Mark Zuckerberg: inseguridades, man¨ªas y celos empresariales
El fundador de Facebook viste camisetas grises y se impone retos continuos que hace p¨²blicos: hablar chino, llevar corbata o comer solo animales que pueda matar con sus manos
Mark Zuckerberg (White Plains, 1984) CEO de Facebook y due?o y se?or de Instagram y WhasApp, se hace mayor y se le nota. Tiene menos amigos que enemigos, menos c¨®mplices que aliados circunstanciales, y se ha convertido en una persona insegura que en casi nada recuerda a aquel genio naive que se convirti¨® con 26 a?os en el millonario m¨¢s joven del mundo con su sudadera y su camiseta de algod¨®n gris.
Era 2010, Facebook era un sitio divertido y aparentemente neutral, y muchos entendieron que las camisetas de Zuckerberg les representaban. Ahora se sabe que son de Brunello Cucinelli, un dise?ador italiano que produce cachemir de lujo, y que cada una puede costar entre 800 y 2.000 euros. Entre sus pocas desgracias est¨¢n su ambici¨®n, su fe desmedida en la tecnolog¨ªa y la palabra disrupci¨®n. Un concepto que, seg¨²n sus preceptos, justifica hacer tabla rasa all¨ª donde se pueda y empezar de cero. La disrupci¨®n por la disrupci¨®n. El ¡°lo hago porque t¨¦cnicamente puedo¡±. Tal era la religi¨®n de Silicon Valley cuando lo conquist¨® este graduado de Harvard.
Su otra gran desgracia son sus exempleados, dispuestos a hablar con cuanto periodista o escritor quiera glosar los entresijos de la compa?¨ªa y, sobre todo, las extravagancias de su fundador. En el ¨²ltimo libro que es la comidilla del sector Facebook: The inside story (2020), su autor, el periodista Steven Levy (1961) entrevist¨® a cientos de personas, fieles y rebotados de la compa?¨ªa. Un portavoz de Facebook reconoci¨® que Levy hab¨ªa tenido ¡°un amplio acceso a ejecutivos que fueron muy comunicativos respectos a sucesos dolorosos del pasado de Facebook¡±: ¡°Aunque no coincidimos con todo lo que dice tampoco negamos las cr¨ªticas. Estamos trabajando activamente para solucionarlas¡±.
En el retrato de Levy, Mark Zuckerberg es un hombre fr¨¢gil, ¡°consumido por su imagen p¨²blica¡±, obsesionado con aparentar serenidad y ocultar cualquier signo de nerviosismo y descontrol. Nada que ver con el aparente desparpajo de sus inicios.
Lo presenta especialmente inseguro acerca del aspecto de sus m¨ªticas camisetas grises, que han de lucir siempre secas e impolutas, para ello alguien de su equipo de comunicaci¨®n debe tener siempre a mano un secador de pelo que evapore, literalmente, el exceso de sudoraci¨®n del jefe antes de cualquier discurso importante. Se dice que es una secuela postraum¨¢tica que le ha quedado de aquella comparecencia ante el Senado de Estados Unidos para dar explicaciones sobre el esc¨¢ndalo de Cambridge Analitics. Para la ocasi¨®n Zuckerberg se puso un traje y una camisa blanca que transparentaba los chorretones de sudor que le corr¨ªan cada vez que ten¨ªa que contestar una pregunta inc¨®moda o una pregunta obvia, que tambi¨¦n las hubo.
Levy escribe: ¡°Zuckerberg, de 35 a?os, quiere lucir tranquilo, cool y seco en lugar de sudado y nervioso y sus asistentes tienen que garantizar que sus famosas camisetas grises est¨¦n inmaculadas antes de que ¨¦l suba al escenario de un evento p¨²blico¡±. Curiosamente la portavoz de Facebook, Liz Bourgeois, ha entrado al trapo y ha contestado a un correo electr¨®nico de Busines Insider que le preguntaba por el asunto: ¡°Dudo que sea verdad, pero si ha sucedido habr¨¢ sido una sugerencia de nuestro equipo de comunicaci¨®n, y seguramente cualquiera que haya usado una camiseta gris podr¨ªa entenderlo¡±.
El libro tambi¨¦n dedica varias p¨¢ginas a los celos de Zuckerberg con Instagram. Cualquier usuario habitual de Internet podr¨¢ constatar que tanto Instagram como Whatsapp, ambos comprados por Zuckerberg en 2016 y 2014, respectivamente, tienen actualmente m¨¢s tir¨®n que Facebook. En un intento de imponer la marca de la casa madre ambas plataformas llevan ahora un marchamo: Instagram from Facebook y Whatsapp from Facebook (Instagram de Facebook y Whatsapp de Facebook, en ingl¨¦s). Como para que nadie se olvide de quien manda.
Los celos con Instagram empezaron, seg¨²n el libro de Levy, en un viaje a Nigeria donde Zuck descubri¨® que a los adolescentes no les gustaba Facebook tanto como Instagram. A partir de ese momento se empezaron a reducir los recursos de Instagram hasta que se consigui¨® que los fundadores salieran de la empresa. Esta podr¨ªa parecer una de las pocas decisiones puramente emocionales de Zuckerberg que por supuesto da otra versi¨®n de los hechos: liber¨® a los creadores de la plataforma para que pudieran ocuparse de proyectos innovadores y m¨¢s interesantes¡ Fuera de la compa?¨ªa. Seg¨²n el autor de Facebook: The inside story, los creadores de Instagram todav¨ªa est¨¢n perplejos ante el giro final de los acontecimientos. En una entrevista con Casey Newton, un periodista de The Verge, el autor cuenta que le pregunt¨® directamente a Mark Zuckerberg por qu¨¦ ten¨ªa tantos celos de Instagram, ¨¦l neg¨® la mayor aunque todo el equipo de exfundadores de Instagram podr¨ªa probar lo contrario. Seg¨²n su versi¨®n la purga se produjo en un momento en que se estaba probando el servicio de mensajer¨ªa de la plataforma, lo que integrar¨ªa mucho m¨¢s a Instagram en la estructura de Facebook, en esta circunstancia parec¨ªa conveniente eliminar a los fundadores. ¡°Visto as¨ª m¨¢s que una decisi¨®n emocional movida por los celos estar¨ªamos ante otra gran decisi¨®n estrat¨¦gica¡±, dice Levy.
Zuckerberg no tiene aficiones conocidas y en su vida se lo plantea todo como un reto que hace p¨²blico para obligarse a cumplirlo. A saber: usar corbata, hablar chino mandar¨ªn, comer solo los animales que sea capaz de matar con sus propias manos o leer un libro cada dos semanas. En un cap¨ªtulo del libro Levy le pregunta si el trabajo de un CEO le parece divertido o estresante y tras una larga pausa que el autor describe como ¡°el silencio de Zuckerberg, el ojo rojo de Sauron¡±, la respuesta es lapidaria: ¡°Me conoces hace mucho tiempo y yo no hago lo que hago por diversi¨®n¡±.
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