Los Guti¨¦rrez Caba, una saga familiar y teatral con historia
Emilio publica un libro en el que narra la vida de las mujeres del clan, desde sus hermanas Irene y Julia a su sobrina nieta Irene Escolar, que ha tomado el testigo
No es la estirpe m¨¢s antigua de actores espa?oles. Ese honor lo tienen los Vico, que se remontan a principios del siglo XIX, aunque tambi¨¦n del siglo XIX datan varios antepasados de los Guti¨¦rrez Caba, una de las familias teatrales m¨¢s populares del pa¨ªs. Son Pascual Alba Sors y sus hijas Leocadia e Irene Alba, que en 1874 estrenaron La verbena de la Paloma. Esa fue la primera Irene de la saga, mujer recordada por su fuerte y decidido car¨¢cter, que se cas¨® con el tambi¨¦n actor Manuel Caba...
No es la estirpe m¨¢s antigua de actores espa?oles. Ese honor lo tienen los Vico, que se remontan a principios del siglo XIX, aunque tambi¨¦n del siglo XIX datan varios antepasados de los Guti¨¦rrez Caba, una de las familias teatrales m¨¢s populares del pa¨ªs. Son Pascual Alba Sors y sus hijas Leocadia e Irene Alba, que en 1874 estrenaron La verbena de la Paloma. Esa fue la primera Irene de la saga, mujer recordada por su fuerte y decidido car¨¢cter, que se cas¨® con el tambi¨¦n actor Manuel Caba. De ese matrimonio nacieron Julia e Irene Caba Alba, dos personajes muy populares en el teatro y el cine de las primeras d¨¦cadas del siglo XX. Esta segunda Irene tambi¨¦n eligi¨® a un actor como marido, Emilio Guti¨¦rrez Esteban, y de esa uni¨®n nacieron Irene, Julia y Emilio, tres de los int¨¦rpretes m¨¢s importantes del cine, el teatro y la televisi¨®n de la segunda mitad del siglo XX. Emilio, de 77 a?os, y Julia, de 87 a?os, lo son tambi¨¦n del XXI, un siglo en el que empez¨® a brillar con luz propia la ¨²ltima Irene de esta estirpe de actores: Irene Escolar. Su padre es Jos¨¦ Luis Escolar, hijo de la gran Irene Guti¨¦rrez Caba, que aunque no eligi¨® la interpretaci¨®n como oficio, su labor de productor cinematogr¨¢fico le mantiene dentro de lo que llaman ¡°la familia¡± y que va m¨¢s all¨¢ de aquellos con los que comparten apellidos.
Todas estas an¨¦cdotas, y muchas m¨¢s, se recogen en un libro que acaba de publicarse, El tiempo heredado (Editorial Aguilar), un homenaje a las mujeres de esta familia realizado por un hombre que cuenta con todo el derecho para hacerlo: Emilio Guti¨¦rrez Caba, convertido en el guardi¨¢n de la memoria de los suyos, los parientes de sangre unos y otros de vida.
Hay algo que muestra ese esp¨ªritu de esta familia de c¨®micos. En el cementerio barcelon¨¦s de Montjuic hay una tumba que comparten tres actrices que estrenaron La verbena de la Paloma en 1894 en Madrid, interpretando los papeles de Casta, Susana y la se?¨¤ Antonia. En la sepultura que pertenec¨ªa a la actriz Pilar Vidal y donde tambi¨¦n est¨¢n enterradas Luisa Campos y la abuela de los Guti¨¦rrez Caba.
Pero no todos los de esta familia tuvieron claro desde el principio que interpretar era lo que quer¨ªan hacer. De hecho, Julia Guti¨¦rrez Caba dibujaba claras inclinaciones hacia el dise?o, mientras su hermano Emilio trabajaba en los Laboratorios Madrid. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que todas las Irene de esta estirpe antes de andar ya hac¨ªan teatro, a su manera, y al poco de empezar a hablar ya aireaban su inclinaci¨®n.
¡°Es que ellas eran y son las importantes, las que m¨¢s trabajaban y aportaban el sustento. Mujeres que no se han dado ning¨²n pisto, que llenaron escenarios y pantallas de cine y televisi¨®n. Descubrieron el teatro a muchas generaciones, vivieron y murieron por ¨¦l sin dejarse vencer ni un ¨¢pice por la vanidad. Eso visto desde hoy es realmente admirable¡±, dice Emilio Guti¨¦rrez Caba. Y advierte: ¡°Ahora, en cambio, estamos en un momento en que alguien fr¨ªe un huevo y lo sube a las redes porque cree que es algo importante¡±.
El libro ha sido calificado como feminista, ya que pone de relieve que las mujeres han sido en numerosas ocasiones las m¨¢s importantes del mundo de la escena. Desde productoras a admiradas int¨¦rpretes. ¡°Supongo que mi hermana Julia hubiera escrito la historia de nuestra familia de otra manera, pero yo quer¨ªa evocar, desde la relativa traici¨®n de la memoria, su historia y su paso por la vida¡±, apunta el actor.
Su hermana Julia solo tiene elogios para El tiempo heredado y habla de la diferencia de c¨®mo se iniciaron ellos y c¨®mo lo ha hecho Irene, la nieta de su hermana ya fallecida: ¡°Es cierto que es m¨¢s f¨¢cil empezar teniendo a tus padres y abuelos ya metidos en el oficio. Antes todo era muy distinto. No ten¨ªamos escuelas, aprend¨ªamos haciendo personajes min¨²sculos, cosa que se pod¨ªa hacer porque los repartos eran extensos y siempre hab¨ªa una doncellita que sacaba un caf¨¦¡±, dice esta mujer que emana elegancia.
¡°Lo bueno de formar parte de una saga de actores es que cuando te decides a ejercer este oficio conoces y sabes muchas cosas de la profesi¨®n. A nosotras nos parec¨ªa lo m¨¢s normal del mundo que nuestros padres tuvieran que disfrazarse para trabajar, que trabajaran hasta casi la madrugada y que nos fu¨¦ramos toda la familia junta mucho tiempo porque en las giras nos tir¨¢bamos dos o tres meses en las ciudades importantes¡±, se?ala Julia al recordar una ¨¦poca en la que no hab¨ªa promoci¨®n, ni televisiones, ni premios, pero s¨ª apuntadores, ¡°hab¨ªa mucho de artesanal¡±, dice.
Irene Escolar, la m¨¢s joven de la saga, habla de su experiencia.¡°Mi infancia fue parecida, en cuanto a estar rodeada de teatro por los cuatro costados. Aunque no tuviera hermanos con quien compartir, hab¨ªa una normalidad y algo cotidiano en mi relaci¨®n con el teatro y las c¨¢maras. Eso no quita que despu¨¦s de leer el libro de mi t¨ªo abuelo he tomado m¨¢s conciencia del legado que he recibido¡±.
A Escolar, de 31 a?os, ganadora del Goya a mejor actriz revelaci¨®n en 2016, premiada en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n y finalista en tres ocasiones al Premio Valle Incl¨¢n de Teatro, le llama mucho la atenci¨®n que sus compa?eros actores ¡°tienen una vocaci¨®n igual a la m¨ªa, cuando muchos emanan de familias que ni han pisado un teatro¡±. Ella asegura que pese a la familia de la que procede no ha tenido ventajas. ¡°Nunca he tenido que justificar nada. Siempre me he sentido apoyada, sostenida, acompa?ada, y he compartido miedos, inseguridades, vaivenes¡. Y, sobre todo, soy muy respetada por los m¨ªos. Esas ra¨ªces suponen una gran fuerza y me dan potencia¡±, apunta esta joven que en vez de invertir en joyas ¡°empe?ables¡±, como hac¨ªan sus antepasados, lo hace en formarse, producir espect¨¢culos y aprender m¨¢s si cabe.