Un elefante de 50 a?os
Es como si tuvi¨¦ramos que aceptar que los personajes, los intereses, las verdaderas y falsas tramas de la vida son casi siempre las mismas

El 25 de agosto, Claudia Schiffer, el paradigma, el motor de la industria de las supermodelos de los a?os noventa, cumple 50 a?os. Se hace em¨¦rita. Recordaba eso cuando la vi, inmaculada, sin cambio alguno en ese rostro que lleva 30 a?os acompa?¨¢ndonos y vendiendo cosas caras desde la marquesina de una calle principal o en la pared de una droguer¨ªa buena. Siempre igual de serena y muda, bella y relajada, acompa?ada solo por la palabra Chanel. ?Qu¨¦ suerte de vida! Claudia nunca ha estado involucrada en ning¨²n l¨ªo, salvo aquella emplumada relaci¨®n con el mago David Copperfield. Era evidente que ¨¦l usaba much¨ªsima m¨¢s laca y m¨¢s autobronceador que ella.
Cumplir 50 a?os, pues, es fant¨¢stico. A m¨ª me ocurri¨® hace poco, igual que a Terelu Campos que, siempre precoz, se ha adelantado unos d¨ªas a su aut¨¦ntica fecha de cumplea?os y esta semana acapara portadas sorprendiendo con un potent¨ªsimo posado en ba?ador para la revista Semana. Mientras, Diez Minutos ofrece una retrospectiva de sus posados hist¨®ricos. Cuando cumples cincuenta asumes que los ¨²ltimos treinta han estado dominados por los mismos personajes populares. Los Windsor, por ejemplo, han estado presentes durante mis cincuenta a?os en distintos niveles de melodrama, tragedia, comedia y poder medi¨¢tico. Como los Borb¨®n. Es como si tuvi¨¦ramos que aceptar que los personajes, los intereses, las verdaderas y falsas tramas de la vida son casi siempre las mismas. Puede que uno cambie f¨ªsicamente, que aparezcan o desaparezcan personajes, pero la necesidad de narraciones y chismes permanece. Y solo unos cuantos pueden alimentarla.
Es curiosa la vida aunque sea real. El mismo d¨ªa que la reina Letizia pisaba Sant Antoni, en Ibiza, yo me alejaba de all¨ª como un capit¨¢n pirata cantando alegre en la popa de un velero. Alguien pregunt¨® si retras¨¢bamos la salida para saludar a la Reina. Me habr¨ªa encantado felicitarla por su empe?o en delimitar ese cortafuegos m¨¢gico entre su familia y la de su esposo. Decirle que siento mucho que las noticias sobre su suegro se empe?en en fastidiarles la gira. Y tambi¨¦n me hubiera encantado indagar sobre el accidente dom¨¦stico de su hija menor, Sof¨ªa, apenas llegaron a Marivent. Se ha escrito, con esa opacidad que hace proliferar diferentes versiones, que resbal¨® en una escalera. La joven tuvo que recurrir a unas muletas precisamente en esos d¨ªas en que el edificio de la monarqu¨ªa parlamentaria parec¨ªa tambalearse, por los pasos de gigante furioso del rey em¨¦rito en el traslado a su nuevo palacio de las mil y una noches.
El elefante abatido en Botsuana por Juan Carlos en 2012 ten¨ªa 50 a?os, los mismos que ahora cumple Claudia. Lo hemos sabido por la entrevista de Corinna Larsen en BBC Four. Admito que, desde que la conoc¨ª, me atrae la voz y el tono de Corinna que, como Terelu y yo, est¨¢ en la 50. Pero mejor armada y serena. Acero caliente y humeante. Un poquito de sexy, cercana pero distante. Son sus recuerdos de esa cacer¨ªa lo que m¨¢s me ha interesado de esta entrevista. ¡°Soy cazadora pero jam¨¢s he matado a un elefante ni nunca lo har¨ªa¡±, dispara. Aunque tiene buena punter¨ªa, asegura que ese viaje siempre le provoc¨® aprehensi¨®n, una manera dulce de decir miedo en ingl¨¦s. Jo, a ella y a nosotros.
En el aeropuerto, volv¨ª a cruzar delante del cartel de Claudia Schiffer, con sus 50 a?os. Serena, rubia y reina. Le lanc¨¦ una plegaria: que los cincuentones aprendamos pronto a ser como ella y nos mantengamos siempre alejados de l¨ªos peligrosos y con ese aspecto suyo, un poco cuadriculado quiz¨¢s, pero seren¨ªsimo. Y no terminar como el elefante de Botsuana.
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