Reconstrucci¨®n de un d¨ªa fren¨¦tico: las horas m¨¢s dif¨ªciles de Isabel D¨ªaz Ayuso
Recluida con su n¨²cleo duro, la presidenta regional vivi¨® el jueves una jornada marcada por un conflicto que afecta a sus dos familias: la de sangre y la del partido
Al filo de las diez de la noche del jueves, Isabel D¨ªaz Ayuso habla con voz queda en una esquina de la sala del pleno de la Asamblea. Ha llegado con cara de funeral a votar en el pleno y a su alrededor se ha extendido un silencio expectante acompa?ado de caras de pesadumbre: la crisis abierta entre ella y el presidente del PP, Pablo Casado, causa estragos bien visibles en los rostros de los diputados del PP. ¡°?Y eso con las mascarillas!¡±, ironiza uno. Acabada la votaci¨®n, una veintena larga de los 65 representantes populares rodea a la presidenta en la esquina del hemiciclo pegada a la bancada del Gobierno. Hay expresiones de complicidad. Y de repente, comienza un aplauso al que se suman contundentes expresiones de adhesi¨®n: incluso se golpea, manotazo va, manotazo viene, la madera noble del estrado del Parlamento. En el PP hay una guerra, y todos los cargos intermedios saben que se juegan su futuro.
¡°La presidenta cont¨® un poco lo que hab¨ªa estado explicando en su comparecencia, y se disculp¨®: lamento que estemos pasando por esto, porque en la Comunidad las cosas van bien y hay muchas cosas en marcha. Es una pena¡±, resume una fuente la conversaci¨®n grupal.
¡°No fue nada preparado, fue algo espont¨¢neo, de relajaci¨®n del ambiente, de descargar tensiones¡±, cuenta otro interlocutor conocedor de lo que ocurri¨® en aquella esquina del Parlamento. ¡°Fue para intentar tranquilizar. Nos fuimos dici¨¦ndonos... ahora toca descansar, y a ver qu¨¦ pasa¡±.
¡ªBuenas noches, se despide D¨ªaz Ayuso, mirando uno a uno a los ojos a todos los presentes, mientras se dirige por una puerta secundaria hacia el aparcamiento para cerrar una jornada infernal que ha puesto en juego su supervivencia pol¨ªtica, la de Casado, y la propia viabilidad del PP como proyecto pol¨ªtico de referencia en la derecha.
As¨ª empieza todo. D¨ªaz Ayuso y su poderoso jefe de gabinete, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, tienen pautas de trabajo muy asentadas. Los dos se cruzan el primer mensaje del d¨ªa alrededor de las siete y media de la ma?ana. Y el ¨²ltimo, en el entorno de la medianoche. Para cuando se va a dormir el mi¨¦rcoles, la presidenta de la Comunidad de Madrid ya sabe que se enfrenta a una pol¨¦mica de dimensiones catastr¨®ficas ¡ªEl Confidencial adelanta su choque con Casado al final de la tarde¡ª y que las portadas de la prensa del d¨ªa siguiente la van a convertir en una de las grandes protagonistas del jueves. Un d¨ªa lleno de tensiones que empieza con mensajes y llamadas a su grupo de colaboradores de confianza.
¡°Lo que m¨¢s choca es el desmentido de G¨¦nova, mientras que a EL PA?S le confirman en G¨¦nova que la investigan¡±, arranca su jornada una de las personas que est¨¢ dialogando desde primera hora con la presidenta, y que no entiende c¨®mo la direcci¨®n nacional puede haber desmentido en p¨²blico (con un tuit) lo que luego confirma en privado.
COMUNICADO DEL PP
— Partido Popular (@populares) February 16, 2022
El Partido Popular desmiente tajantemente las informaciones publicadas en relaci¨®n a una supuesta investigaci¨®n sobre los contratos sanitarios adjudicados por la Comunidad de Madrid y tomar¨¢ las medidas judiciales oportunas ante estas falsedades.
Informada de la comparecencia del alcalde de la capital, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, que niega cualquier espionaje a la presidenta de Madrid, D¨ªaz Ayuso llega hasta la Asamblea para el pleno semanal. Son casi las diez de la ma?ana, y en pocas ocasiones hay tantas c¨¢maras presentes en el Parlamento. La tormenta de flashes que reciben a la presidenta a su llegada al esca?o retratan a una pol¨ªtica dividida por el conflicto entre sus dos familias.
A un lado, la de sangre, encarnada en este caso por su hermano Tom¨¢s, que cobr¨® una ¡°compensaci¨®n¡± por un contrato de 1,5 millones de euros con la Comunidad para traer mascarillas en abril de 2020. Al otro, Casado, su amigo desde hace 17 a?os, el hombre que confi¨® en ella cuando era una desconocida, que considera ilegal ese acuerdo y le reclama explicaciones.
¡°Le est¨¢n haciendo sufrir a mi familia m¨¢s de lo que cualquiera podr¨ªa aguantar. Mi vocaci¨®n pol¨ªtica ha mermado su calidad de vida desde hace varios a?os¡±, se queja D¨ªaz Ayuso, que incluso en los momentos m¨¢s dulces de su carrera, all¨¢ durante el cierre de la campa?a del 4-M, reflexiona con amargura sobre los efectos de su carrera en su vida familiar. ¡°Mi familia es lo m¨¢s importante de mi vida. [Un agradecimiento] a los Ayuso, a mi hermano, a mis sobrinos, a mis amigos de la infancia de Sotillo [de la Adrada, en ?vila], de los que tantas cosas me estoy perdiendo¡±.
Durante toda la jornada, la presidenta de la Comunidad de Madrid se refiere al PP como ¡°mi casa¡±. Sin embargo, esa edificio est¨¢ en llamas por el conflicto que protagoniza. Y por eso la Real Casa de Correos, sede del Ejecutivo regional, se convierte en un b¨²nker.
Horas fren¨¦ticas
¡°Los de arriba¡±, que es como conocen los empleados de la sede gubernamental al n¨²cleo duro de D¨ªaz Ayuso, apenas se juntan con el resto en las horas decisivas, que son fren¨¦ticas. La presidenta de la Comunidad de Madrid las pasa fundamentalmente junto a su jefe de prensa y gran confidente, Jos¨¦ Luis Carreras, que le acompa?a tambi¨¦n en sus dos viajes a la Asamblea; con el portavoz parlamentario del PP, Alfonso Serrano; y con Rodr¨ªguez.
¡±Est¨¢ aislada desde hace tiempo¡±, lamenta una fuente cr¨ªtica con la presidenta, y que describe que no hay comunicaci¨®n alguna con la sede nacional de G¨¦nova.
D¨ªaz Ayuso y su equipo preparan la intervenci¨®n en la que la presidenta lanza su reto a Casado (¡°Los discursos importantes los escribe ella¡±, puntualiza una fuente gubernamental), y que se retrasa media hora sobre el horario previsto.
¡°Lamentablemente, nuestras ruedas de prensa siempre se retrasan. Pero no por un motivo especial¡±, cuentan quienes conocen lo ocurrido con una convocatoria que despert¨® un inter¨¦s sin precedentes: decenas de periodistas hac¨ªan cola en la entrada de la Real Casa de Correos. ¡°Fue un l¨ªo. Nunca hab¨ªamos visto eso¡±.
Terminada su intervenci¨®n, D¨ªaz Ayuso se retira a su despacho, seg¨²n una fuente de su confianza. All¨ª, siempre seg¨²n este interlocutor, sigue la rueda de prensa del secretario general del PP, Teodoro Garc¨ªa-Egea, tan dura como la suya, y en la que se anuncia la apertura de un expediente informativo sobre el caso.
¡°Como escenario, la expulsi¨®n de la presidenta del PP es posible, pero no creo que lleguen a eso¡±, concluye un pol¨ªtico de su confianza. ¡°Ella est¨¢ fresca por la ma?ana. Pero no es un d¨ªa alegre. Y acaba cansada, no tanto de estado de ¨¢nimo, sino de que es un d¨ªa intenso¡±, describe la jornada. ¡°Fue un d¨ªa complicado, a nadie le gusta estar en el foco por una cuesti¨®n como esta. La inmensa mayor¨ªa de diputados estuvieron muy concienciados, d¨¢ndole cari?o a la presidenta, y confiando en su honestidad¡±.
La jornada acaba en la Asamblea, con esa reuni¨®n improvisada con un reducido grupo de parlamentarios. D¨ªaz Ayuso llega con rostro compungido. Se marcha igual.
¡°Los diputados est¨¢n en la Asamblea como un reba?o, a la orden de lo que haya que hacer en cada momento¡±, lamenta una fuente que conoce las interioridades del PP en el Parlamento. ¡°Pero al menos no hubo sobreactuaciones, cosas que ya ha vivido el PP, con pasillos con gente aplaudiendo, como con Cristina Cifuentes, u ovaciones forzadas por ¨®rdenes de arriba, como con Ignacio Gonz¨¢lez¡±.
El recuerdo de dos presidentes de Madrid que abrieron heridas de dif¨ªcil curaci¨®n en el PP con sus pol¨¦micas, y que han acabado fuera de la pol¨ªtica (y en prisi¨®n, en el caso de Gonz¨¢lez), refleja lo que se est¨¢ jugando D¨ªaz Ayuso desde el jueves: la supervivencia.
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