La censura china acaba con los tatuajes de Beckham
La televisi¨®n del gigante asi¨¢tico, en la que ¡®piercings¡¯ y tatuajes est¨¢n proscritos, emborrona el cuerpo del exfutbolista ingl¨¦s
A medida que su tiempo sobre el c¨¦sped llegaba a su fin, David Beckham comenz¨® una segunda carrera: la de cubrir su cuerpo con tinta. M¨¢s de 50 tatuajes despu¨¦s, dicho prop¨®sito ha dado con un obst¨¢culo inesperado: el Partido Comunista Chino. En la televisi¨®n del gigante asi¨¢tico, poco amigo entre muchas otras cosas de la decoraci¨®n corporal, el astro ingl¨¦s ha quedado reducido a una cabeza. Una l¨¢stima: Beckham, famoso por sus milim¨¦tricos pases en largo, nunca fue especialmente bien por arriba.
La prestidigitaci¨®n tuvo lugar esta semana, cuando uno de los canales de la televisi¨®n p¨²blica china CCTV ¡ªque de manera muy apropiada comparte acr¨®nimo con las c¨¢maras de videovigilancia, ¡°circuito cerrado de televisi¨®n¡±¡ª emiti¨® el documental David Beckham Into the Unknown (¡°David Beckham en lo desconocido¡±), producido por la BBC. El t¨ªtulo hace referencia a la selva del Amazonas, hacia donde el exfutbolista se encamina en un viaje de aventuras en motocicleta en compa?¨ªa de Dave Gardner, su mejor amigo y pareja de la actriz Liv Tyler. Para los espectadores chinos, no obstante, nada hab¨ªa m¨¢s ¡°desconocido¡± que el cuerpo de Beckham. Toda su imagen, a excepci¨®n de su rostro, hab¨ªa sido emborronada. ?El motivo? Las autoridades estatales han prohibido la visi¨®n de tatuajes en los medios de comunicaci¨®n del pa¨ªs.
Esta campa?a se remonta a enero de 2018, cuando el principal organismo regulador, la Administraci¨®n Estatal de Prensa, Publicaciones, Radio, Pel¨ªculas y Televisi¨®n puso en marcha un nuevo reglamento. La decisi¨®n, anunciada por el responsable de la entidad, Gao Changli, ten¨ªa como objetivo reafirmar los ¡°valores centrales socialistas¡±. Se convert¨ªa as¨ª en norma una pr¨¢ctica puesta en marcha al menos dos a?os atr¨¢s y que tambi¨¦n hab¨ªa tenido como objetivo los piercings y las coletas de los hombres, los cuales eran contemplados como contrarios a los est¨¢ndares de masculinidad que el gobierno deseaba promover. Tradicionalmente, el Partido siempre ha tratado de evitar que la sociedad est¨¦ expuesta a lo que sus facciones m¨¢s conservadoras han calificado como ¡°poluci¨®n espiritual¡± de Occidente. Hubo que esperar a 1980, por ejemplo, para que en la gran pantalla de los cines chinos pudiera verse por primera vez un beso.
Subyace, tambi¨¦n, una dimensi¨®n hist¨®rica. A diferencia de Jap¨®n, donde en un primer momento serv¨ªan para indicar la clase social del portador y como protecci¨®n frente a la adversidad, en China encontr¨® arraigo el concepto de los tatuajes punitivos, con los que los criminales quedaban marcados a perpetuidad. Asimismo, durante mucho tiempo fueron considerados una falta de respeto hacia la familia, ya que causaban un perjuicio al cuerpo concebido por los progenitores, una noci¨®n derivada de la virtud confuciana de la piedad filial. Ambas ideas acabaron por dar el salto al archipi¨¦lago vecino, donde la estigmatizaci¨®n de los tatuajes se ha mantenido hasta hoy en d¨ªa.
La campa?a de censura de las autoridades chinas se ha llevado por delante las m¨²ltiples citas, escenas religiosas y todo tipo de dise?os que adornan, cuello abajo, el cuerpo de David Beckham. Pero la amputaci¨®n visual quiz¨¢ pueda llegar a¨²n m¨¢s lejos, a la luz de una de sus ¨²ltimas y m¨¢s extravagantes adquisiciones: una intricada reproducci¨®n del Sistema Solar a un lado del cr¨¢neo. Ni siquiera se ha salvado una frase tomada de las Analectas de Confucio, la cual porta en el torso, imitando los trazos de los pinceles caligr¨¢ficos chinos. ¡°Sheng si you ming, fu gui you tian¡±. Es decir: ¡°Vida y muerte est¨¢n marcadas por el destino, riqueza y estatus por el cielo¡±. El aspecto de los ciudadanos, podr¨ªa a?adir, por el Partido.
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