Aprender a callar
Isabel D¨ªaz Ayuso, como Ch¨¢beli Iglesias, debe de aprender la importancia del silencio
Ch¨¢beli Iglesias ha vuelto a la portada de ?Hola! avalada por una entrevista llena de titulares. Reconociendo que quiz¨¢s fue precoz. Le preguntan si ha aprendido a escuchar, con ese tono filos¨®fico que adquieren las entrevistas de ?Hola! Ch¨¢beli responde: ¡°S¨ª. Y tambi¨¦n a hablar menos¡±. Es la definici¨®n m¨¢s reciente de lo que siempre entendimos como madurez. Hay que aprender a callar. Y no solo nosotros, nuestros l¨ªderes tambi¨¦n, como la rebelde Isabel D¨ªaz Ayuso, que es m¨¢s o menos de la quinta de Ch¨¢beli y decididamente tiene que entender la importancia del silencio antes de confinar frases como lo de ¡°f¨®rmulas intermedias creativas¡±. Y tambi¨¦n deber¨ªan aprender a escuchar Donald Trump y Joe Biden. Me da la triste sensaci¨®n de que quienes no ven a ninguno de los dos como un l¨ªder del que sentirse orgulloso, en realidad votar¨¢n otra vez por Trump.
A medida que cumplimos a?os buscamos m¨¢s f¨®rmulas intermedias creativas, igual que Ch¨¢beli, cuando asume que la sabidur¨ªa encierra tanto el escuchar m¨¢s como el hablar menos. Ya lo dec¨ªa Kung Fu: Conviene ser austero en la comunicaci¨®n. Lo cual no significa que recortemos vocabulario, porque mientras m¨¢s exactos seamos con las palabras elegidas m¨¢s descubrimos que existen palabras para definir absolutamente todo. Se trata de concretar que, sin querer ponerme tan filos¨®fico como mi respetada ?Hola!, pienso que es algo que la actual situaci¨®n pand¨¦mica nos transmite: solo lo importante es importante.
Pasemos a otra cosa. Siempre he cre¨ªdo que Paula Echevarr¨ªa y Paloma Cuevas ten¨ªan algo en com¨²n y no es la talla: son capaces de ofrecernos sus vidas como un espect¨¢culo semipl¨¢cido, volcado al amor y la familia y aunque sufren sobresaltos y cierta polarizaci¨®n, ellas jam¨¢s se despeinan. Paula acaba de anunciar que va ser madre de su actual pareja, el exfutbolista Miguel Torres. Y profetiza que su nacimiento revolucionar¨¢ su vida y la portada de ?Hola! si no se casa antes. Paloma tambi¨¦n vive otro tipo de revoluci¨®n: el divorcio de su marido de tantos a?os, Enrique Ponce, que amenaza, como el coronavirus, en alargar su conducta de soltero y casado que disfruta una nueva felicidad hasta que aparezca una vacuna. Paula es amiga de Paloma, seguro que algo habr¨¢n comentado de sus revoluciones pero lo que llama la atenci¨®n es la capacidad de hacerlo todo con esos gestos de ni?a buena, ese polarizado lenguaje de los gestos, tan descaradamente cursi que me hace pensar que esa es la verdadera revoluci¨®n: ponte m¨¢s cursilona que siempre funciona.
En un programa de televisi¨®n matinal, Carmen Lomana se mostr¨® antag¨®nica con la gesti¨®n de Enrique Ponce ante su nuevo amor. Al parecer, han detenido el divorcio, o lo han alargado o han decidido que en eso no van a ser cursis aunque las posturas est¨¢n muy polarizadas. Pero, si el divorcio de Enrique y Paloma se eterniza, como el secesionismo, Torra o las revelaciones del excomisario Villarejo (que sabe m¨¢s que Kung Fu, pero no calla), tendr¨ªa mucho que ver que ni Paloma ni Enrique han aprendido, como Ch¨¢beli, a saber callar de verdad, sin mensajeros.
Espero, como todos, que no le fastidien a Paloma en nada. Que no vaya a ser que Enrique y Ana no quieran vivir en La Finca, la urbanizaci¨®n m¨¢s acorazada del pa¨ªs, porque han o¨ªdo que es un muermo solo comparable a Sotogrande o a Abu Dabi. Quiz¨¢s temen que si se impone un nuevo confinamiento, por m¨¢s metros de jard¨ªn que tenga la mansi¨®n, estar aislado en un sitio de por s¨ª aislado, no es el mejor ant¨ªdoto para que el amor no se desgaste. Y no hay nada m¨¢s anticlim¨¢tico que un amor escandaloso que languidece por aburrimiento.
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