Amor mutante
Ana de Armas debe aprender dos cosas: no hace falta un novio estrella de Hollywood para revalidar el talento y casi todo es reciclable menos el amor a uno mismo
Kiko Rivera ha vuelto a pulverizar la audiencia televisiva revelando que en 2018, su madre, Isabel Pantoja convenci¨® a una legendaria publicaci¨®n de que modificaran el color de ojos de su primera nieta para que ¡°parecieran m¨¢s azules¡±. O sea, m¨¢s que abusar del privilegio de ser una estrella medi¨¢tica, perpetr¨® una coqueta acci¨®n mutante.
S¨¦ que me puede caer una gorda pero no le quito la raz¨®n a la se?ora Pantoja en este asunto. Seamos un poquito sinceros: ?Qui¨¦n de los que hemos nacido morenos no hemos so?ado con tener ojos azules? Yo estaba terminando mi pubertad cuando aparecieron las lentillas de colores que te pon¨ªan el ojo azul como el del Superman de Cristopher Reeve o verde como los de Ornella Muti, dos actores supererotizantes de esos a?os. Intent¨¦ que mis padres me regalaran esas lentillas con colores mutantes pero el dinero no alcanzaba para alterar el curso natural de las cosas. Triste, s¨ª, pero por esa tristeza entiendo ahora a Pantoja. Ella conoce el ?Hola! por dentro y por fuera, sabe qu¨¦ tecla pulsar para conseguir que su narraci¨®n sea un ¨¦xito y c¨®mo usar su influencia para conseguir ese golpecito de Photoshop que arregle la terquedad de un ADN. Un amor mutante.
Como estamos viviendo tiempos mutantes, debemos empezar a asumir que nosotros tambi¨¦n debemos mutar un poco. Pero ni para bien o para mal, sino simplemente para sobrevivir. La primera que debe hacerlo es Ana de Armas. A m¨ª nunca me cay¨® muy bien Ben Affleck, pese a su talento y a su pel¨ªcula Argo. Me parece que tiene un ego un poco inflado. Ha roto su relaci¨®n con Ana de Armas, o la ha roto ella. Pero hemos visto como, supuestamente, el hermano de Ben se ha deshecho de una figura de cart¨®n a semejanza de Ana. Esa foto promocional es la demostraci¨®n de que no es buena idea hacerte una figura tridimensional de ti mismo porque a la m¨ªnima de cambio terminas rota en la basura, como ha pasado con Ana de Armas. Ben, eso no se hace. Cuando Ben fue novio de Jennifer L¨®pez, no paraba de regalarle joyas, en plan Richard Burton con Elizabeth Taylor, pero m¨¢s horteras. Un d¨ªa alguien descubri¨® a Affleck en un bar de alterne y le mand¨® fotos a Jennifer y se acab¨® esa relaci¨®n. Que yo recuerde, Jennifer no devolvi¨® ninguna joya, que me parece bien. Solo deseo que Ana aprenda dos cosas de esta lecci¨®n: uno, no hace falta un novio estrella de Hollywood para revalidar tu talento. Dos, recuerda que cualquier objeto se puede arrojar a la basura, casi todo es reciclable menos el amor a uno mismo.
Y, la verdad, tampoco pondr¨ªa las manos en el fuego porque el amor no sea reciclable. Prefiero verlo como algo que tambi¨¦n es mutante, o al menos mutable. Como lo que ocurre en el Congreso de los Diputados. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet y el Ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ya llevan un a?o de relaci¨®n y no se esconden. Otro efecto de la mutaci¨®n que estamos viviendo. Es que, ?por qu¨¦ habr¨ªan de esconderse? Enamorarse en el trabajo es una de las cosas m¨¢s tradicionales de nuestro pa¨ªs. Una prueba m¨¢s de que somos una naci¨®n caliente, que se apasiona con lo pr¨®ximo y deber¨ªa ser considerado de buena salud que se mezclen amor, pol¨ªtica y responsabilidades.
Reincidente, la Presidenta del Congreso ya estuvo casada con un diputado del PP durante m¨¢s de dos legislaturas y seguro que eso le ha dado el bagaje necesario para sobrellevar la relaci¨®n con un ministro. Su relaci¨®n bipartidista se acab¨® como se acab¨® el bipartidismo. En el momento en el que el sistema pol¨ªtico espa?ol mut¨®. Pero, ?sab¨¦is qu¨¦? Si esto fuese reversible, no pasa nada, lo aceptamos como una nueva mutaci¨®n y todos tan tranquilos. Estamos vacunados.
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