La cultura agita la conciencia ambiental
Las obras art¨ªsticas que albergan ferias y museos evidencian que la crisis por el cambio clim¨¢tico inspira e implica
La relaci¨®n entre artista y naturaleza siempre ha estado ah¨ª. ?En qu¨¦ ¨¦poca no se han pintado paisajes o escrito sobre ellos? Sin embargo, daban respuesta a muy distintas inquietudes, seg¨²n el momento. Poco tienen que ver las obras de Smithson, Richard Long y otros representantes del Land Art de finales de los a?os sesenta con las que hoy se exhiben en galer¨ªas y museos, muchas de ellas cargadas de mensajes ecol¨®gicos por la crisis clim¨¢tica que vivimos.
Como adelanto, en la d¨¦cada de los a?os setenta y ochenta, Joseph Beuys ya buscaba trasformar conciencias con sus protestas y performances. Y como ejemplo reciente, podemos citar al muralista callejero Banksy, quien el pasado mes de marzo quiso sensibilizar sobre el trato urbano dado a los ¨¢rboles derramando pintura verde sobre la pared de un solar londinense para simular la copa de un cerezo pr¨®ximo podado sin ninguna piedad. ¡°Es normal que desde el arte se emitan se?ales de emergencia. Debemos reformular el presente, pues nunca antes nos hab¨ªamos enfrentado a una situaci¨®n tan l¨ªmite, donde somos la amenaza y los amenazados. Tenemos que contarlo y ser contundentes¡±, opina el artista vallisoletano Eugenio Ampudia. Tras la pandemia, para mostrar su compromiso ecosocial propuso el Concierto para el Bioceno en el Liceo de Barcelona, con 2.000 plantas como espectadoras.
Ahora, ese inter¨¦s suyo por las especies vegetales ha vuelto a quedar patente en la ¨²ltima edici¨®n de Arco Madrid; all¨ª destac¨® su ?rbol decons?truido, un m¨®vil elaborado con palos de playa y hojas de limonero metalizadas ¡°que, con una apariencia casi humana, recordaba que somos aquello que dejamos de ser. Porque, aunque no lo parezca, naturaleza y cultura son lo mismo¡±, opina Ampudia.
Tambi¨¦n llev¨® a la feria la iniciativa Be a Tree Now, acci¨®n online conjunta con Oxfam Interm¨®n, igualmente basada en el movimiento ¡°para que las personas puedan sentirse y verse como un ¨¢rbol. Algo importante porque compartimos el 65% del ADN¡±, incide.
Sus mensajes no son una raya en el agua. Maribel L¨®pez, directora de Arco Madrid, lo constata: ¡°En la reflexi¨®n art¨ªstica siempre imperan el presente y el ahora; es dif¨ªcil dejar a un lado la preocupaci¨®n por una realidad tan extrema como la actual, aunque unos lo expresen m¨¢s formalmente y otros opten por lo conceptual¡±. Y acto seguido empieza a enumerar un sinf¨ªn de ejemplos de lo expuesto en este 2024: Adrian Balseca, ¡°que se acerca a la naturaleza desde la econom¨ªa extractivista¡±; los fot¨®grafos Jordi Bernad¨® y Olivier Render; el dueto Allora y Calzadilla, ¡°quienes llevaron una gran instalaci¨®n de hojas en diferentes grados de descomposici¨®n de un ¨¢rbol caribe?o¡±, o Emilia Azc¨¢rate, ¡°con sus proyectos sobre la reutilizaci¨®n de materiales¡±, describe L¨®pez.
Adem¨¢s, hace menci¨®n especial a Bel¨¦n Rodr¨ªguez y sus telas tintadas con elementos naturales, ¡°un trabajo que ha cristalizado en la compra de un bosque c¨¢ntabro para protegerlo¡±, indica la experta.
¡°Hablamos de unos discursos que van a m¨¢s, no solo en lo art¨ªstico, sino tambi¨¦n en lo institucional. Si hace 10 a?os las reivindicaciones eran de tinte pol¨ªtico, ahora, en esa preocupaci¨®n por el futuro, priman las nuevas corrien?tes ecofeministas¡±, considera ?scar Manrique, curador de arte y codirector de la galer¨ªa madrile?a Ginsberg+Tzu.
Comparte tal opini¨®n la tambi¨¦n comisaria, historiadora de arte e investigadora Blanca de la Torre, que ya centr¨® su tesis doctoral ¡°en la intersecci¨®n arte-ecolog¨ªa, ¨¢mbito donde puede visibilizarse mejor ese necesario cambio de relato y de cosmovisi¨®n. Debemos dibujar esos otros escenarios posibles desde lo positivo, desterrando el catastrofismo¡±. Considera esencial avanzar en la trazabilidad de los materiales y llegar a las estructuras internas, ¡°nada de quedarse en la programaci¨®n y lo epitelial. Urge fijar, desde la gobernanza, la hoja de ruta que exige el nuevo paradigma, incluyendo la fontaner¨ªa, pero es lo que interesa menos por resultar menos est¨¦tico¡±, afirma.
Continente y contenido
Precisamente, con intenci¨®n de conseguir que este esp¨ªritu cuaje y que la comunidad art¨ªstica se una contra el cambio clim¨¢tico, hace ya casi un a?o Gallery Climate Coalition (GCC) inaugur¨® su divisi¨®n en Espa?a para implementar acciones efectivas. Esta organizaci¨®n londinense ofrece directrices sostenibles al sector cultural para que se descarbonice. Se trata de una transformaci¨®n que afecta a continente y contenido, de ah¨ª que ya no exista convocatoria art¨ªstica al margen de un c¨®digo de buenas pr¨¢cticas que, entre otros detalles, han hecho desaparecer las moquetas.
¡°Hemos empezado a colaborar con GCC este a?o, en nuestro objetivo de reducir el impacto de la feria todo lo posible. Por suerte, tal y como destac¨® esta entidad, Ifema tiene una gu¨ªa sostenible bien desarrollada¡±, comenta la directora de Arco Madrid. No obstante, el primer museo estatal en obtener el reconocimiento de GCC como Active Member 2022 fue el Guggenheim (Bilbao). ¡°Ponemos la sostenibilidad ambiental en el centro del mismo plan estrat¨¦gico y contamos con un equipo verde, el G-0, que desde los inicios implica a voluntarios de todos los departamentos¡±, subraya Ana L¨®pez de Munain, su coordinadora de Comunicaci¨®n.
Este a?o, ¡°el hito de este edificio tan peculiar ha sido ampliar los paneles solares en las cubiertas. Y el a?o que viene ya calcularemos emisiones incluyendo todas las exposiciones y en los tres alcances. El objetivo es ser neutros en 2030¡å, anuncia. Todav¨ªa queda camino por recorrer, pero parece que en la industria cultural los brotes verdes ya han echado ra¨ªces. El arte se ha convertido en soporte clave para reivindicar un mundo m¨¢s sostenible.
Cartoneras que venden libros
“La Feria del Libro de Madrid está obligada a ser sostenible por ocupar un parque como el Retiro, que es patrimonio mundial de la humanidad; además, coincide con la celebración del Día del Medio Ambiente, el 5 de junio. Casualidades, o no, que nos permiten demostrar que la industria editorial va mucho más allá de la tala de bosques”, explica Eva Orúe, su directora.
Este año, el guiño a las renovables “ha dado un pasito más”, y en la próxima edición de 2025 esperan usar un solo generador. A la vez, la preocupación por la crisis medioambiental también se advierte en los títulos que venden los stands. Urúe destaca que incluso los hay que reciclan cartón para convertirlo en libros.