Jimena Coronado, la discreta y profesional esposa de Joaqu¨ªn Sabina
La pareja, que se cas¨® el pasado lunes tras dos d¨¦cadas de relaci¨®n, se conoci¨® en Lima cuando ella trabajaba como fot¨®grafa y se las ingeni¨® para hacerle un reportaje
Jimena Coronado Merel, esposa del cantautor Joaqu¨ªn Sabina, cumpli¨® la semana pasada 51 a?os. De nacionalidad peruana, sus conocidos y amigos en Lima la describen como una persona con gran capacidad de trabajo y buena lectora de narrativa. Cuando conoci¨® a Sabina hac¨ªa fotos para revistas y publicaciones de un diario de Lima; despu¨¦s trabaj¨® en la librer¨ªa La Casa Verde y administraba un bar que ella misma abri¨®, Sazu, en un centro comercial ubicado al pie del malec¨®n de Miraflores, en la capital de Per¨². La discreci¨®n es otro de sus rasgos como se ha podido comprobar en la organizaci¨®n de su boda, celebrada el pasado lunes.
¡°Lo conoc¨ª en diciembre de 1994¡±, cont¨® en una entrevista con Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, en la que Sabina se enorgullec¨ªa de que ella recordara el mes. ¡°Fue un par de d¨ªas despu¨¦s de la muerte de Julio Ram¨®n Ribeyro¡±, aclar¨® entre risas Coronado. La frase no era casual: en su biblioteca ten¨ªa ¡°todo Alfredo Bryce y todo Ribeyro¡±, explica una de sus amistades, aludiendo a dos grandes de la narrativa peruana contempor¨¢nea.
Estudi¨® en el Liceo Franco-Peruano en Lima, donde la recuerdan como deportista y agradable. ¡°Siempre fue una chica popular, con muchos amigos, y un poco introvertida. Practicaba atletismo en el colegio y era una belleza: seguro muchos andaban enamorad¨ªsimos de ella¡±, comenta una compa?era de su promoci¨®n.
Su padre, Pedro Coronado, fue presidente del Banco Central de Reserva de Per¨² durante el primer gobierno de Alan Garc¨ªa -entre 1987y 1989- y su madre es la artista pl¨¢stica Eida Merel, quien se form¨® como pintora en Lima y Par¨ªs. A finales de la d¨¦cada de los a?os 80 Jimena ingres¨® en la Pontificia Universidad Cat¨®lica del Per¨², en Lima, para estudiar Letras, pero abandon¨® poco despu¨¦s y viaj¨® a Nueva York, donde realiz¨® cursos en el International Center of Photography.
Al retornar a Lima, fue pareja durante algunos a?os de Jorge Durand, baterista del grupo de rock Fr¨¢gil, una de las bandas m¨¢s importantes de Per¨², pionera del rock progresivo desde su surgimiento en 1976. ¡°En los 90, Jimena ten¨ªa un laboratorio (de revelado e impresi¨®n de fotograf¨ªa) en su casa de Miraflores y a algunos amigos nos permit¨ªa usarlo. Para llegar al laboratorio, al pasar por su habitaci¨®n, uno ve¨ªa todo Sabina: libros, afiches, m¨²sica. En ese tiempo en Per¨² ¨¦l a¨²n no era conocido. Como fot¨®grafa, siempre ten¨ªa la parte est¨¦tica a flor de piel, andaba buscando la mejor luz natural¡±, comenta una excolega. Otra excompa?era de trabajo de Coronado recuerda que cuando Sabina lleg¨® a Per¨² en 1994, hab¨ªa mucha disputa entre los fot¨®grafos por hacer ese trabajo, ya que los artistas internacionales hab¨ªan dejado de dar conciertos en el pa¨ªs sudamericano durante m¨¢s de una d¨¦cada a causa del terrorismo. La visita del artista espa?ol gener¨® grandes expectativas en un per¨ªodo en que los atentados de Sendero Luminoso hab¨ªan disminuido y el pa¨ªs intentaba salir de una grave crisis econ¨®mica.
¡°En ese tiempo, los fot¨®grafos del servicio especial de edici¨®n del diario El Comercio ganaban de acuerdo a los trabajos que realizaban; entonces hab¨ªa mucho lobby de los fot¨®grafos para que les asignaran trabajo. Jimena no hac¨ªa lobby. Varios de los fot¨®grafos eran juergueros y Jimena tambi¨¦n, pero ella nunca fallaba, ten¨ªa buena cabeza¡±, a?ade la excolega.
¡°Era una buena retratista, por eso el reportaje de Sabina era de ella, y varios sab¨ªamos que estaba al tanto de qui¨¦n era ¨¦l. En 1994 trabaj¨¢bamos con slides (diapositivas) y negativo en blanco y negro, no hab¨ªa la noci¨®n de direcci¨®n de arte ni de producci¨®n fotogr¨¢fica en la prensa, sino un trabajo intuitivo en ese aspecto. Jimena trabajaba con Lena Demartini, que hac¨ªa la labor que hoy llamar¨ªamos producci¨®n. A¨²n trabajan juntas en Madrid¡±, agrega una exreportera de El Comercio. Coronado y su socia Demartini administraron un bar hasta hace algunos a?os en Madrid. El fot¨®grafo Andr¨¦s Longhi, que dirigi¨® el ¨¢rea de fotograf¨ªa del servicio especial de edici¨®n de El Comercio en los 90, comenta a EL PA?S que Coronado ¡°fue parte de un grupo de ¨¦lite de fot¨®grafos, los mejores del pa¨ªs¡±. Adem¨¢s, sostiene que ella ide¨® ¡°una forma de crear im¨¢genes, sobre la base de un concepto¡± y ten¨ªa mucha capacidad de organizaci¨®n. ¡°Producir 800 fotos para un cat¨¢logo de una tienda por departamentos, en cinco locaciones diferentes, con m¨¢s de diez fot¨®grafos en trabajo anal¨®gico -no fotograf¨ªa digital-, en cinco d¨ªas con sus noches y m¨¢s de tres viajes de ida y vuelta a 300 kil¨®metros: si ella no estaba, eso no funcionaba¡±, asegura Longhi.
Lealtad y riendas
Su c¨ªrculo coincide en que valora mucho a sus amistades y cuida a las personas que quiere. Sabina no es el ¨²nico que la ha mencionado en una canci¨®n. Cuando fue pareja del baterista de Fr¨¢gil, el grupo de rock incluy¨® su nombre en la canci¨®n Serranio, como un personaje del relato. El tema, grabado en 1989, cuenta en primera persona la historia de un peruano que deja su comunidad campesina y migra a la ciudad. ¡°Yo te juro pues, Jimena, que este taita (se?or, en quechua) no se dejar¨¢ absorber¡±, dice la canci¨®n que da nombre al disco. En la canci¨®n Rosa de Lima, Sabina dice de ella: ¡°Jimena no traiciona por 30 lucas¡± (soles, la moneda nacional en Per¨²). El cantautor ha ponderado su influencia al contar ¨Ctambi¨¦n en la entrevista con Mill¨¢s¨C, que ¨¦l no puede ir a dar un concierto si ella no va, y que si es un resucitado del ictus de 2001, se lo debe a ella. El director de la editorial peruana Peisa, Germ¨¢n Coronado ¨Cque no es pariente de Jimena¨C ha recordado que ella tiene las riendas de la vida p¨²blica de la pareja. En el a?o 2000, su editorial public¨® un poemario de Sabina que presentaron en Lima. ¡°Fue cuando ya se hab¨ªan unido. Ella se encarg¨® de ver conmigo cada detalle de la presentaci¨®n y de la cena ulterior. Todo se hizo siguiendo un guion. Al finalizar la cena, ped¨ª la cuenta. Me par¨¦ para ir a atender ese asunto y de pronto vi a Jimena a mi lado, intentando persuadirme de que no pagase¡±, comenta. Hab¨ªan ido al restaurante m¨¢s caro de Lima y terminaron pagando a medias. La esposa de Sabina tiene cuenta en Instagram desde 2011 y solo ha publicado 12 fotos desde entonces. Hacer p¨²blica su vida no est¨¢ entre sus intereses. De esas im¨¢genes, cuatro son de sus gatos -Negr¨ªn, Marguita y Margarito-, cuatro son de alimentos y una es un bodeg¨®n de la boda de esta semana.
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