Menos Broadway y m¨¢s Gran V¨ªa
Una ciudad entre estrenos, vicepresidentas, botellones y mensajes contra el papa Francisco
Madrid ya es Madrid. Y hay una cosa que lo corrobora: se arremolina la gente en la Gran V¨ªa. Hay fot¨®grafos en la puerta del teatro Lope de Vega, su buena alfombra roja forrando las escaleras. Con dos accesos, que siempre ha habido distinciones: los del ¡®photocall¡¯ y los invitados con entrada normal. La gente se da hasta dos besos. ¡°Ya hemos vuelto a rodar¡±, dicen unos a otros a la entrada. Esto huele a estreno de verdad. Los curiosos se paran con sus bolsas de Zara y de Primark, alguno caza un aut¨®grafo o un selfie.
Y la furgoneta negra llega a la entrada, se abre la puerta y aparece Alejandro Amen¨¢bar con su tropa. A toda mecha en los neones aparece su particular ¡®La Fortuna¡¯, con Ana Polvorosa y ?lvaro Mel custodi¨¢ndole las espaldas. El director siempre vuelve de una forma u otra a la Gran V¨ªa. Los relaciones p¨²blicas ejercen otra vez de nerviosos term¨®metros del Madrid del momento. Algunos incluso se apiadan de los merodeadores y les regalan una entrada al final: ¡°?De verdad podemos entrar?¡±. Entre luces y flashes faltan todav¨ªa invitados¡ Dos coches negros blindados cruzan a todo trapo la arteria, un guardaespaldas despeja la zona y aparece directa la vicepresidenta primera, Nadia Calvi?o. Esto es lo que tiene Madrid, por la ma?ana se est¨¢ en La Moncloa aprobando la subida del salario m¨ªnimo y por la noche en el estreno de la serie espa?ola del momento. Abre los ojos.
La vida da esos giros de guion como los propios neones de la Gran V¨ªa. Acabado el estreno, esa misma pantalla de publicidad refleja un anuncio de ¡°No hagas botell¨®n¡±, del Ayuntamiento de Madrid. Anda todo el mundo indignado ahora con esas concentraciones multitudinarias de j¨®venes en torno al alcohol. ?Y qu¨¦ se esperaban despu¨¦s de haber hecho una campa?a de elecciones en la que todo giraba en torno a tomarse una ca?a? ?Alguien escuch¨® propuestas para j¨®venes para los viernes por la noche? ?Recuerdan alg¨²n debate apasionado en el Pleno con medidas de ocio m¨¢s all¨¢ de la hosteler¨ªa? Y no es que sea algo precisamente muy nuevo, que muchos de los que ahora est¨¢n arriba pasaron por los botellones del parque de Almansa.
Pero que esto va de estrenos, con aires hollywoodienses. La presidenta de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, ha cruzado el charco. Quiere fama internacional tras el primer asalto en Mil¨¢n. Ahora tocaba Estados Unidos, aunque tuviera que dejar solos a Pablo Casado y Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida en el paso por Madrid de la convenci¨®n itinerante del PP. A librar su batalla cultural: del ¡°indigenismo es el nuevo comunismo¡± a meterse hasta con el papa Francisco. Eso no lo ve¨ªamos venir. Que no, que no quiere La Moncloa, pero sale en una entrevista en Telemadrid en Washington con la Casa Blanca al fondo. Esta vez no le ha hecho nada de caso a Nacho Cano, aunque tuviera tanto patrimonio, como le recrimin¨® a M¨®nica Garc¨ªa. Para ella, s¨ª hay marcha en Nueva York.
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