El gobierno de Claudia Sheinbaum ha puesto en marcha un ambicioso proyecto para instalar sistemas de captaci¨®n pluvial en 100 mil casas con precariedad h¨ªdrica.
Cuando caen las primeras lluvias de la temporada en la Ciudad de M¨¦xico, sus habitantes saben que deben tomar precauciones para los pr¨®ximos seis meses: cargar siempre con un paraguas, evitar las zonas que se inundan y armarse de paciencia para enfrentar el tr¨¢fico. Para Clara Gayt¨¢n, de 63 a?os, el inicio del temporal es motivo de celebraci¨®n: "Hasta me pongo a bailar", dice esta vecina de una colonia popular en el El Ajusco, una zona monta?osa en el sur de la mancha urbana.
Desde hace tiempo, su casa cuenta con un sistema de captaci¨®n de agua pluvial que le permite tener un abasto constante para ella, su hija y cuatro nietos. Antes, dice, su situaci¨®n era irregular. Estaba conectada a la red local, pero no siempre que abr¨ªa las llaves encontraba agua disponible. En esos casos, hab¨ªa que comprar una pipa y compartirla con un vecino. Clara Gayt¨¢n asegura que ahora su cisterna est¨¢ siempre llena durante seis meses, y que al haber conservado sus h¨¢bitos ahorradores, el l¨ªquido que almacena le alcanza para todo el a?o.
La actual jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, pretende replicar a gran escala la experiencia de ¨¦xito de familias como la de Clara. Para ello ha puesto en marcha, a trav¨¦s de la Secretar¨ªa del Medio Ambiente (Sedema), un programa para instalar 100.000 sistemas de captaci¨®n de agua pluvial durante su sexenio. La meta del primer a?o es beneficiar a 10.000 casas de las alcald¨ªas Xochimilco e Iztapalapa, por ser las zonas de mayor precariedad h¨ªdrica. El presupuesto para este 2019 es de 200 millones de pesos (9.2 millones de euros).
Foto: Isla Urbana
La casa de Clara Gayt¨¢n fue la primera que intervino Isla Urbana, uno de los proyectos pioneros en la cosecha de aguas de lluvia en M¨¦xico. El emprendimiento social, como prefieren llamarlos sus fundadores, acaba de cumplir 10 a?os instalando una ecotecnolog¨ªa desarrollada por ellos mismos en viviendas de la capital mexicana y otras regiones del pa¨ªs. El director general, Enrique Lomnitz ¨Cquien fue reconocido por la edici¨®n en espa?ol de la MIT Technology Review como uno de los 10 innovadores menores de 35 a?os¨C asegura que en este tiempo han logrado cambiar la din¨¢mica h¨ªdrica de poco m¨¢s de 10.000 familias.
En opini¨®n del dise?ador industrial, ahora de 36, tambi¨¦n ha cambiado la percepci¨®n general sobre esta forma de abastecimiento: "Cuando empezamos sonaba como un planteamiento muy alternativo. Cuando dec¨ªamos que todas las casas de la ciudad pod¨ªan captar el agua de la lluvia, nos dec¨ªan que era una idea muy guajira, un sue?o con tintes hippies imposible de convertirse en realidad".
Pero hoy ya es parte de la pol¨ªtica p¨²blica del Gobierno local, del que Lomnitz y su equipo ¨Cde m¨¢s 70 personas¨C son asesores y proveedores. La colaboraci¨®n entre Isla Urbana y Claudia Sheinbaum comenz¨® en el trienio anterior, cuando la pol¨ªtica y acad¨¦mica (licenciada en F¨ªsica y doctora en Ingenier¨ªa Energ¨¦tica) fue alcaldesa de Tlalpan. All¨ª se lograron instalar 2.000 sistemas de captaci¨®n de agua pluvial.
De acuerdo con cifras del INEGI, la precipitaci¨®n anual de la Ciudad de M¨¦xico es de 600 mm en la regi¨®n seca y 1.200 mm en la parte templada h¨²meda, es decir, la zona del Ajusco. Enrique Lomnitz lo pone en otros t¨¦rminos: en el centro y norte de la ciudad se pueden obtener, en promedio, 600 litros de agua por metro cuadrado, mientras que en las partes altas de la regi¨®n monta?osa del sur, donde se encuentra la casa de Clara Gayt¨¢n, la lluvia regala cada a?o en promedio 1.200 litros de agua por metro cuadrado.
"Es muy alto el nivel, bastante m¨¢s que en Londres", dice Lomnitz. "Lo que pasa es son distintos los patrones de precipitaci¨®n: aqu¨ª en una hora cae lo mismo que all¨¢ en tres d¨ªas".
La paradoja en muchas zonas de la Ciudad de M¨¦xico, asentada sobre un ecosistema lacustre, es que las lluvias suelen producir inundaciones al mismo tiempo que una parte de sus habitantes se enfrenta a la falta del recurso.
"La cosecha de agua no es nueva en Iztapalapa: la gente saca sus tambos y cubetas porque viven una escasez diaria", dice Leticia Guti¨¦rrez Lorandi, directora de Coordinaci¨®n de Pol¨ªticas y Cultura Ambiental en la Sedema y la encargada de supervisar el actual programa p¨²blico de captaci¨®n de agua pluvial. Sin embargo, hay una gran diferencia en cuanto a la calidad del l¨ªquido que se puede obtener con ambos m¨¦todos.
En los sistemas que va a instalar la dependencia gubernamental, basados en la tecnolog¨ªa de Isla Urbana, el agua que capta el techo de la casa es dirigida por una canaleta y atraviesa un primer filtro. Ah¨ª se detienen los elementos m¨¢s grandes, como las hojas o piedras que arrastra el torrente. Luego entra a un separador de primeras aguas al que la empresa de Lomnitz llama el tlaloque, en honor a los ayudantes del dios azteca de la lluvia, Tl¨¢loc.
Esa la pieza clave del proceso, ya que en su contenedor se retiene el l¨ªquido de los primeros 10 a 15 minutos de lluvia. El agua de ese periodo inicial cae m¨¢s sucia, explica Lomnitz, pues lava el techo de la casa y lleva consigo tierra y sedimentos, adem¨¢s de la contaminaci¨®n del aire. Una vez llenado el tlaloque, este se sella gracias a una peque?a pelota flotante. Lo anterior permite que el agua de la lluvia que llega a la cisterna o el tinaco est¨¦ 75% m¨¢s limpia.
Un clorador y un filtro de carbono activado terminan por tratar el agua obtenida, que se puede destinar a usos secundarios, como lavar la ropa, limpiar la casa o ducharse. Despu¨¦s de la tormenta es necesario vaciar el tlaloque, cuyo contenido puede usarse en los sanitarios, para el riego de plantas o para lavar el coche.
Un sistema de captaci¨®n pluvial instalado en una casa en El Ajusco.
Foto: Isla Urbana
La funcionaria de la secretar¨ªa del medio ambiente sostiene que este modelo descentralizado de cosecha pluvial tiene beneficios ambientales y econ¨®micos, pues "el ciudadano no solo deja de sobreexplotar el acu¨ªfero, sino que adem¨¢s deja de usar la energ¨ªa para transportar el agua, y ya no paga los costos de distribuci¨®n y almacenamiento".
Guti¨¦rrez Lorandi menciona otros proyectos a nivel macro de captaci¨®n de agua de lluvia, que en la Ciudad de M¨¦xico son impulsados por el Sistema de Aguas (Sacmex). A nivel nacional encontramos ejemplos como las ollas y techos captadores, habilitados como parte del Programa Nacional de Reforestaci¨®n y Cosecha de Agua. Esta es una iniciativa que la Industria Mexicana de Coca-Cola realiza en conjunto con el Gobierno federal y las comunidades beneficiadas, para satisfacer necesidades de consumo humano, uso dom¨¦stico y proyectos productivos.
En el modelo que propone la Sedema para Ciuad de M¨¦xico, la captaci¨®n es casa por casa, lo que forzosamente involucra a cada una de las familias en el proceso. "Lo que buscamos", dice Guti¨¦rrez Lorandi, "es generar un cambio cultural en torno al agua, reconectarnos como ciudadanos con el ciclo natural".
En la fase actual del programa, el Gobierno local e Isla Urbana han comenzado un esfuerzo conjunto de sensibilizaci¨®n con los vecinos de Iztapalapa y Xochimilco. De la experiencia se ha aprendido que las charlas comunitarias en torno a la crisis h¨ªdrica y el funcionamiento de la ecotecnolog¨ªa son una parte fundamental del proceso. El ¨¦xito, dice Guti¨¦rrez, depende de que los ciudadanos se comprometan a cuidar y mantener sus sistemas, los cuales se les otorgar¨¢n e instalar¨¢n de forma gratuita.
Despu¨¦s de una licitaci¨®n p¨²blica para adquirir los materiales, se seleccionar¨¢ a los beneficiarios de acuerdo a una serie de requisitos y comenzar¨¢ la fase de instalaci¨®n. Al final del a?o, la Sedema contempla realizar encuestas de satisfacci¨®n y un monitoreo para conocer la calidad del agua que se obtiene en las viviendas.
Una beneficiaria del proyecto Isla Urbana
Foto: Isla Urbana
"Es uno de los proyectos urbanos m¨¢s ambiciosos", opina Lomnitz. "Yo creo que va a ser un proyecto muy importante para la ciudad, porque es el principio de un planteamiento verdaderamente distinto de infraestructura de agua. Esta es una infraestructura descentralizada, democratizada, donde le das herramientas a la poblaci¨®n para que se autoabastezca. Es un cambio de paradigma".