El camino de l¨¢grimas de Ana Garc¨ªa Obreg¨®n
La eterna sonrisa de la actriz tambi¨¦n esconde una vida llena de momentos dolorosos; el ¨²ltimo, la muerte de su hijo ?lex Lequio el pasado 13 de mayo
Espa?a es un pa¨ªs sumergido en el dolor. A las cifras y nombres de fallecidos a diario desde hace dos meses, el mi¨¦rcoles se sum¨® el de ?lex Lequio, que con 27 a?os mor¨ªa en un hospital de Barcelona a causa de un c¨¢ncer extra?o al que se le acaba de poner nombre: sarcoma de Ewing. Dos a?os de lucha, hospitales en cuatro ciudades del mundo y todos los esfuerzos invertidos para plantarle cara se volatilizaban y se convert¨ªan en l¨¢grimas para una familia, y en especial para sus padres, Ana Garc¨ªa Obreg¨®n y Alessandro Lecquio.
La muerte de ?lex Lequio, Aless, como los suyos le llamaban, causaba una inaudita conmoci¨®n. Su edad, la situaci¨®n, la lucha familiar, contribu¨ªan al enorme shock por su fallecimiento. Y sobrevolando la tragedia quedaba la figura de su madre, Ana. Esa mujer atrevida, fuerte, bandera, de eterna sonrisa, imagen de valent¨ªa, fuerza e incluso frivolidad y provocaci¨®n, sin pelos en la lengua, con el chascarrillo a punto, siempre con la m¨¢s trabajada naturalidad, se vaciaba y se dejaba ver en su faceta m¨¢s fr¨¢gil y vulnerable. Se quedaba sin lo que m¨¢s quer¨ªa en el mundo. La tragedia volv¨ªa a azotarla, esta vez del modo m¨¢s descarnado posible.
Obreg¨®n, de 65 a?os, no es solo actriz; lo suyo va m¨¢s all¨¢ del concepto de famosa. Es un icono de la cultura popular espa?ola desde los a?os ochenta y noventa. Ha marcado a varias generaciones con su trabajo, pero tambi¨¦n con su personalidad. Hija de un matrimonio acomodado dedicado al sector inmobiliario, que impuls¨® la lujosa urbanizaci¨®n madrile?a de La Moraleja, Ana podr¨ªa haber sido lo que quisiera, incluso no ser nada. Estudi¨® biolog¨ªa, pero tuvo claro que su vida era la interpretaci¨®n y lo intent¨® con ah¨ªnco, hasta estudiar con Lee Strasberg en Nueva York y conseguir alg¨²n papel en Hollywood. Como dec¨ªa su padre en 1982 a Abc, la familia prefiri¨® ¡°ser realista¡± y aceptar el destino escogido por Ana: ¡°Era mucho m¨¢s f¨¢cil ayudar a mis hijas en el camino que hab¨ªan emprendido que enfrentarse con ellas. Porque corr¨ªa el riesgo de perderlas¡±.
Su recorrido profesional ha sido desigual, con triunfos como presentadora (inolvidable su ¨¦poca en ?Qu¨¦ apostamos? o sus Campanadas de Nochevieja) y sorpresas como la comedia familiar Ana y los siete, que cre¨® y produjo bas¨¢ndose en rasgos de la suya. El teatro o el cine le han dado menos alegr¨ªas. Pero las c¨¢maras la han adorado y la fama siempre la bendijo, gracias tambi¨¦n a su personalidad, sus posados de verano ¡ªcon los que cumple desde 1985¡ª y, c¨®mo no, a sus relaciones sentimentales.
El amor ha sido un asunto agridulce para Ana Obreg¨®n. Fue la primera novia conocida de Miguel Bos¨¦, al que ha calificado de su primer amor y con quien sali¨® dos a?os. Pero su gran romance lleg¨® en 1987. Fue el jugador de baloncesto Fernando Mart¨ªn quien le cambi¨® la vida, con quien planeaba boda, y que tambi¨¦n muri¨® a la edad maldita de 27 a?os en un accidente de tr¨¢fico. Tras otras relaciones lleg¨® Alessandro Lecquio y con ¨¦l m¨¢s fama y algunos esc¨¢ndalos. Empezaron su relaci¨®n mientras el conde italiano estaba a¨²n casado con Antonia Dell¡¯Atte, y entre ambas mujeres se cre¨® una enemistad que fue legendaria en la prensa rosa y que tard¨® a?os en solucionarse. Fue Lecquio ¡ªque ya ten¨ªa un hijo con la modelo, Clemente, y tendr¨ªa otra ni?a m¨¢s adelante¡ª quien le dio su gran regalo: su hijo ?lex.
Aquel ni?o pele¨®n, caprichoso, que mord¨ªa los micr¨®fonos de los reporteros, se convirti¨® en un adulto centrado, emprendedor y cuya percepci¨®n a los ojos del mundo cambi¨® cuando anunci¨® hace dos a?os con sensatez y siempre de la mano de Ana Obreg¨®n que sufr¨ªa c¨¢ncer. Una enfermedad que ¨¦l, como le ense?¨® su madre en la vida, mir¨® cara a cara, y que juntos, inseparables afrontaron sin perder el optimismo.
Durante m¨¢s de dos a?os, Ana Obreg¨®n par¨® su vida por su hijo, por acompa?arle en sus tratamientos para superar su enfermedad en Nueva York, Madrid, Pamplona y, al final de sus d¨ªas, en Barcelona. Pero ella siempre ha estado llena de planes; de hecho, durante una ¨¦poca en la que ?lex se encontr¨® mejor, todo estaba preparado para el estreno de una obra de teatro con Andoni Ferre?o. El proyecto, que pretend¨ªa retomar a principios de 2020, se par¨®. Por el momento, solo se ha podido ver a Obreg¨®n en MasterChef Celebrity, en un par de portadas de revistas o en algunos programas de televisi¨®n, pero siempre como invitada.
La muerte de ?lex ha dejado a Ana Obreg¨®n sola, m¨¢s que nunca, pero con un pa¨ªs llorando junto a ella. ¡°Mi vida se apag¨®¡±, ha dicho la actriz. Su hijo seguro que desear¨ªa que encuentre pronto un resquicio de luz.
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