Bronca en la Asamblea al acusar Ayuso a la izquierda de ¡°colonizar la universidad¡±, ¡°reventar lo p¨²blico¡± y actuar ¡°contra el ciudadano¡±
La presidenta se queja de que en las universidades ¡°se den los t¨ªtulos como churros¡± y la oposici¨®n estalla en aplausos en recuerdo de los casos Cifuentes y Casado
La izquierda es ¡°una casta¡±. La izquierda es ¡°un poder contra el ciudadano, el particular, el paciente, el alumno¡±. La izquierda ¡°busca reventar lo p¨²blico¡± desde dentro. La izquierda ¡°tiene colonizada la universidad p¨²blica¡±. La izquierda ¡°coloca amigos, monta chiringuitos y destroza lo p¨²blico¡±. No habla el presidente de Argentina, Javier Milei. Tampoco Donald Trump, ganador de las ¨²ltimas elecciones presidenciale...
La izquierda es ¡°una casta¡±. La izquierda es ¡°un poder contra el ciudadano, el particular, el paciente, el alumno¡±. La izquierda ¡°busca reventar lo p¨²blico¡± desde dentro. La izquierda ¡°tiene colonizada la universidad p¨²blica¡±. La izquierda ¡°coloca amigos, monta chiringuitos y destroza lo p¨²blico¡±. No habla el presidente de Argentina, Javier Milei. Tampoco Donald Trump, ganador de las ¨²ltimas elecciones presidenciales de Estados Unidos. Quien entona todas esas acusaciones es la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, que este jueves aprovecha su paso por la Asamblea de Madrid para profundizar en la batalla cultural contra la izquierda que la ha aupado de una derrota electoral en 2019 a la actual mayor¨ªa absoluta, obtenida en 2023. Es una defensa del prestigio de lo p¨²blico que Ayuso emplea para atacar al PSOE y M¨¢s Madrid con el tel¨®n de fondo de la comparecencia protagonizada la v¨ªspera por Bego?a G¨®mez, investigada en la Asamblea por el supuesto ¡°trato de favor¡± recibido en la Complutense. Luego, la baronesa se marcha a inaugurar un nuevo hospital del grupo HM en la regi¨®n, donde declara que no puede ¡°estar m¨¢s orgullosa¡± de la aportaci¨®n del sistema privado a la sanidad regional.
Todo empieza con una escena sorprendente, en la que Ayuso aparece desconcertada, enfadada incluso, porque la aplauden. El motivo de su perplejidad es que la ovaci¨®n que acompa?a a sus palabras no procede de la bancada del PP, sino de los esca?os de M¨¢s Madrid y PSOE. Dispuesta a exprimir al m¨¢ximo la comparecencia de G¨®mez, Ayuso lanza que el desprestigio de los centros educativos arranca cuando ¡°se dan t¨ªtulos como churros¡±, o porque ¡°la izquierda tiene colonizada la universidad p¨²blica¡±, ya que, dice, ¡°busca reventar lo p¨²blico¡±. Y claro, la oposici¨®n de izquierdas casi se pone en pie, no porque est¨¦ de acuerdo, sino porque la queja de Ayuso retrotrae a los diputados al caso m¨¢ster en la universidad Rey Juan Carlos, que provoc¨® la ca¨ªda de Cristina Cifuentes, y al caso Pablo Casado, que aprob¨® en cuatro meses la mitad de la carrera de derecho en un centro privado adscrito a la Complutense.
¡°La universidad, si hay algo que tiene, es el prestigio¡±, comienza su argumentaci¨®n D¨ªaz Ayuso. ¡°Y cuando se dan los t¨ªtulos como churros, y cuando se intenta llevar a un rector a la Complutense [en realidad, a La Moncloa, en referencia a la reuni¨®n relatada la v¨ªspera por el rector Joaqu¨ªn Goyache con Bego?a G¨®mez] a decirle que yo le voy a dar un m¨¢ster o una c¨¢tedra en un organismo p¨²blico, es utilizar las instituciones¡±, sigue, ya rodeada de una tormenta estruendosa de aplausos. ¡°Toda la izquierda tiene colonizada la universidad p¨²blica Complutense de Madrid¡±, insiste. ¡±Todos ustedes han creado un entramado y un chiringuito de familiares y de negocios que podr¨ªan haberlo hecho en las empresas privadas. Tienen mucha cara todos ustedes. Pero claro, piensan que lo pueden colonizar todo¡±, acusa, hasta que estalla.
Una y otra vez, Ayuso reclama que le paren el tiempo. ¡°?Ruego defensa!¡±, exclama. ¡°?No me puedo defender, no puedo hablar!¡°, se queja de los aplausos, que siguen y siguen, inesperados, insistentes, estruendosos, mientras los diputados del PP, curiosa estampa, permanecen petrificados. ¡°?No tienen ninguna educaci¨®n, y eso no se lo vamos a pedir a estas alturas!¡±, remata Ayuso, ordenando con sus gestos que alguien haga algo.
Ese alguien es Enrique Ossorio, el presidente de la Asamblea, que antes fuera vicepresidente y portavoz del Gobierno de Ayuso, y antes su consejero de Educaci¨®n, y antes el coordinador de su programa electoral.
¡ªAqu¨ª todos los grupos aplauden, y l¨®gicamente tienen derecho a ello, pero no utilicen los aplausos para que no hablen los diputados, no utilicen la prolongaci¨®n de los aplausos para quitar la voz¡ª, reclama.
Y la tormenta amaina, entre otras cosas porque el choque de fondo es otro, y ese s¨ª que es irrefrenable. Viene Juan Lobato, el l¨ªder del PSOE, de acusar a Ayuso y al PP de ¡°enfangar y buscar el l¨ªo¡± con la comparecencia de Bego?a G¨®mez. ¡°Les sali¨® bastante mal¡±, dice el secretario general de los socialistas en Madrid, en referencia a la comparecencia del rector de la Complutense, Joaqu¨ªn Goyache, que desmonta una a una las sospechas que vierten el PP y Vox sobre la creaci¨®n de la C¨¢tedra de Transformaci¨®n Social Competitiva impartida por G¨®mez ¨D¡°todo fue absolutamente legal y regular¡±¨D; niega cualquier trato de favor ¨D¡°desde luego que no (...) no hubo presi¨®n¡±¨D; y desvincula los trabajos de G¨®mez, que est¨¢ siendo investigada en los tribunales por la presunta comisi¨®n de los delitos de corrupci¨®n en el sector privado, tr¨¢fico de influencias, apropiaci¨®n indebida e intrusismo profesional, de cualquier influencia del presidente.
Y claro, frente a eso, tanto Ayuso como el PP de Madrid apuestan por aplicar la m¨¢xima de que la mejor defensa es un buen ataque.
Ricos de mierda
¡°El Gobierno y esta gente de la izquierda han decidido arruinar a la Comunidad de Madrid¡±, retoma la palabra la presidenta tras la intervenci¨®n de Ossorio. ¡°Todo aquello que hace fuerte a Madrid, ustedes van paso por paso intentando dinamitarlo todo para reventarlo y que Madrid no tenga financiaci¨®n¡±, afirma, calificando al PSOE de Madrid ¡°admirador, siervo, esclavo¡± de S¨¢nchez.
Una l¨ªnea argumental que sigue Carlos D¨ªaz-Pache, el portavoz parlamentario del PP. ¡°?Lo oyen?¡±, pregunta en un gesto teatral que recuerda al fallido de Albert Rivera en un debate electoral. ¡°Es el silencio de Bego?a G¨®mez que a¨²n retumba en la Asamblea de Madrid¡±, sigue. ¡°Hora y media de rigurosa nada, de silencio, de boca cerrada, de dientes apretados para no contestar a las preguntas que todos nos hacemos¡±.
Es el preludio de las cr¨ªticas de Ayuso a M¨®nica Garc¨ªa, l¨ªder de M¨¢s Madrid, y ministra de Sanidad, por la crisis de Muface. La nueva denuncia del supuesto plan de la izquierda para reventar Madrid desde dentro incluye calcular en 230.000 nuevas tarjetas sanitarias lo que significar¨ªa incorporar a los funcionarios a la sanidad p¨²blica. Tambi¨¦n incluye acusar a la izquierda de tratar como ¡°ricos de mierda¡± a los asegurados. ¡°Quieren reventar a Espa?a a trav¨¦s de Madrid¡±, espeta la presidenta.
Son frases que se alimentan de otras denuncias previas enunciadas por Ayuso contra el Gobierno central: ahogar a Madrid con la gesti¨®n del agua; apagarla con la de la electricidad; rendirla por asfixia con la de los impuestos. Y as¨ª, otro jueves, la Asamblea se convierte en una caja de resonancia del choque que azuza la presidenta con S¨¢nchez, y de una estrategia que uno de sus antiguos rivales no dud¨® de calificar como ¡°trumpista¡±. Palabra de ?ngel Gabilondo.