Las redes sociales y la Generaci¨®n Z disparan la demanda de la m¨ªtica cerveza Guinness
La empresa Diageo, obligada a racionar el suministro a los ¡®pubs¡¯ del Reino Unido, prev¨¦ vender 300 millones de cervezas en Navidad despu¨¦s de que la Generaci¨®n Z se apropie de una cerveza consumida hasta ahora por gente mayor o jugadores de rugby
El escritor James Joyce la llam¨® el ¡°vino negro de Irlanda¡±. A pesar de que, a contraluz, su tono es m¨¢s bien rub¨ª. La cerveza Guinness es el s¨ªmbolo por excelencia de ese pa¨ªs y de esa cultura. Una bebida nacional asociada con la gente mayor y los jugadores de rugby. Hasta ahora.
Gracias a las redes sociales y su capacidad de convertir en tendencia lo m¨¢s insospechado, la empresa fabricante de la bebida, Diageo, se ha visto obligada a racionar su oferta y limitar el n¨²mero de unidades que distribuye semanalmente en todos los pubs del Reino Unido, ante un ascenso sorprendente de la demanda.
¡°Hemos aumentado nuestra capacidad de suministro, y trabajamos con nuestros clientes para gestionar la distribuci¨®n del modo m¨¢s eficaz posible¡±, ha dicho un portavoz de la compa?¨ªa.
Se calcula que, durante el periodo navide?o, los bares brit¨¢nicos pueden servir hasta trescientos millones de unidades de la legendaria cerveza tostada.
Entre otras razones, porque se ha convertido en un art¨ªculo venerado por la Generaci¨®n Z. En marzo del a?o pasado circul¨® la foto de Kim Kardashian en un pub londinense con una pinta de Guinness en la mano derecha, en su tradicional vaso ovalado, con el logo de la cerveza. En la otra mano llevaba una ¡°baby Guinness¡±: licor de caf¨¦ y crema irlandesa por encima, en un vaso de chupito.
La cantante estadounidense Olivia Rodrigo apareci¨® en mayo, durante uno de sus conciertos en Dubl¨ªn, con una camiseta que llevaba la frase Guinness is Good 4U (La Guinness es buena para ti), un eslogan archiconocido en toda Irlanda hasta que, en la pasada d¨¦cada de los sesenta, razones de salud p¨²blica llevaron a suprimir una publicidad que induc¨ªa a cierto enga?o sobre los supuestos beneficios nutritivos de una bebida alcoh¨®lica.
En los ¨²ltimos seis meses de este a?o, la venta de Guinness ha aumentado un 24%, seg¨²n ha informado el diario Financial Times. Las redes sociales se han inundado con fotos de la cerveza, a la b¨²squeda de la imagen perfecta que ofrece un Guinness bien tirada, con esos cent¨ªmetros de espuma cremosa en la superficie.
ShitLondonGuinness (Guinness de Mierda en Londres) se ha convertido en todo un ¨¦xito. Ian Ryan, un irland¨¦s de Cork que, como muchos compatriotas, acab¨® desplaz¨¢ndose a Londres para trabajar, se dedic¨® a mostrar en su cuenta de X (entonces, a¨²n Twitter) las desastrosas cervezas que le serv¨ªan en distintos pubs. Algunas, por no usar el vaso oficial. Otras, por una espuma que se derramaba por los bordes o se hund¨ªa fl¨¢ccidamente, como un sufl¨¦. En algunos casos, por la suciedad o el desgaste del vidrio. Hoy el proyecto es una p¨¢gina web con venta de camisetas y gorras, y con cuentas en Instagram y TikTok.
Dice la tradici¨®n que la Guinness debe servirse en dos fases. En la primera se ¡®tiran¡¯ del barril dos tercios de la cerveza. Se deja reposar el vaso 119,5 segundos -s¨ª, coma cinco- y se procede a llenar la pinta hasta el borde. De ese modo se logra la cremosidad de la espuma, su grosor exacto, y el tono rub¨ª cristalino del l¨ªquido por debajo.
Pero este rito procede de un tiempo en que la bebida no estaba carbonatada ni pasteurizada, y se mezclaban en el vaso los contenidos de un primer barril con cerveza m¨¢s plana y vieja y otro segundo con material m¨¢s fresco. Era necesario dejar que las levaduras reposaran en el fondo para eliminar el aspecto turbio.
Hoy el rito de marras tiene m¨¢s de cebo comercial que de eficacia pr¨¢ctica. Y cualquier experto que diga, al probarla, que una Guinness no est¨¢ tirada correctamente, va de farol.
Como toda tendencia viral, el fen¨®meno Guinness viene acompa?ado de su propio reto, que usuarios e influencers intentan superar. Split the G, o Parte la G, consiste en dar un primer trago a la pinta, sin mirar al vaso, e intentar que la nueva l¨ªnea de la superficie de la espuma parta en dos la ¡°G¡± de Guinness dibujada en el vidrio. Algunos creen que la l¨ªnea debe coincidir exactamente con la raya horizontal de la letra. Hasta creen ver una p¨ªcara simbolog¨ªa sexual en eso de dar exactamente con el punto G. Otros creen que deben quedar situada entre el dibujo del harpa ¨Del legendario s¨ªmbolo de Irlanda, que la cerveza incorpor¨® a su logo¨D y la palabra Guinness.
Y con estas tonter¨ªas, la empresa Diageo se ha encontrado con un regalo llovido del cielo. Acaban de invertir m¨¢s de 36 millones de euros en su legendaria f¨¢brica de cerveza de St. James?s Gate, en Dubl¨ªn, y otros 240 m¨¢s en una nueva f¨¢brica en County Kildare.
Tim Martin, el due?o de la cadena de pubs JD Weatherspoon, con m¨¢s de novecientos locales por todo el Reino Unido, ya ha advertido a Diageo que tendr¨¢ ¡°duras palabras¡± para ellos si no son capaces de entregar a tiempo todas las Guinness reclamadas por sus establecimientos.
Pero quiz¨¢ la estrategia acertada, como un bolso de Herm¨¨s o una joya de Tiffany?s, consista en hacer de una cerveza tan popular un art¨ªculo de lujo codiciado por su escasez.