Las entra?as de la poderosa saga de Rupert Murdoch
La BBC disecciona en un documental la compleja historia del magnate australiano de la prensa y sus influyentes relaciones
Algo tiene el poder, el poder casi absoluto, cuando deslumbra con sus chabacaner¨ªas a las mentes m¨¢s brillantes y ambiciosas que se acercan a ¨¦l. Alastair Campell, el que fuera asesor y jefe de comunicaci¨®n de Tony Blair, recuerda casi con nostalgia ante la c¨¢mara el comentario que el magnate de los medios, Rupert Murdoch, hizo del entonces jefe de la oposici¨®n y candidato laborista despu¨¦s de escuchar su discurso. Le hab¨ªa invitado a la conferencia de ejecutivos de News Corp, el imperio medi¨¢tico que controlaba, en la isla de Hayman, en la costa australiana. Era julio de 1995. La isla pertenec¨ªa a Murdoch. ¡°Vamos a tener que entendernos. Va a ser algo as¨ª como dos puercoespines haciendo el amor. De un modo muy lento y con mucho cuidado¡±, observ¨® el magnate.
Ni fue tan lento, ni con excesivo cuidado. The Rise of The Murdoch Dynasty (El Auge de la Dinast¨ªa Murdoch), la serie documental de tres cap¨ªtulos que acaba de estrenar BBC2, advierte en sus primeros minutos al espectador que, por mucho que crea saber ya sobre Murdoch, ¡°su historia rara vez ha sido contada¡±. Nada de lo narrado en la primera entrega es nuevo, pero el personaje tiene tantas capas y huecos que cualquier an¨¦cdota, cualquier testimonio, cualquier video rescatado de los archivos cobra inter¨¦s para entender el poder acumulado por uno de los empresarios m¨¢s influyentes de las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Creo que ya es de dominio p¨²blico el hecho de que en las semanas previas al comienzo de la Guerra de Irak, Tony Blair hablaba tanto o m¨¢s con Murdoch que con su ministro de defensa. Yo a eso le llamo influencia¡±, cuenta el periodista Andrew Neil. Durante m¨¢s de una d¨¦cada (1983-1994) fue director de The Sunday Times, la edici¨®n dominical del prestigioso The Times, aunque funcionen en la pr¨¢ctica como dos peri¨®dicos independientes entre s¨ª. Con fama de duro y correoso, ni siquiera Neil puede escapar del embrujo de una figura maquiav¨¦lica y siniestra.
La BBC pretende, con la m¨²sica empleada y las espectaculares im¨¢genes a¨¦reas de Londres o Nueva York mezcladas con el video granulado de los ochenta y noventa, presentar una alternativa de no ficci¨®n a la popular serie de HBO Succession, las guerras internas de una familia estadounidense propietaria de un conglomerado de medios. La realidad imita a la ficci¨®n, que a su vez imita a la realidad. Por eso aparecen desde el principio los tres descendientes del matrimonio de 35 a?os de Rupert y Anne: Lachlan ¡°el pr¨ªncipe¡±, seductor y atractivo, obsesionado con emular al padre; James, el rebelde e introvertido, fundador de una compa?¨ªa discogr¨¢fica de m¨²sica rap que acaba comprando Murdoch; y la favorita, Elizabeth, la m¨¢s parecida al patriarca en car¨¢cter y ambici¨®n.
En una rara escena familiar, en la piscina de su residencia, la ni?a Elizabeth se atreve a hacerle una aguadilla al progenitor, ¡°en un intento juguet¨®n de ahogar al viejo monstruo¡±, como ha escrito Sean O?Grady en The Independent (uno de los competidores que Murdoch intent¨® hundir con una despiadada guerra de precios). Todos los t¨®picos para una historia perfecta, en la que ni siquiera falta la malvada intrusa venida de China, Wendi Deng, que conquista el amor del jefe del clan y amenaza con dos nuevas hijas a los herederos del imperio. Lachlan y James llegaron a presentar a su padre supuestas pruebas documentales de que su nueva mujer era en realidad una esp¨ªa del Partido Comunista Chino.
Da la impresi¨®n, sin embargo, de que bajo la promesa de una apasionante batalla familiar por el poder, la BBC busca volver a sacar a la luz un episodio m¨¢s siniestro de la historia brit¨¢nica. Y no es otro que la alianza f¨¦rrea entre el laborista Blair y el magnate Murdoch, dos enemigos naturales que sumaron fuerzas en uno de los ejercicios m¨¢s descarnados de connivencia entre pol¨ªtica y periodismo que se recuerdan. Los tabloides del empresario, The Sun y News of The World, sacaron a la luz durante la campa?a de 1997 todos los esc¨¢ndalos sexuales que conoc¨ªan sobre diversos diputados conservadores, y su respaldo fue decisivo para la victoria del Nuevo Laborismo. Todos sus peri¨®dicos y televisiones respaldaron la decisi¨®n de invadir Irak, en contra del masivo rechazo de la ciudadan¨ªa brit¨¢nica. ¡°Yo lo ve¨ªa as¨ª: est¨¢s en una habitaci¨®n y en una esquina hay un perro salvaje. Lo ¨²nico que pretendes es mantenerlo calmado¡±, explica Campbell para justificar el entendimiento entre pol¨ªtico y empresario. El primer cap¨ªtulo de la serie ha mostrado los colmillos del animal.
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