Ataques, ansiedad y amenazas a abogadas: ¡°He vivido dos a?os de calvario por el acoso de un cliente¡±
El Colegio de la Abogac¨ªa de Madrid, el mayor de Espa?a, pone el foco sobre la violencia sobre las letradas y lanza una campa?a para animar a denunciar. El 67% de las acusaciones son interpuestas por mujeres
La abogada Amparo Mart¨ªnez, de 51 a?os, revent¨® una noche que estaba sola en casa y son¨® el pitido de un nuevo correo electr¨®nico. Hac¨ªa m¨¢s de dos a?os que entraba en un estado de ansiedad cada vez que ve¨ªa ese nombre en su bandeja de entrada. Era un cliente al que se hab¨ªan asignado por el turno de oficio, el que garantiza justicia gratuita a cualquier ciudadano, y que hab¨ªa ido escalando en el tono de los emails que le enviaba. ¡°Yo solo quer¨ªa responderle r¨¢pido para evitar su agresividad¡±, explica. Pero esa noche explot¨®. Entr¨® en p¨¢nico. Tuvo que llamar al Samur para que la atendieran. A la ma?ana siguiente, a primera hora, acudi¨® a urgencias y, despu¨¦s, a presentar una denuncia contra su representado. Era la ¨²nica forma de poder rechazar llevar su caso, ya que, como abogada de oficio, est¨¢ obligada a aceptar a todos los clientes. Cuando le lleg¨® a ¨¦l la notificaci¨®n, le envi¨® un ¨²ltimo mensaje en el que le promet¨ªa que no iba a descansar hasta acabar con ella.
Hace unas semanas se celebr¨® el juicio contra el hombre y esa fue la primera vez que coincidieron en la misma sala. A Mart¨ªnez, una letrada que acaba de celebrar sus 25 a?os de profesi¨®n, le asignaron este caso en abril de 2020, en plena pandemia. En principio, el asunto no parec¨ªa muy dif¨ªcil, era una simple denuncia para reclamar la devoluci¨®n de unos pagos a una compa?¨ªa telef¨®nica, pero acab¨® siendo el peor de su vida. ¡°Yo al principio no identificaba lo que me estaba sucediendo. Solo notaba el dolor de est¨®mago con sus mensajes. Despu¨¦s, con terapia y tres meses de baja, lo he asimilado todo. Han sido dos a?os de calvario por su acoso¡±, explica. La jueza acab¨® condenando al hombre al pago de 300 euros a la abogada. Ella ha recurrido la sentencia. ¡°Si hubiera llegado con la cabeza abierta, habr¨ªa sido distinto, pero tres meses de baja por depresi¨®n y ansiedad todav¨ªa no pesan tanto como el da?o f¨ªsico¡±, se lamenta.
Casos como el de Amparo Mart¨ªnez han impulsado al Colegio de la Abogac¨ªa de Madrid, el mayor de Espa?a y uno de los m¨¢s grandes de Europa, a lanzar una campa?a para animar a denunciar a los letrados, y en especial a las letradas, este tipo de situaciones. Este matiz se introduce tras analizar los datos, que muestran que la mayor parte de agresiones y amenazas las sufren ellas. En concreto, el 67% de las denuncias son interpuestas por mujeres. En 2023, la instituci¨®n ha gestionado 24 denuncias de amenazas, un n¨²mero peque?o bajo el que la vicedecana, Isabel Winkels, cree que hay m¨¢s ¡°casos soterrados¡±. Seg¨²n el responsable de Defensa de la Abogac¨ªa, Javier Mata, detr¨¢s de muchas de estas situaciones machistas hay un ¡°componente cultural¡±.
Gracias a esta iniciativa, el colegio ha elaborado un dec¨¢logo de situaciones de violencia a la que se enfrentan las abogadas para que identifiquen qu¨¦ pueden denunciar. Estos puntos van desde las m¨¢s evidentes, las agresiones f¨ªsicas, hasta micromachismos que pueden pasar desapercibidos, pero que tambi¨¦n son motivo para pedir abandonar la defensa de un justiciable. Seg¨²n el an¨¢lisis de la instituci¨®n, la mayor parte de estas situaciones de indefensi¨®n ¡ªel 75%¡ª se dan en el turno de oficio, donde un letrado tiene casi nulas opciones de rechazar a un cliente.
La abogada Paloma ?lvarez, reci¨¦n nombrada responsable de Igualdad del colegio, recuerda dos episodios que conserva muy vivos en su memoria. El peor lo vivi¨® en una comisar¨ªa del sur de Madrid hace unos a?os. La llamaron en medio de la noche para asistir a un detenido por robar en un establecimiento. Los agentes le advirtieron de que no iban a quitarle las esposas porque era peligroso, pero no qued¨® m¨¢s remedio cuando le toc¨® firmar el documento de asistencia letrada gratuita, imprescindible en el proceso legal. En ese instante, el detenido aprovech¨® el boli para intentar clav¨¢rselo a la abogada. ¡°La iron¨ªa es que acab¨¦ consiguiendo la libertad para ¨¦l y pidiendo a los agentes que me protegieran a la salida¡±, se?ala. En otra ocasi¨®n, rememora c¨®mo en mitad de una vista, frente al juez y la fiscal, un procesado espet¨® que no quer¨ªa que lo representara una mujer. Cuando su compa?era fiscal la defendi¨®, el hombre le pregunt¨® con prepotencia que cu¨¢ntos a?os llevaba ejerciendo.
Eva Papadopulos es otra de las letradas que tambi¨¦n ha sentido miedo. ¡°En una ocasi¨®n me enviaron un v¨ªdeo en el que aparec¨ªa una mujer a la que estaban asfixiando y golpeando y debajo de la imagen pon¨ªa que es lo que me iban a hacer a m¨ª y que ya ten¨ªan dinero suficiente para hundirme. Casualmente, poco despu¨¦s me encontr¨¦ las ruedas de mi coche pinchadas¡±, relata. Ese fue el peor episodio, pero tambi¨¦n recuerda c¨®mo, cuando ha pedido respeto a alg¨²n defendido, ha obtenido como respuesta que a ¨¦l nunca le ha dado de lado ning¨²n abogado, ¡°y menos una mujer¡±. ¡°Todas o casi todas nos hemos visto en una situaci¨®n discriminatoria o con mayor vulnerabilidad por ser mujeres¡±, sentencia.
Amparo Mart¨ªnez reconoce que el protocolo funcion¨® en cuanto present¨® la denuncia y la retirada de ese cliente fue instant¨¢nea. Se lo asignaron a un compa?ero var¨®n con el que ella tuvo oportunidad de hablar despu¨¦s. ¡°Me dijo que no hab¨ªa tenido ni un solo problema con ¨¦l¡±, afirma. Ella quiere aprovechar su experiencia para trasladar al equipo del nuevo decano, Eugenio Rib¨®n, mejoras para atender a las abogadas que se convierten en v¨ªctimas de violencia: ¡°Creo que se deber¨ªa actuar de modo preventivo, cuando adviertes un problema y no tener que esperar a la denuncia. Tambi¨¦n creo que la asistencia psicol¨®gica deber¨ªa ser gratuita¡±. Desde que le sucedi¨® esto, Mart¨ªnez se dio de baja en el turno de oficio, en el que llevaba m¨¢s de dos d¨¦cadas por ¡°pura vocaci¨®n¡±. Alg¨²n d¨ªa espera volver, pero el trauma est¨¢ muy reciente.
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