250 propietarios de terrenos para el Bosque Metropolitano reclaman al Ayuntamiento de Madrid una ¡°compensaci¨®n justa¡±
El Consistorio planea que una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro custodie el uso del suelo, mientras los due?os mantienen la titularidad de las tierras
La M-40 rodea un oasis verde de 12 millones de metros cuadrados, junto al barrio residencial de Montecarmelo. A un lado, se divisan las cuatro torres. Al otro, la sierra madrile?a. Un r¨®tulo en el camino de tierra, repleto de baches que complican la conducci¨®n, indica el acceso al parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Las parcelas en barbecho, siembra de cebada y trigo, junto a los pinos, encinos y retamas conforman una enorme esplanada natural que formar¨¢ parte del ...
La M-40 rodea un oasis verde de 12 millones de metros cuadrados, junto al barrio residencial de Montecarmelo. A un lado, se divisan las cuatro torres. Al otro, la sierra madrile?a. Un r¨®tulo en el camino de tierra, repleto de baches que complican la conducci¨®n, indica el acceso al parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Las parcelas en barbecho, siembra de cebada y trigo, junto a los pinos, encinos y retamas conforman una enorme esplanada natural que formar¨¢ parte del futuro Bosque Metropolitano, el anillo verde de 75 kil¨®metros que circunvalar¨¢ la capital. Los vecinos del distrito de Fuencarral-El Pardo son los propietarios de siete millones de metros cuadrados de suelos no urbanizables protegidos que pertenecen a sus familias desde hace dos siglos. Los 250 terratenientes denuncian que el Ayuntamiento de Madrid les quitar¨¢ las ¨²ltimas tierras que les quedan sin ofrecerles una ¡°compensaci¨®n justa¡±.
Entre ellos David Herranz, de 41 a?os, que tiene un solar de 200.000 metros cuadrados, donde conserva la peque?a casa de aperos de su abuelo, que se ganaba la vida con el ganado y la siembra. Y que ahora est¨¢ pr¨¢cticamente en desuso: ¡°Se quieren poner la medalla de haber conseguido unas zonas verdes que tendremos que ceder voluntariamente sin nada a cambio¡±. Este tramo noroeste de la circunvalaci¨®n forestal, denominado ¡°entre montes naturales¡±, conectar¨¢ los cerros de El Pardo con las lomas de Valdelatas y la Casa de Campo, permitiendo el acceso por las autov¨ªas M-607 y M-40, seg¨²n el plan del Ayuntamiento.
El Consistorio pretende llegar a acuerdos con los terratenientes a trav¨¦s de una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que gestione la custodia del territorio. Desde el ?rea de Desarrollo Urbano explican que, de esta manera, los propietarios mantendr¨¢n la titularidad y contribuir¨¢n a los objetivos de conservaci¨®n del medio natural. ¡°A cambio, tratar¨¢n de conseguir un cierto beneficio econ¨®mico ligado a la producci¨®n agr¨ªcola, reforestaci¨®n con empresas o usos complementarios¡±, se?ala una portavoz.
La f¨®rmula no convence a los propietarios, que exigen que se les d¨¦ una compensaci¨®n econ¨®mica o que se les ofrezcan terrenos en otras zonas. Pero, esto ser¨ªa un gran varapalo para las arcas p¨²blicas municipales. Seg¨²n el c¨¢lculo de la asociaci¨®n de Afectados por el Bosque Metropolitano, pagarles a todos supondr¨ªa una inversi¨®n de 70 millones de euros. ¡°?C¨®mo se les ocurre hacer un proyecto de tal envergadura si no pueden pagarlo? Es una chapuza¡±, sentencia Galo Montes, su presidente.
El madrile?o, que trabaja como gestor, sigue con las tradiciones de su familia. En su parcela, de 250.000 metros cuadrados, siembra cebada y trigo que vende para alimentar a los animales de las granjas y a los caballos de las h¨ªpicas de la zona. Aunque asegura que no obtiene grandes beneficios: ¡°Son tierras pobres. Se produce muy poco y se vende muy barato¡±.
Adem¨¢s de clubes de h¨ªpica y granjas, tambi¨¦n hay algunas fincas residenciales. Pilar Sanz, de 65 a?os, vive en una antigua nave completamente reformada en su solar de 3.700 metros cuadrados con piscina, porche y jard¨ªn incluidos. Desde all¨ª, se observan las v¨ªas del tren por el que pasa el cercan¨ªas. La vecina la compr¨® por cinco millones de las antiguas pesetas (30.000 euros). 40 a?os despu¨¦s, decenas de personas recorren las v¨ªas colindantes a su vivienda. ¡°Desde la pandemia, mi casa parece la Gran V¨ªa¡±, dice la madrile?a. Deportistas que hacen footing, viandantes que pasean y ciclistas acceden a esta zona por un t¨²nel bajo la autov¨ªa. Un lugar id¨ªlico para aquellos que buscan huir del ruido de la ciudad sin alejarse demasiado de ella.
Dentro del refugio natural, Guillermo del Corral, de 77 a?os, regenta un club de h¨ªpica, que seg¨²n el plan permanecer¨¢ dentro del futuro bosque. El gallego compr¨® el terreno para construir la escuela despu¨¦s de retirarse de su carrera como cantante de ¨®pera hace m¨¢s de 30 a?os. A un kil¨®metro del muro de El Pardo, entre las cuadras de los caballos, los picaderos y las pistas de doma y salto, explica su resquemor: ¡°Construir un anillo verde alrededor de Madrid suena muy bonito, pero aqu¨ª no hace falta. Donde s¨ª hace falta es en el sur, que est¨¢ muy seco.¡± Y se?ala la fronda que rodea la instalaci¨®n deportiva.
El gallego le compr¨® la parcela a Antonio Crespo, de 65 a?os, que adem¨¢s posee otro solar en la zona. Llueve sobre mojado para la familia del madrile?o. ¡°A mi abuelo le expropiaron 45.000 metros cuadrados en Cantoblanco y a mi bisabuela 28.000 para hacer la estaci¨®n de Chamart¨ªn¡±, rememora tedioso y lamenta que sus tierras han perdido todo su valor. ¡°Yo quiero tener alg¨²n poder sobre mi parcela o que me den una compensaci¨®n¡±, reclama el vecino de Fuencarral, que desconf¨ªa del m¨¦todo que les ofrece el Ayuntamiento, pero entiende el objetivo medioambiental del proyecto del bosque. ¡°Necesitamos ox¨ªgeno porque nos estamos cargando el planeta. Pero, eso no es incompatible con que nos compensen¡±, denuncia.
Los vecinos, que se presentan como los ¡°desexpropiados¡±, se remontan al pasado con temor a perder de nuevo sus tierras. La operaci¨®n Chamart¨ªn o la construcci¨®n de los barrios de Mirasierra, Sanchinarro, Las Tablas o Montecarmelo permanecen en la memoria de los ¨²ltimos terratenientes del distrito. Suma y sigue en lo que denominan como ¡°el expolio de Fuencarral¡± para la ampliaci¨®n urban¨ªstica de Madrid.
Pero, en este caso, se construir¨¢ una infraestructura verde de 75 kil¨®metros con 450.000 ¨¢rboles de especies aut¨®ctonas que absorber¨¢n hasta 170.000 toneladas de CO2 una vez est¨¦ terminado y contribuir¨¢ a la restauraci¨®n ecol¨®gica y paisaj¨ªstica de la ciudad. Los propietarios reiteran que est¨¢n a favor de la creaci¨®n del bosque y defienden que no se trata de ego¨ªsmo, sino de justicia: ¡°Es la ¨²ltima oportunidad que tenemos para que no se acometa un desagravio contra el pueblo de Fuencarral. No nos quedan m¨¢s tierras¡±, concluye Montes.
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