Yal¨ªn y Teresa, la unidad cabezota
La perra gu¨ªa y su due?a, que padece una enfermedad en la retina, se mueven se mueven como una sola en el asfalto
Ver a Teresa cruzar por uno de los pasos de cebra de la Gran V¨ªa de Majahonda produce un extra?o v¨¦rtigo. El ejercicio de confianza que realiza es tan grande, tan poco com¨²n, tan, aparentemente, irracional que el urbanismo deja de tener sentido. Coches y peatones se paran, pendientes de ella. Se hace tregua. Yal¨ªn, la Golden Retriever, gu¨ªa a Teresa al otro lado de la calzada. La ciudad retoma el ritmo.
Cuando Teresa era peque?a, ve¨ªa, montaba en bici, patinaba y esquiaba. ¡°Hasta que desa...
Ver a Teresa cruzar por uno de los pasos de cebra de la Gran V¨ªa de Majahonda produce un extra?o v¨¦rtigo. El ejercicio de confianza que realiza es tan grande, tan poco com¨²n, tan, aparentemente, irracional que el urbanismo deja de tener sentido. Coches y peatones se paran, pendientes de ella. Se hace tregua. Yal¨ªn, la Golden Retriever, gu¨ªa a Teresa al otro lado de la calzada. La ciudad retoma el ritmo.
Cuando Teresa era peque?a, ve¨ªa, montaba en bici, patinaba y esquiaba. ¡°Hasta que desarroll¨¦ una enfermedad de retina y a los 8 ¨® 9 a?os comenc¨¦ a perder vista¡±, cuenta. No fue una p¨¦rdida instant¨¢nea sino que se fue quedando sin visi¨®n de manera paulatina. Al principio, utilizaba ¨²nicamente el bast¨®n como ayuda ¡°pero tiene sus limitaciones: se atasca, se te puede romper, y es complicado evitar ciertos obst¨¢culos¡±. Teresa a¨²n ten¨ªa algo de resto visual cuando solicit¨® un perro gu¨ªa a la Fundaci¨®n ONCE, ya preve¨ªa que la cosa iba a empeorar. Estuvo tres a?os en lista de espera hasta que Yal¨ªn lleg¨® a su vida. Le ense?aron algunas tareas b¨¢sicas: c¨®mo cepillar a la perra, c¨®mo darle de comer o c¨®mo saber si estaba haciendo sus necesidades. Pero lo m¨¢s importante era que Yal¨ªn conociera a la perfecci¨®n las rutas de Teresa, una serie de caminos que no suelen ser los m¨¢s cortos o los m¨¢s r¨¢pidos, sino los m¨¢s sencillos para ambas. El problema surge cuando los adoquines se sueltan, hay obras interminables en la calzada o los setos de las fincas y urbanizaciones se dejan de podar e invaden las aceras, es entonces cuando la ruta sencilla se convierte en una odisea. Esto no es nuevo, el urbanismo no es funcional sin una accesibilidad universal para todo tipo de personas, incluidas las que tienen diversidad funcional y/o movilidad reducida. Teresa no se cansa de denunciarlo. ¡°Y eso que yo vivo en un municipio con dinero pero cuando hay elecciones s¨®lo arreglan lo que se ve. Lo que da peor imagen. Cuando les hablo de urbanismo sin barreras les entra por un o¨ªdo y les sale por el otro¡±, se sincera.
Alguien lanza una manguera por en medio de la acera, Yal¨ªn y Teresa la esquivan con cuidado. Ambas caminan y se entienden con el cuerpo. La pierna izquierda de Teresa es la referencia para Yal¨ªn y el arn¨¦s especial que viste la perra traduce sus movimientos en el asa que Teresa agarra con fuerza. Juntas forman lo que se denomina ¡°la unidad¡±. ¡°Y la unidad somos muy cabezotas¡± apunta riendo. A veces tiene que insistir a la perra para que siga un camino concreto y otras le toca fiarse del animal cuando no est¨¢ segura de algo. Yal¨ªn camina concentrada y responde a todos los comandos que le va dictando su due?a, incluidos los ¡°venga, cuchuflita¡± y ¡°va, chiquitina¡±. Cuando llega al final de las aceras reduce velocidad para que Teresa sepa que tiene que lanzar el pie un poco m¨¢s lejos. Si se acerca a la zona de los taxis, va hacia ellos adelant¨¢ndose a las necesidades de su due?a. Se conocen y leen a la perfecci¨®n. ¡°Cuando estaba embarazada la perra andaba m¨¢s despacio. A lo mejor porque notaba que yo caminaba con m¨¢s miedo o m¨¢s cuidado. Creo que Yal¨ªn interpreta hasta mi estado de ¨¢nimo¡±, afirma.
La pandemia tambi¨¦n afect¨® a la unidad. Yal¨ªn y el resto de perros gu¨ªas no estaban entrenados para mantener la distancia de seguridad, muchos dejaron de hacer sus rutas habituales, perdieron pr¨¢ctica, se desprogramaron. Yal¨ªn se acostumbr¨® a dejar de ver gente por la calle y cuando se produjo el desconfinamiento tard¨® en acostumbrarse de nuevo ¡°se paraba, no iba recta, se despistaba con cualquier cosa¡±.
Teresa tambi¨¦n tuvo que adaptar su cl¨ªnica de fisioterapia a las medidas sanitarias derivadas del COVID pero no dej¨® de trabajar, al igual que tampoco abandon¨® el esqu¨ª cuando empez¨® a perder la vista. El fot¨®grafo se mueve y Yal¨ªn le sigue, ¡°es una sinverg¨¹enza, como ya te conoce... es que ¨¦sta no pierde detalle, gracias a Dios¡±. Suena el click de la c¨¢mara ¡°?Qu¨¦ suena? La c¨¢mara, ?no? ?Oye, cruzamos la calle las veces que haga falta!¡±.
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