O todos, o ninguno: as¨ª se salv¨® del ¡°estado cr¨ªtico¡± un centro de salud de Vallecas por el empe?o de un grupo de seis m¨¦dicos
Media docena de MIR negocia unas condiciones diferentes para ser contratados por la Consejer¨ªa de Sanidad tras terminar su formaci¨®n, lo que permite cubrir el 100% de plazas del centro Vicente Soldevilla, en Puente de Vallecas
Hasta hace poco, en la puerta del centro de salud Vicente Soldevilla, ubicado en el barrio de San Diego del distrito de Puente de Vallecas de Madrid, los vecinos pegaban cada d¨ªa un cartel con el n¨²mero de m¨¦dicos de familia disponibles en el turno de tarde. La cifra siempre iba en descenso, hasta que dejaron de contarlos porque ya no quedaba ninguno que contar. ...
Hasta hace poco, en la puerta del centro de salud Vicente Soldevilla, ubicado en el barrio de San Diego del distrito de Puente de Vallecas de Madrid, los vecinos pegaban cada d¨ªa un cartel con el n¨²mero de m¨¦dicos de familia disponibles en el turno de tarde. La cifra siempre iba en descenso, hasta que dejaron de contarlos porque ya no quedaba ninguno que contar. No hab¨ªa m¨¦dicos y el centro se incorpor¨® al listado de los que estaban en ¡°estado cr¨ªtico¡±. Pero este mes, pas¨® de cero a seis doctores en ese horario. Resucit¨®.
Como de la nada, aparecieron Sara, Mar¨ªa, Miguel, Javier, In¨¦s y C¨¦sar para poner nombre a las esperanzas de los vecinos y ocupar de una tacada las seis plazas necesarias para llegar al 100% de ocupaci¨®n en el turno de tarde. Al final llegaron seis, pero solo unos meses antes la lista de los voluntarios para trabajar en este centro de salud era a¨²n m¨¢s larga, y as¨ª se lo hicieron saber a la Consejer¨ªa de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Los seis se empe?an en destacar, durante una conversaci¨®n telef¨®nica grupal con este diario, que la historia de c¨®mo llegaron a unirse tiene poco de ¨¦pica. ¡°Fue muy org¨¢nico¡±, aseguran. Algunos eran amigos antes de comenzar la carrera y otros se encontraron en los pasillos de los diferentes centros de salud de Vallecas en los que hicieron el MIR. Haber trabajado all¨ª los uni¨®. Ten¨ªan claro que la situaci¨®n de la sanidad en estos barrios iba cada vez a peor y que ning¨²n m¨¦dico querr¨ªa estar solo en lugares cr¨ªticos como el Soldevilla. ¡°Era irse a atender agendas de 80 pacientes¡±, dice Mar¨ªa Minue, una de las nuevas m¨¦dicas del centro.
Trabajar en un turno, en cualquier horario, es una tarea tit¨¢nica. Lo sabe la doctora Estrella S¨¢nchez-Gamborino, que comenz¨® en mayo en el Soldevilla, la v¨ªspera de una de las etapas m¨¢s duras, el verano, cuando gran parte del personal se va de vacaciones. Durante esos meses se organizaba para trabajar no solo en su turno de la ma?ana sino tambi¨¦n en el de la tarde algunos d¨ªas de la semana y siempre ten¨ªa la preocupaci¨®n de que llegara una urgencia y los dem¨¢s pacientes tuvieran que esperar hasta que ella terminara de atenderla.
S¨¢nchez-Gamborino cuenta que en otros centros cercanos se han hecho cargo de los pacientes del suyo en los turnos sin personal. Por una iniciativa conjunta, m¨¦dicos externos crearon huecos en sus agendas para atender a los que llegaban del Soldevilla, derivados seg¨²n sus patolog¨ªas que evaluaban unas enfermeras. Minue recuerda que durante las guardias en el hospital Infanta Leonor, de Vallecas, tambi¨¦n llegaban a urgencias muchos pacientes del Soldevilla que no estaban controlados por ning¨²n m¨¦dico desde hac¨ªa mucho tiempo.
Frente a esta situaci¨®n, la consejer¨ªa declar¨® al Soldevilla uno de los 22 centros de salud cr¨ªticos de la regi¨®n en mayo de este a?o, entre los que tambi¨¦n se encontraban otros cuatro del distrito Puente de Vallecas: el Alcal¨¢ de Guadaira, el Campo de la Paloma, el Pe?a Prieta y el Entrev¨ªas. Tras la reciente graduaci¨®n de los nuevos MIR en septiembre, 94 de ellos optaron por quedarse en el Servicio Madrile?o de Salud (Sermas), lo que representa menos del 50% de ocupaci¨®n de las vacantes en la atenci¨®n primaria de Madrid. Era una cifra m¨¢s alta que la de a?os anteriores, por lo que la consejer¨ªa anunci¨® que con estos nuevos ingresos ha podido reducir en un 80% el n¨²mero de centros de salud cr¨ªticos en la regi¨®n, que ahora aseguran solo son cinco, cuyos nombres no ha revelado.
La debacle del Soldevilla comenz¨® antes de la pandemia de covid-19, seg¨²n Mar¨ªa Jos¨¦ Garc¨ªa Bernal, antigua enfermera del centro de salud y miembro de la Plataforma de Defensa de la Sanidad P¨²blica de Vallecas. Cuenta que el personal sanitario comenz¨® a abandonar su puesto no solo en la atenci¨®n primaria, sino tambi¨¦n en otras ramas de especialidades m¨¦dicas. ¡°Para la fisioterapia hay una lista de espera de hasta un a?o¡±, asegura.
Desde que el doctor Daniel Garc¨ªa comenz¨® a trabajar en el Soldevilla en 2020 vio c¨®mo poco a poco sus compa?eros renunciaban. En oto?o de 2023, la ¨²nica compa?era que le quedaba en el turno de tarde le anunci¨® que se iba. En febrero de 2024 le toc¨® a ¨¦l. ¡°Me fui ¨Dasegura¨D porque estaba solo y era insostenible¡±. Este centro de salud atiende a cerca de 30.000 personas y, seg¨²n los ¨²ltimos datos a los que tuvo acceso este diario en diciembre del pasado a?o, en aquel momento el 35% de la plantilla de la atenci¨®n primaria no estaba cubierta. Luego empeor¨®, como confirman los vecinos y el personal sanitario.
?Qu¨¦ sucedi¨® para que todo cambiara? Para empezar, las asociaciones de vecinos, los m¨¦dicos de familia y los m¨¦dicos internos residentes tomaron la iniciativa de realizar una encuesta sobre posibles soluciones a los problemas de los centros de salud. En dicha encuesta qued¨® de manifiesto la preferencia de los profesionales por contratos de larga duraci¨®n y, un detalle que termin¨® siendo decisivo, la posibilidad de trabajar y organizarse en grupos para distribuir la carga de trabajo y garantizar una atenci¨®n estable. A partir de esta comuni¨®n entre vecinos y profesionales, se fue fraguando la posibilidad de encontrar una soluci¨®n de abajo a arriba. Arriba estaba la Consejer¨ªa de Sanidad, que termin¨® entendiendo que ofrecer est¨ªmulos econ¨®micos y, sobre todo, aceptar candidaturas en grupos pod¨ªa ser una soluci¨®n muy eficaz.
La consejer¨ªa trat¨® de adjudicarse esta buena gesti¨®n y dijo que se hicieron ¡°encuentros informativos¡± con los residentes para conocer c¨®mo mejorar las condiciones laborales, las retribuciones y las posibilidades de conciliaci¨®n. Pero los vecinos y los profesionales sanitarios saben que es su lucha la que los ha tra¨ªdo hasta este punto. Lo explica el doctor Garc¨ªa: ¡°El ¨²nico m¨¦rito de la consejer¨ªa ha sido quitar una barrera que ellos mismos hab¨ªan puesto, pues esta es la primera vez en Madrid que se les permite a los residentes ocupar plazas en grupos¡±.
Vallecas est¨¢ muy estigmatizado, lo tienen claro los nuevos m¨¦dicos del Soldevilla. Minue reafirma que el d¨ªa a d¨ªa en sus centros de salud es como el de cualquier otro: ¡°Hay una sensaci¨®n de que irse a Vallecas es como irse a trabajar en una trinchera, y no es as¨ª¡±. Pero reconoce que el distrito tiene ¡°unos condicionantes muy particulares¡±, como es el nivel socioecon¨®mico de su poblaci¨®n. ¡°Es probable que en otros barrios no tengas que enfrentarte a problemas de salud derivados de un desahucio¡±, cuenta.
¡°La sanidad en Vallecas es responsabilidad del Sermas y no de los vecinos o los m¨¦dicos¡±, asegura Miguel Mu?oz, miembro de este grupo de seis. Se?ala que la falta de personal y el deterioro de los centros de salud tienen que ver con la misma falta de atenci¨®n a pol¨ªticas estructurales, como las de vivienda. ¡°Las respuestas a los problemas de estos barrios tiene que venir desde una visi¨®n global¡±, dice.
¡°Este era un ambulatorio maravilloso y ahora es un caos. A Vallecas lo tienen abandonado en todos los sentidos¡±, asegura el paciente Felipe Gonz¨¢lez en la sala de espera. Mar¨ªa Teresa Rodr¨ªguez est¨¢ en la puerta de una de las consultas para cazar a la enfermera que entra y sale. Lleva d¨ªas intentando conseguir hueco para que un m¨¦dico atienda a su madre, que tiene 100 a?os y necesita un certificado ¡°que diga que a¨²n est¨¢ viva¡± para poder cobrar su pensi¨®n. Desde principios de septiembre ha intentado obtener una cita y la m¨¢s pr¨®xima est¨¢ para finales de octubre.
Los seis nuevos m¨¦dicos coinciden en que el logro no tiene que ver con ellos por separado, sino con la constante lucha del barrio. ¡°Le hemos dado voz a un proceso al que solo nos hemos unido¡±, acota Javier Valent¨ªn, otro de los nuevos m¨¦dicos.
La doctora S¨¢nchez-Gamborino, que tambi¨¦n hizo su residencia en Vallecas, afirma que los seis nuevos m¨¦dicos del Soldevilla no han aceptado el puesto por el salario en ning¨²n caso, sino porque todos han vivido c¨®mo va el barrio sin m¨¦dicos en su centro de salud.
Minue est¨¢ segura de que la medicina debe abordarse desde una perspectiva bio-psicosocial y C¨¦sar Montero, uno de sus futuros compa?eros, siente que trabajar en la atenci¨®n primaria es una forma de defender esa medicina en la que se atiende ¡°a nivel m¨¦dico¡± pero tambi¨¦n ¡°a nivel comunitario¡±. A pesar de todo, Montero lo ve claro. ¡°No dir¨ªamos que somos el punto y final. Mientras las condiciones de vida sigan siendo las mismas en estos barrios continuar¨¢ la presi¨®n sobre los centros de salud¡±.