El hombre que empez¨® a correr en el patio de la c¨¢rcel y sali¨® de all¨ª campe¨®n
La v¨ªa de escape que Juan Miguel Esteban encontr¨® en prisi¨®n transform¨® su vida y lo convirti¨® en un atleta, una historia de superaci¨®n hoy reconocida y premiada
Ahora que vuelve a ser tiempo de confinamientos, hubo alguien que lo pas¨® peor. Juan Miguel Esteban estuvo encerrado siete a?os en la c¨¢rcel. M¨¢s de 2.555 d¨ªas de castigo y m¨¢s de 61.000 horas descontando el tiempo para volver. El primer d¨ªa de todos fue en febrero de 2009 y estaba nevando. Juanmi ten¨ªa 32 a?os y lo desnudaron nada m¨¢s entrar a la prisi¨®n de Aranjuez, justo antes de que se asomasen a mirarle unos cientos, todos sus nuevos compa?eros. Pero Juan Miguel Esteban encontr¨® pronto una v¨ªa de escape que transform¨® su vida completamente hasta convertirlo en atleta. Y sali¨® de prisi¨®n ya como campe¨®n.
Antes de todo eso, Esteban viv¨ªa con holgura. Estudi¨® una FP de Electr¨®nica y luego se interes¨® por la nutrici¨®n, lo que le dirigi¨® a especializarse en los entrenamientos personales. Empez¨® a trabajar con alumnos famosos y su siguiente paso fue el mundo de la noche. Mont¨® una empresa de seguridad y le iba muy bien, girando con artistas como Madonna, Alejandro Sanz y El Canto del Loco. Un d¨ªa se torci¨®.
Un evento en la plaza de Alcal¨¢ de Henares cambi¨® su vida. Uno de sus 300 empleados, el destinado a Alcal¨¢, no pudo acudir a trabajar, y Juanmi lo supli¨® con un hombre sin papeles. Ten¨ªa que custodiar una pista de hielo, y la tarde se complic¨®. Estall¨® una reyerta y el empleado rumano contratado muri¨® asesinado, tras recibir varias pu?aladas. La justicia conden¨® a Juan Miguel Esteban por un delito contra el derecho de los trabajadores. Una pena que se elev¨® a los 14 a?os de c¨¢rcel, agravada por algunos incidentes de Juanmi en el mundo de la noche, y reducida finalmente a 11 a?os tras varios recursos.
Pocos d¨ªas en prisi¨®n le sirvieron para detallar un diagn¨®stico certero: ¡°O hago algo aqu¨ª o la palmo¡±. Una visita a la c¨¢rcel le salv¨®. Fue la de su primo Carlos. ?l y Jes¨²s, otro de sus primos, hac¨ªan atletismo y triatl¨®n, y le contaron a Juanmi todo lo que les ayudaba. Le propusieron una locura: por qu¨¦ no empezar a correr en su encierro.
En el patio de la prisi¨®n contaban con una pista de f¨²tbol sala de unos 120 metros. Un espacio rid¨ªculo para ponerse a correr, pero Juanmi se arm¨® de valor. Empez¨® a hacerlo unos pocos minutos al d¨ªa, que pronto fueron a m¨¢s, hasta llegar a horas de entrenamiento. Juanmi se enfrentaba a una curva perpetua, dando vueltas como si fuera un rat¨®n, en la pista de f¨²tbol sala. De las burlas de sus compa?eros, del loco del patio, a que algunos de ellos le siguieran. De que unos pocos se le unieran, a correr con m¨¢s de cien personas.
Una rutina para salvarse
Corr¨ªa todos los d¨ªas. Lloviera, hiciese fr¨ªo o se hartase de calor. Era su rutina, junto a otra m¨¢s sentimental. Se hizo con una radio anal¨®gica para suavizar las horas en la celda, y encontr¨® en la m¨²sica de Mal¨² otra de sus v¨ªas de escape. Juanmi tambi¨¦n cuenta que se agarr¨® a lo malo. El odio y la rabia como motivaci¨®n para poder salir de ah¨ª.
A medida que avanzaba en sus entrenamientos, comenz¨® a competir en carreras entre prisiones. Y las ganaba todas. M¨¢s tarde, su primer permiso. La primera vez que le dejaron salir de la c¨¢rcel se fue a una carrera organizada por Instituciones Penitenciarias, en la que corr¨ªan m¨¢s de 3.000 personas y Juanmi termin¨® entre los primeros 70.
M¨¢s tarde, otra visita reveladora de sus primos. Le hablaron de una revista que contaba historias de superaci¨®n vinculadas al deporte, y Juanmi les quiso escribir la suya. Nunca le respondieron. Sin embargo, lleg¨® su ocasi¨®n. En su segundo permiso de prisi¨®n, se lanz¨® a correr la marat¨®n de Madrid. En la Feria del Corredor, donde fue a recoger el dorsal para la carrera, se top¨® con el stand de Running Fiz, la marca del campe¨®n del mundo de marat¨®n Mart¨ªn Fiz. Juanmi se acerc¨® a ¨¦l y le cont¨® su historia. Mart¨ªn Fiz, con peso en la revista Corredor, a la que Juanmi hab¨ªa enviado sus cartas, prometi¨® ayudarle.
En el a?o 2016, Juan Miguel Esteban corri¨® su primera marat¨®n en Madrid junto a sus primos. Pero al d¨ªa siguiente volv¨ªa a su rutina de la c¨¢rcel. Unas semanas despu¨¦s, su madre le llam¨® llorando a prisi¨®n. ?lex Calabuig, director de la revista Corredor, y Mart¨ªn Fiz le quer¨ªan hacer un reportaje. Y al cabo de otro tiempo, su historia sali¨® a la luz.
El reportaje tambi¨¦n corri¨®, y lleg¨® a las personas indicadas. Gracias a su publicaci¨®n, la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias revis¨® su caso. Visitaron a Juanmi en prisi¨®n, le preguntaron si todo aquello era cierto y su vida volvi¨® a cambiar. ¡°Recoge tus cosas que ma?ana te vas para casa¡±. En 2016, con 39 a?os, Juan Miguel Esteban sali¨® de la c¨¢rcel.
Un hombre libre
?Se es tan libre al salir de la c¨¢rcel? ¡°No¡±, responde ¨¦l, tajante. El madrile?o confiesa que siempre llevar¨¢ una mochila en la espalda, que muchas noches sigue escuchando el ruido de las puertas. Al principio nadie le contrataba para trabajar. Pero se impusieron las buenas noticias. Su historia fue reconocida como la mejor historia de superaci¨®n a escala mundial en los ¨²ltimos 15 a?os por la revista Runner¡¯s world. Y en 2019 fue campe¨®n del Triatl¨®n Madrid Banco Santander, del Campeonato de Espa?a.
Juanmi no dej¨® de correr. Incluso se subi¨® a la bici y se tir¨® al agua para nadar. Su siguiente reto fue hacer un Ironman, la carrera m¨¢s exigente, que combina carrera, bicicleta y nataci¨®n. Para entrenarse tuvo un golpe de suerte. Quiso nadar en las instalaciones m¨¢s cerca de su casa, en el colegio Estudiantes de Las Tablas, y acab¨® trabajando para la escuela. Ahora es director deportivo en dos colegios, el Estudiantes y el Liceo Europeo de La Moraleja. Y cumpli¨® con el Ironman en Lanzarote.
Junto a Mart¨ªn Fiz y ?lex Calabuig, ya inseparables en su vida, Juanmi contin¨²a corriendo. Correr le hizo libre. Y le ha convertido en un ejemplo. Ahora se dedica a ayudar, impulsando todo tipo de iniciativas: gu¨ªa de ciegos, carreras ben¨¦ficas para gente con discapacidad, enfermos de c¨¢ncer. A sus 45 a?os, a¨²n muy lejos de su ¨²ltima recta, Juan Miguel Esteban ya ha vivido una carrera que nunca se olvidar¨¢.
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