¡®Francesinha poveira¡¯, el bocadillo creado en el primer chiringuito de Portugal que a¨²n se toma por cinco euros
Desde los a?os sesenta que se vendi¨® por primera vez en el Guarda-Sol, junto a la playa de P¨®voa de Varzim, se ha convertido en un reclamo popular
Guarda-Sol fue el primer chiringuito de Portugal. Se fund¨® en 1922 y proporcion¨® al pa¨ªs su primer lugar a la sombra para comer en la playa, tal y como su nombre indica. Pero tambi¨¦n regal¨® a la naci¨®n un plato totalmente nuevo: la francesinha poveira, que, descrita de forma sencilla, es una versi¨®n en bocadillo de la famosa francesinha portuguesa.
Con forma de panini, este bocadillo tostado de fiambre, salchicha, queso y mostaza se unta con una ligera capa de salsa francesinha y se envuelve en una servilleta de papel para que la gente pueda llev¨¢rselo y comer sin cubiertos. Este popular bocadillo de playa lo invent¨® el especialista en emparedados, Daniel Silva, en 1962 mientras trabajaba en el primer restaurante autoservicio de Portugal, en Cascais. Silva recibi¨® el encargo del propietario original de Guarda-Sol, Alberto Moreira, que supo ver el valor y la popularidad de servir comida r¨¢pida junto a la playa. En lugar de comer dentro del chiringuito Guarda-Sol, los clientes ten¨ªan ahora una opci¨®n de comida para llevar y pod¨ªan disfrutar de un almuerzo ligero m¨¢s cerca de la costa.
Con los a?os, la humilde francesinha poveira fue ganando popularidad entre los residentes locales y los turistas, incluso ha alcanzado el estatus de plato regional y se sirve en muchos restaurantes portugueses de la ciudad de P¨®voa de Varzim. Pero no es de extra?ar que este sencillo tentempi¨¦ haya protagonizado muchas primicias nacionales: la ciudad de P¨®voa de Varzim tiene su propia historia.
Durante siglos, el municipio atl¨¢ntico se ha alimentado de pescado. Las cuestas naturales que rodean el puerto han sido testigo de cientos de a?os de construcci¨®n naval, de pesca y de comercio. En la d¨¦cada de 1960, en la ¨¦poca en que se cre¨® la humilde francesinha poveira, P¨®voa de Varzim atra¨ªa a turistas de todo el mundo con sus aguas ricas en yodo y repletas de algas, su arquitectura de la belle ¨¦poque y el ocio nocturno de sus teatros y su gran casino. P¨®voa de Varzim era el destino tur¨ªstico m¨¢s popular del norte de Portugal y, en 1973, obtuvo la categor¨ªa de ciudad. Sin embargo, como suele ocurrir, la ciudad se convirti¨® r¨¢pidamente en v¨ªctima de su propio ¨¦xito.
La ausencia de regulaci¨®n urban¨ªstica acab¨® con la poblaci¨®n tradicionalmente marinera y la industria pesquera local fue sustituida por los servicios y el sector inmobiliario. Durante d¨¦cadas, la zona sufri¨® una disminuci¨®n demogr¨¢fica hasta que, en los ¨²ltimos a?os, son los residentes extranjeros quienes contribuyen a la expansi¨®n de la poblaci¨®n.
Este verano, en el que el continente Europeo est¨¢ alcanzando su cima de tensiones tur¨ªsticas, comer la famosa francesinha poveira en su lugar de nacimiento ¡ªen Guarda-Sol¡ª es el contexto perfecto para pensar en la complejidad del turismo a lo largo de las d¨¦cadas. Aqu¨ª tenemos un restaurante que debe su ¨¦xito al turismo. Este impresionante chiringuito art d¨¦co, con sus techos altos, roset¨®n decorativo y vistas panor¨¢micas al mar, ocupa un lugar de honor no solo en la playa, sino tambi¨¦n en el famoso monumento de azulejos azules pintados a mano que se encuentra en el malec¨®n. Adem¨¢s, el local cuenta incluso con su propia secci¨®n en el museo municipal. As¨ª de importante es.
Parte de lo que hizo tan popular a Guarda-Sol fue la francesinha poveira, que se invent¨® durante una ¨¦poca en la que se cre¨ªa que el turismo sacaba a los pa¨ªses de apuros econ¨®micos, cuando los turistas colaboraban con las comunidades locales para aportar valor e innovaci¨®n a la econom¨ªa, la cultura y la gastronom¨ªa locales. Este edificio redondo que parece haber surgido de la arena es un robusto s¨ªmbolo de una ¨¦poca anterior al turismo masivo y al sentimiento antitur¨ªstico, y a¨²n conserva este valor.
Guarda Sol es popular entre turistas y lugare?os todos los d¨ªas del a?o. Seg¨²n los camareros, para evitar colas, hay que llegar antes del mediod¨ªa y as¨ª uno se puede asegurar la mesa junto a la ventana con impresionantes vistas a la extensa playa y el oc¨¦ano infinito. Hay que pedir una francesinha poveira (5 euros) y la sirven en un plato, pero sin lujos, ya que se trata de un aperitivo ¡°sin florituras¡±. Sin embargo, para disfrutar de la experiencia gastron¨®mica completa, existe una ligera mejora de la francesinha poveira que se invent¨® para satisfacer las demandas de los clientes que quer¨ªan algo a medio camino entre una francesinha poveira y una tradicional. Esta versi¨®n del plato viene ba?ada en una generosa raci¨®n de salsa francesinha (de cerveza y tomate, de color naranja), cuesta 8 euros y se sirve con patatas fritas, cubiertos y un mantel individual de papel con una fotograf¨ªa antigua del chiringuito original Guarda-Sol.
La propia francesinha poveira es un legado vivo de una ¨¦poca en la que el turismo se ve¨ªa con tanto optimismo que un plato inventado para los turistas pod¨ªa ser un gran ¨¦xito. Se apropi¨® de ¨¦l la comunidad local y lo a?adi¨®, con orgullo, a su lista de platos regionales. Hoy en d¨ªa existen innumerables sitios donde puedes probar este plato en P¨®voa de Varzim, pero Guarda-Sol debe ser tu primera parada.
Guarda-Sol
- Dirección: Avenida dos Banhos 130, 4490-407 Póvoa de Varzim, Portugal.
- Teléfono: +35 19 61 327 031