m¨¢s r¨¢pido? ?Tocar¨¢ el primer pinchazo en el after del Zendal? Que son d¨ªas de apps no solo para ligar, sino para pedir dosis de las buenas.
Con cuidado y distancias, ?pero por qu¨¦ no puede ser el verano de nuestra vida? Que en Madrid no se est¨¢ nada mal. Pensemos en ba?arnos en la piscina de la azotea del hotel Emperador, en acariciar con los ojos al ¨¢ngel de Metr¨®polis desde la azotea de The Principal, en pasear ¨Dcual goyescos¨D por Madrid R¨ªo, en perderse en las Noches el Bot¨¢nico con Fangoria y Jorge Drexler. Porque la ciudad en verano es un helado derriti¨¦ndose por la calle Fuencarral, una conversaci¨®n que se alarga de madrugada en una terraza en la Dehesa de la Villa, una toalla que se extiende en el Retiro, un granizado al caer la tarde en Pintor Rosales. Como proclaman Natos, Waor y Recycled J son d¨ªas de sudores fr¨ªos, entre Aluche y Caraban. Vivan los bloques de ladrillo visto. Pasado San Juan, pasados los malos rollos.
Se?or alcalde, m¨¢s mirar a M¨²nich y menos a Budapest a estas alturas en 2021
El verano llega tambi¨¦n a Madrid con el Orgullo. Es la verdadera fiesta de Madrid, ni Dos de Mayo ni la Paloma. Este s¨ª es el aut¨¦ntico grito de libertad, teniendo que asistir estos d¨ªas al espect¨¢culo de las dudas sobre si se despliega o no la bandera arco¨ªris en la fachada del Ayuntamiento. Y es lo que tiene un gobierno municipal que est¨¢ en manos del partido que anda gritando ¡°todo nuestro apoyo a Hungr¨ªa¡±. Pues, se?or alcalde, m¨¢s mirar a M¨²nich y menos a Budapest a estas alturas en 2021. Porque el calor tambi¨¦n tiene que ser para defender los derechos frente a los fr¨ªos intentos de frenarlos, en una semana en la que llega uno nuevo tambi¨¦n, el de morir dignamente, aunque el PP lo lleva de paseo a Domenico Scarlatti, una de sus calles favoritas de Madrid. L¨¦ase la puerta del Tribunal Constitucional. No andan tampoco muy contentos Ayuso y Almeida con empresarios y obispos. Vaya, que han apoyado el intento de rebajar la tensi¨®n y de reencontrar a Espa?a y Catalu?a. ?No deber¨ªa ayudar algo Madrid?
Tambi¨¦n tenemos derecho a sonre¨ªr y re¨ªr. Resulta que se dice que el nivel del humor de las mujeres es m¨¢s bajo en las chocitas de la ciudad. Pasando de loros, ?y al loro! Pues quiero unos d¨ªas estivales de carcajadas escuchando a Isa Calder¨®n, Luc¨ªa Lijtmaer, In¨¦s Hernand, Susi Caramelo, Martita de Gran¨¢, Ana Mil¨¢n y Asaari Bibang. Y un deseo para todos: ojal¨¢ sea el verano de nuestra vida.
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