Todos los ojos en la b¨²squeda de los cuerpos de 451 brigadistas en la primera fosa en Madrid tras la Guerra Civil
ArqueoAntro, la empresa contratada por el Ministerio de Pol¨ªtica Territorial, comienza la prospecci¨®n. Vecinos de Montecarmelo y familiares de brigadistas acuden a la primera jornada
Dunya Veenhof (29 a?os, Pa¨ªses Bajos) ha llegado este martes muy temprano a la parcela de la discordia, la 26.2b, en el barrio madrile?o de Montecarmelo, donde se ha librado una batalla entre los vecinos y el Ayuntamiento de Madrid por el proyecto de un cant¨®n de basuras. Veenhof parte esta semana de regreso a su pa¨ªs, pero antes de marcharse ha venido a ver ...
Dunya Veenhof (29 a?os, Pa¨ªses Bajos) ha llegado este martes muy temprano a la parcela de la discordia, la 26.2b, en el barrio madrile?o de Montecarmelo, donde se ha librado una batalla entre los vecinos y el Ayuntamiento de Madrid por el proyecto de un cant¨®n de basuras. Veenhof parte esta semana de regreso a su pa¨ªs, pero antes de marcharse ha venido a ver el comienzo de la excavaci¨®n arqueol¨®gica que hace la empresa ArqueoAntro, contratada por el Ministerio de Pol¨ªtica Territorial y Memoria Democr¨¢tica, para buscar una posible fosa com¨²n con los cuerpos de 451 brigadistas internacionales ca¨ªdos durante la guerra civil. Uno de ellos es su bisabuelo, Heinz Schade.
Veenhof saca su m¨®vil y hace una videollamada; al otro lado, responde su madre desde Pa¨ªses Bajos. Madre e hija empiezan a hablar en neerland¨¦s y Dunya le muestra c¨®mo una retroexcavadora, que ha sido tra¨ªda desde Majadahonda, excava la tierra. Son las 10.00 del 13 de agosto y ha comenzado la primera b¨²squeda de una fosa com¨²n de la guerra civil en Madrid capital en lo que va de democracia. ¡°Mi mam¨¢ se adentr¨® en la historia de su familia y descubri¨® que su abuelo era un joven alem¨¢n que hab¨ªa llegado a Pa¨ªses Bajos antes de la segunda guerra mundial, motivado por ideales comunistas. All¨ª, se alist¨® [en las brigadas Internacionales] para ir a Espa?a a luchar contra Franco¡±, cuenta Veenhof, que ha trabajado en los ¨²ltimos dos a?os en Madrid. El inicio de la excavaci¨®n la pill¨® por sorpresa en su ¨²ltima ma?ana en Madrid y ha llegado a toda prisa para no perd¨¦rselo. Asegura que volver¨¢, junto con su madre, si se encuentran el enterramiento.
La madre de Dunya, ha pasado a?os recopilando documentaci¨®n hasta que dio con las pistas que conduc¨ªan a este barrio al norte de Madrid. ¡°Mi madre comenz¨® a investigar antes de que internet existiera. Fue un reto enorme, le pregunt¨® a su abuela [la esposa de Heinz Schade] por su nombre y su ciudad de origen, habl¨® con mucha gente hasta saber qu¨¦ hab¨ªa pasado con ¨¦l. En uno de los registros vio que hab¨ªa muerto en Boadilla del Monte [durante la guerra civil espa?ola]. Pero no sab¨ªa qu¨¦ hab¨ªa pasado con su cuerpo¡±, relata Veenhof, que recuerda haber venido por primera vez a Madrid cuando ten¨ªa tres a?os, visitar el Cementerio de Fuencarral y detenerse frente a un memorial en honor a las Brigadas Internacionales. En ese lugar estuvo enterrado su bisabuelo hasta que, en 1941, por orden del franquismo, las tumbas de los 451 brigadistas internacionales fueron exhumadas por orden del franquismo y llevados ¡°a la fosa com¨²n del cementerio de esta localidad¡±, seg¨²n figura en actas de las sesiones del entonces Ayuntamiento de Fuencarral. El franquismo consideraba ¡°intolerable¡± que los sublevados ca¨ªdos ¡°por Dios y por Espa?a¡± estuvieran enterrados en el mismo cementerio que el ¡°hampa criminal organizada en leva de presidios que constituyeron las llamadas brigadas internacionales¡±. La fosa lleva m¨¢s de 80 a?os desaparecida, pero una lucha vecinal, por casualidad, ha llevado a que el Gobierno de Espa?a se comprometa con su b¨²squeda.
En noviembre pasado, EL PA?S public¨® c¨®mo la Asociaci¨®n de Amigos de los Brigadistas Internacionales (AABI) y algunos vecinos de Montecarmelo ten¨ªan fuertes indicios de que en la misma parcela donde el Ayuntamiento quer¨ªa levantar una instalaci¨®n de limpieza pod¨ªa estar la fosa de los brigadistas. Casi un a?o despu¨¦s, tras choques entre Cibeles y Moncloa, finalmente se han conseguido los permisos para que la empresa ArqueaoAntro, comience los trabajos. Esta asociaci¨®n cient¨ªfica tiene cerca de una d¨¦cada de experiencia en excavaci¨®n y exhumaci¨®n de fosas comunes: Han trabajado en Paterna, Castell¨®n (Comunidad Valenciana), Teruel (Arag¨®n), Brunete (Comunidad de Madrid), entre otras.
Un equipo de arque¨®logos y antrop¨®logos especializados en b¨²squeda de fosas comunes estar¨¢n en la parcela de 7.30 a 15.00 hasta el 12 de septiembre. ¡°Es una b¨²squeda mec¨¢nica, con uso de maquinaria pesada porque es un terreno duro y seco con mucho escombro. Iremos rascando poco a poco hasta encontrar esa discontinuidad entre la tierra est¨¦ril y la tierra de remoci¨®n que cubre la fosa com¨²n¡±, explica Javier Iglesias, director antrop¨®logo de ArqueoAntro.
Las primeras horas de los trabajos se han vivido bajo la mirada atenta de los vecinos. Algunos han madrugado y han sido los primeros en llegar a las 7.30, mucho antes de que los primeros t¨¦cnicos comenzaran a balizar la zona, sobre las 8.50. Un portavoz de la plataforma No Al Cant¨®n de Montecarmelo, celebra esta b¨²squeda como un ¡°triunfo¡± de la AABI, que insisti¨® y aport¨® documentaci¨®n para conseguir que se destinaran fondos y personal para buscar la fosa. Sin embargo, advirti¨® de que la lucha vecinal continuar¨¢ incluso si no se encuentra la fosa. ¡°El barrio se defender¨¢ de una aut¨¦ntica atrocidad urban¨ªstica. No tiene lugar un cant¨®n de 10.000 metros cuadrados en un barrio residencial y pr¨®ximo a los colegios. El Ayuntamiento ha hecho o¨ªdos sordos a sus votantes¡±, critica.
Muy cerca de los vecinos, se ha visto a Patricia Ure, secretaria de la AABI, sosteniendo una bandera republicana. ¡°Da mucha emoci¨®n que finalmente se va a hacer justicia¡±, dice Ure, con l¨¢grimas en las ojos. La AABI se fund¨® en 1995 y, desde entonces, ha hecho un rastreo de informaci¨®n sobre la fosa de Fuencarral. ¡°Esto alg¨²n d¨ªa iba a pasar. Hoy sucede por una serie de casualidades en un mismo lugar: un proyecto de cant¨®n del Ayuntamiento, la oposici¨®n de los vecinos, la ubicaci¨®n de la parcela y la buena voluntad del Gobierno Central de buscarla¡±, comenta Ure, con la mirada fija en la tierra ara?ada por la retroexcavadora.
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