Placeres de verano | Sexo en la playa, magreo en la verbena
De ¡®Grease¡¯ a ¡®Call Me by Your Name¡¯, abundan los amores estivales inici¨¢ticos, intensos, transformadores... Aunque a veces, en la vida, las vacaciones se queden en el calent¨®n m¨¢s largo del a?o
¡°La primera vez que me comieron las tetas fue en el prao, volviendo de la verbena de San Lorenzo, aquel en cuesta donde pastaban las vacas de Manol¨ªn y luego hicieron seis adosados¡±. P.V. lo recuerda con ternura y asombroso detalle para haber pasado m¨¢s de 30 a?os. ¡°Llevaba un sujetador blanco horroroso y, en vez de desabrocharlo, me lo subi¨® para lamerme¡±. A su primer amor de verano todav¨ªa se lo cruza por el pueblo, de ah¨ª que prefiera no dar su nombre.
Otro ...
¡°La primera vez que me comieron las tetas fue en el prao, volviendo de la verbena de San Lorenzo, aquel en cuesta donde pastaban las vacas de Manol¨ªn y luego hicieron seis adosados¡±. P.V. lo recuerda con ternura y asombroso detalle para haber pasado m¨¢s de 30 a?os. ¡°Llevaba un sujetador blanco horroroso y, en vez de desabrocharlo, me lo subi¨® para lamerme¡±. A su primer amor de verano todav¨ªa se lo cruza por el pueblo, de ah¨ª que prefiera no dar su nombre.
Otro Ferragosto, Javier L¨®pez, 28 a?os, perdi¨® a los 17 la virginidad en la playa ¡°con una guiri¡±. En su caso, los detalles aparecen difuminados. ¡°Estaba borracho y muy nervioso, entonces me pareci¨® la bomba, pero imagino que ser¨ªa un desastre¡±. Aun as¨ª, un recuerdo ¡°bonito¡±. Era el ¨²ltimo d¨ªa de ella en Gand¨ªa, tras un mes de magreos en el cine de verano, chupitos infames y conversaciones por el paseo mar¨ªtimo ¡°en ingl¨¦s wachu wachu¡±.
Lo de Lali, 14 a?os, ¡°casi 15¡å, es m¨¢s reciente. D¨ªa del Orgullo, principios de julio. Fue ¡°solo un beso¡±, pero el primero, que vale doble. ¡°En la calle, de pronto, a lo loco, mol¨® todo¡±, dice con la ligereza de quien se ha quitado un peso de encima. ¡°Ya iba tarde¡±.
Inici¨¢ticos, transformadores, fugaces pero intensos. Todo el mundo parece tener un amor de verano en la memoria. ?Es la ¨¦poca propicia? La ciencia se ha fijado en la estacionalidad de los nacimientos para concluir que en los veranos templados (como para todo, el calor extremo, mal) se concibe un poco m¨¢s que en los meses fr¨ªos. En Estados Unidos, un estudio encontr¨® que las fechas m¨¢s recurrentes para perder la virginidad son junio y diciembre, aunque en Tinder el d¨ªa con m¨¢s matches es el primer domingo de enero.
Las supuestas ganas veraniegas son, seg¨²n los expertos, una mezcla de los efectos sobre las hormonas de la temperatura y las horas de luz, y los cambios en el estilo de vida. ¡°El calor aviva las emociones y con la ausencia de rutinas y preocupaciones la mente se deja llevar¡ Est¨¢ m¨¢s fluida, m¨¢s rom¨¢ntica, m¨¢s a flor de piel¡±, apunta la doctora en psicolog¨ªa Trinidad Bernal. Adem¨¢s, explica la experta, a medida que envejecemos tendemos a recordar m¨¢s lo positivo, lo cual, unido a la abundancia de relatos en pel¨ªculas o canciones sobre romances estivales, nos lleva a idealizar aquellos primeros amores de verano.
En la ficci¨®n los hay a patadas. Sandy y Danny presum¨ªan con sus respectivas cuadrillas de lo que pas¨® en aquellas Summer Nights de Grease (ella: ¡°Nos dimos la mano¡±; ¨¦l: ¡°Nos enrollamos bajo el dique¡±). Pancho gritando ¡°?Beatriiiiiiz!¡± tras el Seat 124 de sus padres mientras el D¨²o Din¨¢mico cantaba El final del verano (azul) y todos nos hac¨ªamos mayores. Hay sudorosas aventuras sexis y l¨¢nguidas (Call Me by Your Name), sexis y energ¨¦ticas (Dirty Dancing), deliciosas (Vacaciones en Roma), raritas (Moonrise Kingdom), lacrim¨®genas (El diario de Noah), celebratorias (Mamma Mia!)¡ Y luego est¨¢ Antes del amanecer.
Hasta Bergman tuvo Un verano con M¨®nica.
Pero a m¨ª me lo robaron.
?l era el primo de alguien (los primos, esos parientes estacionales). Ojos azul-gris, flequillazo, est¨®mago cuarteado antes de que nadie dijese six pack, y lo m¨¢s importante: pecas. Yo las un¨ªa con el dedo tratando de dibujar algo en uno de los muchos juegos que inventamos para tocarnos. Las ahogadillas eran un festival de restregones. Fue el calent¨®n m¨¢s largo de mi vida. Practiqu¨¦ muchas noches con la almohada para que no se notase que iba a ser mi primer beso.
Casi se me cae el Malib¨² con pi?a cuando le vi d¨¢ndoselo a mi amiga Jimena (todav¨ªa me cae mal el nombre, ni idea de qu¨¦ fue de ella). Despechada, esa noche me ¡°di el lote¡± (me siento tan vieja) con uno que pasaba por all¨ª. Un beso tan decepcionante que me fui dici¨¦ndole al pobre muchacho: ¡°No es lo que esperaba¡±. Sent¨ª lo mismo muchos otros veranos, cuando intent¨¦ encontrarle el punto a la intensidad de un rollo con fecha de retorno, a follar en la playa con el trasero lleno de arena, a meterse mano bajo el agua, esa sensaci¨®n tan seca, o a la urgencia de ligar para tener algo que contar a la vuelta.
Un oto?o, hace a?os ya, encontr¨¦ al menos un novio que tiene una an¨¦cdota a¨²n m¨¢s triste que la m¨ªa. Su primer amor estival le dej¨® en un ¡°seamos amigos¡± y durante todo el curso pic¨® piedra por carta solo para volver al verano siguiente a la friendzone. Dice la psic¨®loga que, por muchos calentones estivales, seg¨²n su experiencia como mediadora de parejas lo que m¨¢s se nota en consulta al acabar las vacaciones es c¨®mo aumentan las parejas que se plantean separarse. En eso nosotros tambi¨¦n vamos a la contra, en septiembre, nos casamos.