Carta abierta a Ayuso de 400 madres de menores trans: ¡°El problema es la mirada adulta, sucia y cruel¡±
Las asociaciones LGTBI de la comunidad de Madrid llevamos muchos a?os trabajando para visibilizar la realidad de nuestra infancia y juventud en los centros educativos
Teresa es mam¨¢ de una ni?a trans de 11 a?os, su marido y ella retornaron del pa¨ªs extranjero en el que trabajaban desde hac¨ªa 3 a?os porque la vida de su ni?a corr¨ªa peligro si se visibilizaba. Eligieron Madrid para que su hija pudiera ser quien era libremente. En su colegio actual le reconocen como chica, con su nombre elegido, Noa, y tiene un mont¨®n de amigos y amigas que no cuestionan...
Teresa es mam¨¢ de una ni?a trans de 11 a?os, su marido y ella retornaron del pa¨ªs extranjero en el que trabajaban desde hac¨ªa 3 a?os porque la vida de su ni?a corr¨ªa peligro si se visibilizaba. Eligieron Madrid para que su hija pudiera ser quien era libremente. En su colegio actual le reconocen como chica, con su nombre elegido, Noa, y tiene un mont¨®n de amigos y amigas que no cuestionan su identidad. ¡°No le hemos cambiado el nombre en el DNI porque no nos hizo falta ya que en el cole lo incluyeron inmediatamente en las listas, ex¨¢menes y notas porque la ley as¨ª lo establec¨ªa, ahora lo tendremos que hacer de forma urgente, claro. Estoy aterrorizada con que cualquier profesor o profesora pueda negarse a seguir trat¨¢ndola por su nombre sentido. Es algo que mi ni?a no va a entender y le va a causar much¨ªsimo sufrimiento¡±.
¡°Soy Jana, la hermana peque?a de Noa y tengo miedo a tener que cambiar de casa y de cole para proteger a mi hermana.¡±
La Ley 2/2016 y la 3/2016 que usted va a modificar facilitaba el tr¨¢nsito de nuestros hijos, hijas e hijes en los centros educativos. Eran leyes poco conocidas, pero ten¨ªamos la seguridad y la garant¨ªa de remitirnos a ellas para pedir que a nuestra infancia y adolescencia se le acompa?ara respetuosamente. En ocho a?os de vigencia no hemos tenido que acudir casi nunca al r¨¦gimen disciplinario, bastaba con recordar lo regulado en la ley a los equipos directivos de los centros educativos. Usted sabe, o deber¨ªa saber, que al derogar ¨ªntegramente el r¨¦gimen sancionador de la ley nadie podr¨¢ sancionar administrativamente las conductas discriminatorias que se produzcan en ¨¢mbitos de competencia exclusiva de la CAM, como son el educativo o el sanitario.
Los centros educativos ser¨¢n espacios m¨¢s hostiles para la infancia y juventud LGTBIAQ+ y para los propios equipos directivos.
Anne es madre, ahora divorciada, de origen brit¨¢nico. El rechazo del padre (espa?ol) y su familia ha provocado mucho sufrimiento a su hija de 7 a?itos, Alma. ¡°Mi ni?a ya ha sufrido la m¨¢s cruel discriminaci¨®n y rechazo por parte de personas adultas muy allegadas hasta llegar a ponerse muy malita¡±.
Se?ora Ayuso, ?de verdad no puede empatizar con Anne? Otro de los cambios que quiere usted realizar implica que Alma ya no tenga derecho a utilizar los ba?os de ni?as o que, alg¨²n padre o madre de sus compa?eras de baile moderno, se niegue a que la ni?a pueda seguir entrando a los vestuarios con sus amiguitas de siempre. ?Qu¨¦ sentido tiene que el derecho a la intimidad de sus compa?eras se vea atacado al compartir vestuario con Alma?. Ellas son inocentes, sus mentes est¨¢n limpias todav¨ªa de prejuicios y miedos absurdos. El problema no es Alma, el problema es la mirada adulta, sucia y cruel que se antepone al derecho de protecci¨®n e identidad de una ni?a de 7 a?os.
Blanca y David tienen dos peques, Alejandra de 11 a?os y Aser de 6. El m¨¢s peque, Aser, les dej¨® muy clara su identidad al poquito de empezar a hablar y no fue feliz hasta que sus profes empezaron a llamarle por su nombre sentido. ¡°Sus amiguitos y amiguitas siempre supieron que era un ni?o con nombre de ni?a, as¨ª que asumieron de forma natural y tranquila su nuevo nombre. Al d¨ªa siguiente lo empezaron a utilizar y dos a?os despu¨¦s ni siquiera recuerdan c¨®mo se llamaba antes. Gracias a la formaci¨®n y sensibilizaci¨®n que ha realizado el equipo directivo del cole la realidad de mi ni?o se vive con absoluta tranquilidad. No me puedo creer que vayamos a retroceder d¨¦cadas y que la escuela ya no vaya a ser un lugar seguro para la infancia y juventud trans.¡±
Se?ora Presidenta, la eliminaci¨®n de los Planes Integrales de educaci¨®n y formaci¨®n en diversidad, del Consejo contra la discriminaci¨®n por Lgtbifobia, de los protocolos de actuaci¨®n para evitar el acoso o la discriminaci¨®n por identidad de g¨¦nero, de la obligaci¨®n de adaptar los curr¨ªculos educativos a la diversidad y a la identidad de g¨¦nero va a empobrecer y da?ar al Sistema Educativo madrile?o y a sus profesionales.
Sin planes, formaci¨®n y protocolos claros no habr¨¢ una buena prevenci¨®n y abocar¨¢ a las familias y a los equipos directivos a una relaci¨®n m¨¢s tensa y judicializada. No nos gustan los conflictos, tan solo necesitamos que se proteja a nuestra infancia y juventud para que no se les da?e ni discrimine.
Eli es madre monomarental y su hija Carla de 15 a?os ya ha cambiado dos veces de instituto y localidad para evitar el acoso constante que recib¨ªa, dentro y fuera del centro. ¡°Es absolutamente incomprensible que la nueva ley vaya a proteger a las personas acosadoras por encima de las v¨ªctimas. Mi hija no merec¨ªa ser agredida y violentada por profesorado y alumnado, no eligi¨® que le insultaran y vejaran durante meses. Las abusona y abusones que le violentaban lo hac¨ªan siempre que iba sola as¨ª que pocas veces hab¨ªa testigos o ten¨ªa pruebas f¨ªsicas para demostrarlo, a¨²n as¨ª, los y las acosadoras terminaron por delatarse mutuamente. Si con las leyes favorables y con buenos protocolos contra el acoso no pude evitar el sufrimiento de mi ni?a y tuvimos que cambiar de vida, no quiero ni pensar qu¨¦ puede pasar sin la protecci¨®n de la ley regional¡±.
Se?ora Presidenta, invertir la carga de la prueba en los casos de acoso es una medida injusta para las v¨ªctimas. Con ella, el abus¨®n o abusona se va a ver m¨¢s reforzado en su comportamiento y evitar¨¢ que las v¨ªctimas se atrevan a denunciar. No puede usted negar las tasas de discriminaci¨®n y violencia a la que ven sometidos nuestros hijos e hijas, hacerlo les invisibiliza y desprotege todav¨ªa m¨¢s.
Raquel y Daniel tienen una chica de 13 a?os llamada Estela. Inici¨® su tr¨¢nsito hace un a?o y realiza visitas peri¨®dicas en la Unidad de Identidad de G¨¦nero del Hospital de la Paz, donde le tratan y le hacen un seguimiento pedi¨¢trico y endocrinol¨®gico. ¡°Su m¨¢ximo miedo es que se le obligue a ir a un m¨¦dico de la salud mental no escogido que cuestione su identidad, que no le conoce de nada, que le puede ver unos minutos cada seis meses y que ser¨¢ qui¨¦n decida si va a poder evitar que le salga barba y nuez cuando sea necesario.¡±
Se?ora D¨ªaz Ayuso, nuestras hijas y nuestros hijos son muy conscientes de la importancia de una buena salud mental en la vida de todas las personas menores y mayores de edad; pero, d¨¦jenos decirle que no todes lo necesitan. La sanidad p¨²blica deber¨ªa garantizar ese derecho a toda la sociedad, pero en la mayor¨ªa de casos, quien se lo puede permitir acude a la sanidad privada porque la sanidad madrile?a no lo garantiza.
Efectivamente, creemos que es importante que cualquier ciudadano o ciudadana pueda acceder a profesionales de salud mental que les acompa?e, que les facilite herramientas de mejora de la autoestima y de equilibrio para que puedan desarrollarse como personas o responder a los momentos de estr¨¦s y de inseguridad a los que les somete la vida en sociedad. Lo que no podemos entender es que, mientras la sanidad madrile?a no ha sido capaz de garantizar este derecho a toda su poblaci¨®n, decidan legislar para que se obligue a acudir a la salud mental a un colectivo concreto con la ¨²nica intenci¨®n de volver a patologizar y tratar como enfermos a nuestros ni?os y ni?as.
No nos negamos al acompa?amiento integral y respetuoso de todos los profesionales de la salud, no criminalizamos a nadie por ofrecernos su ayuda pero tampoco nos pueden acusar ustedes de no aceptarla cuando consideramos, o mejor dicho, cuando nuestros hijos e hijas consideran que no lo necesitan.
¡°Me llamo Luca, tengo 16 a?os y no necesito que un tercero valide o autorice mi identidad, yo s¨¦ qui¨¦n soy. Si de verdad les importa tanto mi salud mental y f¨ªsica, que reduzcan las listas de espera y que no me traten como un enfermo, eso es lo que me hace m¨¢s da?o.¡±
Aprovechamos esta carta para intentar ense?arle, a usted o las personas que han redactado las proposiciones de ley que van a legislar, la diferencia entre la Identidad de G¨¦nero autopercibida (vivencia interna de quienes somos) y la Orientaci¨®n Sexual o la Condici¨®n Sexual (qui¨¦n nos gusta). Nos resulta muy llamativo, y a la vez doloroso, esa obsesi¨®n por borrar a nuestras ni?as y ni?os eliminando de estas leyes toda alusi¨®n a la Identidad de G¨¦nero para cambiarlo por t¨¦rminos que no les definen y que resultan, incluso, ofensivos y que les deshumanizan.
Tampoco son ¡°los transexuales¡±, son personas trans. ¡°Sab¨ªa que el gobierno del PP iba a cumplir su amenaza y a modificar las leyes LGTBI de Madrid, pero nunca llegu¨¦ a imaginar tal ataque de odio por parte de una Administraci¨®n hacia nuestros hijos e hijas. ?alguien imagina una ley para garantizar los derechos de las personas con discapacidad en la que se les llamara ¡°los deficientes o los inv¨¢lidos¡±, se les negara el acceso a ba?os y vestuarios para no invadir la intimidad o molestar la sensibilidad de terceras personas o se protegiera a quienes les acosaran, discriminaran o da?aran el desarrollo de su infancia? Ser¨ªa impensable, ?verdad?¡± Rodrigo es pap¨¢ de una persona no binaria de 22 a?os.
Violeta es una de las madres que defendi¨® la necesidad de legislar en la Comunidad de Madrid hace ocho a?os para proteger a su hija Eli de 11 a?os, ahora tiene 19. Compareci¨® en la Comisi¨®n de Servicios Sociales e Infancia de la Asamblea de Madrid en el a?o 2016, unos meses antes de aprobarse las leyes que hoy quieren derogar y particip¨® activamente en su redacci¨®n. ¡°Me preocupa que la visibilidad que ha tenido mi hija desde los 8 a?os de edad no haya servido para nada y ahora se convierta en un arma arrojadiza para hacerle da?o en lugar de seguir protegi¨¦ndola. Hemos trabajado mucho para que la sociedad les vea, para defender su existencia, no se puede permitir este cruel atropello a sus derechos.¡±
Se?ora Presidenta, las asociaciones LGTBI de la comunidad de Madrid llevamos muchos a?os trabajando para visibilizar la realidad de nuestra infancia y juventud en los centros educativos. No somos asociaciones de extrema izquierda o t¨ªteres de una ideolog¨ªa y no vamos a los colegios e institutos a adoctrinar a nadie, tal y como manifiestan en la sorprendente exposici¨®n de motivos de las proposiciones de ley. Muchos centros educativos nos llaman para que les ayudemos a acompa?ar a su alumnado, nos piden que contemos nuestra vivencia y experiencia como familias para aprender de ella y comprender mejor las necesidades que se les presentan. No reciben la formaci¨®n que necesitan y que ustedes deber¨ªan proporcionarles as¨ª que intentamos facilitarles todas las herramientas de las que disponemos sobre diversidad e identidad de g¨¦nero. Las asociaciones de familias no damos charlas de sexualidad, no realizamos una formaci¨®n profesionalizada, pero nuestra experiencia como padres y madres (voluntarias y sin remuneraci¨®n) se considera muy valiosa para los equipos directivos y de profesorado que acuden a nosotras.
Si usted, Se?ora Ayuso, hubiera accedido a reunirse con nosotras antes de preparar esta da?ina reforma le podr¨ªamos haber ense?ado todo esto y m¨¢s. Hubiera conocido de primera mano nuestras necesidades, nuestros miedos, nuestras preocupaciones y quiz¨¢s hubiera podido empatizar con todas nosotras y con nuestras hijas e hijos. Tambi¨¦n hubiera podido comprobar el inmenso orgullo y el amor que nos mueve y nos mantiene en la lucha por sus derechos.
¡°Soy la abuela de ?lex de 12 a?os. Mi temor es que mi nieto no pueda desarrollarse como lo que es, un ni?o feliz.¡±
En lugar de eso, ha decidido usted reunirse con los y las abusonas de clase, con los profesionales que niegan la identidad de g¨¦nero y necesitan de su protecci¨®n para discriminar y patologizar ¡°con libertad¡±, quiz¨¢s alguno o alguna de ellas les falte m¨¢s formaci¨®n e informaci¨®n sobre Derechos Humanos y diversidad. Por suerte (y gracias al trabajo de visibilizaci¨®n y concienciaci¨®n realizado en los ¨²ltimos a?os), la mayor¨ªa de educadores, personal sanitario y personal funcionario que se relaciona y trata con nuestros hijos e hijas empatizan y acompa?an con mucha profesionalidad.
Su Ejecutivo y las administraciones p¨²blicas deben velar por la seguridad y el respeto de los Derechos Humanos de toda su ciudadan¨ªa, con especial atenci¨®n en los colectivos m¨¢s vulnerables y m¨¢s todav¨ªa si son menores de edad o j¨®venes en riesgo. Esperamos de nuestros poderes y representantes p¨²blicos esa protecci¨®n, en cambio, en las modificaciones que Vdes. plantean a las leyes LGTBI de la CAM tan solo vemos un empe?o desmedido y poco razonable para proteger a una parte de profesionales que pretenden discriminar, patologizar y da?ar a nuestra infancia y juventud con total impunidad.
Para ello, no dudan ustedes, usted se?ora Ayuso, en vaciar las leyes auton¨®micas para dejarlas sin el contenido protector que hasta ahora ten¨ªan.
¡°Soy Asier, hermano mayor de Mark de 13 a?os y no entiendo que mi hermano peque?o tenga menos protecci¨®n y menos derechos que yo por ser quien es, ?no lo entiendo!¡±
Esta infancia y juventud trans va a seguir existiendo a pesar de los ataques y de la discriminaci¨®n institucional que sufren. Ser¨¢n, en un futuro, parte de esa historia y memoria trans que Vdes. quieren borrar con su reforma legislativa. Llegar¨¢n a cumplir sus sue?os personales y profesionales porque tienen a sus familias y a gran parte de la sociedad avanzando y progresando junto a ellos y ellas, de eso, estamos seguras.
Se?ora Isabel D¨ªaz Ayuso, no olvide nunca que el amor y la fuerza de un padre o una madre puede cambiar el mundo y a sus dirigentes.
La carta est¨¢ firmada por familiares de la Asociaci¨®n de familias de Infancia y Juventud Trans* (CHRYSALLIS) y del Colectivo LGTB+ de Madrid (Cogam)