El restaurante de Castell¨®n donde si no hay pesca no hay carta

El Terra Milles es uno de esos sitios cuyas bondades es mejor no extender. Ubicado junto al puerto pesquero de Castell¨®n, una veintena de mesas y sin lujos en el mobiliario ni en el menaje, todo el valor est¨¢ en la comida. Y en el entorno, rodeado de peque?os barcos que incluso se puede ver atracar y descargar, dependiendo de la hora. Es un restaurante en el que, si no hay pesca, no hay carta. Tampoco hay platos fijos, m¨¢s all¨¢ del arroz y la fideu¨¤ que se cocinan hasta que se acaba el caldo. Porque todo lo que sirven es producto fresco y comprado en lonja. Unos d¨ªas hay langosta, y otros sardinas.

En el Terra Milles no se reserva mesa. Eso hace que, desde las 13 horas, los comensales se vayan sentado por orden de llegada y siempre que est¨¦ la mesa completa. Nada de guardar sitios con un ¡°ahora viene¡±. Una vez cubierto el aforo, una pizarra se convierte en ¡°libro de reservas¡± y en ella se apunta nombre y n¨²mero de cubiertos. Y, aunque haya que esperar, siempre hay gente. El restaurante no solo es garant¨ªa de un producto fresco sino que adem¨¢s ofrece el arroz, solo de un tipo, que hacen los marineros de esta parte del Mediterr¨¢neo, con un buen fondo de morralla y los tropezones de lo que se haya pescado. El que hac¨ªa el abuelo y el padre de Maruja, Emilio y Miquel Gall¨¦n, los tres hermanos ¡°graueros¡± que llevan el local. Muestra de su dependencia de la pesca son las restricciones a las que se han visto sometidos en ocasiones: ¡°Cerramos por falta de producto por la huelga de los marineros¡±, colgaron en 2022. ¡°Debido a la escasez de pescado como consecuencia de la veda de arrastre, nos vemos obligados a suspender el servicio de cena¡±, anunciaron el julio pasado.

El ¨¢rbol geneal¨®gico de los Gall¨¦n remonta la tradici¨®n pesquera de la familia a 1789, seg¨²n afirma Miquel, el mayor de los hermanos. Fue ¨¦l tambi¨¦n quien rompi¨® esa tradici¨®n. ¡°?Y qu¨¦ har¨¢s? ?Trabajar¨¢s en tierra?¡±, cuenta que le pregunt¨® entre at¨®nito y molesto su abuelo. Tradici¨®n pesquera era tambi¨¦n dar de comer a los marineros, incluso en el propio barco, con viandas hechas con pescado da?ado. El hecho es que el padre de los hermanos que regentan ahora el Terra Milles, Micalet, comenz¨® a dar almuerzos a esos marineros en una caseta. Pero aquello fue a m¨¢s y empezaron a hacer arroces por encargo los fines de semana, cuando a¨²n no estaba ni marcado el plan de usos del puerto y, por tanto, no hab¨ªan podido gestionar una licencia que lleg¨® en 1996. La clientela ha cambiado desde entonces, pese a los reproches de algunos hombres de mar. ¡°Si hay boquer¨®n, no vas a la sardina¡±, resume Miquel en una met¨¢fora sobre lo que ganaban con unos y ganan con otros.

La receta del Terra Milles es simple. A las ocho de la ma?ana comienzan a hacer el caldo, unos 100 litros al d¨ªa, para arroces y fideu¨¤s. ¡°No cuesta tanto hacerlo bien¡±, se?ala Maruja. ¡°A¨²n no sabemos hacerlo mal¡±, apunta Miquel. El que est¨¢ en los fogones es Emilio, un hombre de pocas palabras que tambi¨¦n se lanz¨® durante un tiempo a la mar, y que adem¨¢s es el encargado de ir a la lonja. Dicen que no hay secretos y que todo es, m¨¢s o menos, a ojo. Y fresco. El sofrito tambi¨¦n se hace d¨ªa a d¨ªa.

Con lo que compran en la lonja, de Castell¨®n o Pe?¨ªscola, dependiendo de si hay vedas para la pesca, es lo que se ofrece en otra pizarra. Las raciones de arroz o fideu¨¤, a entre 15 y 17 euros; ensalada (tomate, cebolla y aceitunas); y el pescado y marisco con sus pesos y precios correspondientes, que se van tachando seg¨²n se van consumiendo. La mayor¨ªa de ellos se hacen a la plancha, sin salsas ni adornos. Un chorrito de buen aceite y poco m¨¢s.

A Miquel Gall¨¦n no le preocupa la marcha del negocio. A la pregunta de qu¨¦ es lo que hacen tan bien para tener una clientela tan amplia responde con otra pregunta. ¡°?Qu¨¦ hacen los dem¨¢s para que venga tanta gente aqu¨ª?¡±, dice. ¡°Igual es que hacerlo simple es dif¨ªcil¡±, a?ade. Lo que realmente le preocupa es quedarse sin producto: ¡°Nos lo estamos comiendo todo y este huerto (el mar) no crece¡±.

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