La marquesa que rompe los cors¨¦s de la aristocracia brit¨¢nica
¡°No quiero ser definida por el color de la piel¡±, reclama Emma Weymouth, la primera mujer de raza negra en ostentar el t¨ªtulo y rostro popular gracias a un concurso televisivo de baile
Ha sabido cautivar a los televidentes brit¨¢nicos con su gracejo a la hora de encarar la salsa o la rumba en un programa de m¨¢xima audiencia. Es una mujer de 34 a?os, guapa y extrovertida, que se esfuerza en parecer accesible cuando reclama que le llamen ¡°simplemente Emma¡±. Ese relajo en las formas no acaba de agradar a un cierto sector de la nobleza brit¨¢nica, de la que lady Weymouth entr¨® a formar parte por v¨ªa matrimonial, aunque lo que realmente escuece a algunos es la sangre africana que corre por sus venas. ¡°Es bueno ver un cambio cultural, pero no quiero ser definida por el color de la piel¡±, ha subrayado Emma Weymouth tras convertirse este mismo a?o en la marquesa de Bath a ra¨ªz de la muerte de su suegro. La primera marquesa negra en la historia de la aristocracia del Reino Unido.
Su atractivo palmito, embutido en espectaculares modelos de atrevido escote, es la estrella del n¨²mero con el que la revista Tatler ¨Cla biblia de la alta sociedad brit¨¢nica- estrenar¨¢ el A?o Nuevo. Desde sus p¨¢ginas, es presentada como la nueva se?ora de Longleat, una de las m¨¢s fabulosas mansiones isabelinas del pa¨ªs construida por los ancestros de su marido, Ceawlin Thynn, con 128 habitaciones y enclavada en una inmensa finca del sur de Inglaterra. Lady Weymouth no elude en la entrevista las cuestiones de etnia, aunque intenta orillar la controversia imprimi¨¦ndole un prisma positivo: ¡°Tengo dos hijos con herencia nigeriana (por parte del abuelo materno) y espero que crezcan en un mundo donde eso ya no sea relevante¡±.
Aparentemente s¨ª lo fue para su suegra, lady Bath, cuando esta hija de un magnate del petr¨®leo de Nigeria y de una socialite brit¨¢nica se cas¨® en 2013 con el vizconde Thynn. La madre del novio boicote¨® la boda reprochando que se fueran a diluir ¡°400 a?os de l¨ªnea de sangre¡±, un extremo que ella niega pero que su hijo ha confirmado recordando, adem¨¢s, que nunca ha hecho un esfuerzo por conocer a los nietos. Tampoco asisti¨® al evento el padre de Ceawlin, el exc¨¦ntrico marqu¨¦s de Bath, aunque m¨¢s motivado por una cuita personal con su heredero que por el perfil de la nuera.
La flamante vizcondesa era una joven nacida de la relaci¨®n extramarital entre Oladipo Jadesimi y Suzanna McQuiston (ambos estaban casados con otras parejas) y criada por su madre en el exclusivo barrio londinense de Kensington, donde recib¨ªa visitas peri¨®dicas del progenitor, residente en Lagos. ¡°Es una familia poco tradicional, pero funciona¡±, dijo en una ocasi¨®n. Licenciada en Historia del Arte, se instal¨® unos a?os en Los ?ngeles para probar suerte como actriz ¨Caspir¨® sin ¨¦xito a un papel en la serie Juego de tronos¨C pero acab¨® regresando a Londres para volcarse en sus otras dos pasiones: la culinaria, con su propio programa en la Red, y la moda.
Su ingreso en la nobleza no la disuadi¨® de ejercer de modelo ocasional para dise?adores como Dolce & Gabbana o de participar, el a?o pasado, en el concurso de baile de la BBC Strictly Come Dancing. Entonces ya era una vizcondesa que no atend¨ªa a cors¨¦s, ni siquiera a la hora de revelar que, despu¨¦s del dif¨ªcil embarazo de su primog¨¦nito John hace 5 a?os (la madre ten¨ªa inflamaci¨®n en las gl¨¢ndulas pituitarias), recurri¨® a un vientre de alquiler en Estados Unidos para tener a su segundo hijo, Henry, de 3 a?os. Pag¨® por ello 60.000 libras.
Su marido es el primero en considerar la popularidad de lady Weymouth todo un s¨ªmbolo de la moderna diversidad. Y gancho indudable para la promoci¨®n de Longleat, la hacienda familiar donde opera un safari que los visitantes (de pago) pueden recorrer en un tren para luego disfrutar del paisaje en una traves¨ªa por el lago. Sobre todo en este a?o complicado en el que la pandemia les ha forzado a varios cierres puntuales o a operar con severas restricciones tras la reapertura de puertas. El anfitri¨®n, Ceawlin, es hoy el octavo marqu¨¦s de Bath, t¨ªtulo heredado tras el fallecimiento de su padre, el pasado abril, a causa de la covid. Y su pareja, una dama que en el reportaje de Tatler se define ante todo como ¡°una esposa y madre normal¡±, si eso fuera posible en una rancia hacienda con 600 empleados. Aprovecha tambi¨¦n para avanzar un sinf¨ªn de proyectos de renovaci¨®n de Longleat, en los que jugar¨¢ a favor la publicidad de su famoso rostro. La marquesa m¨¢s at¨ªpica entre sus pares anuncia con ello que va a seguir en primera l¨ªnea y a su manera. Pese a quien pese.
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