Adele, la estrella lenguaraz y controladora
La cantante, celosa de su vida privada, excluye de ella a quienes la traicionan. Estos d¨ªas celebra diez a?os de su disco ¡®21¡ä, el m¨¢s vendido del siglo
Se cumplen diez a?os del disco m¨¢s vendido del siglo XXI, el 21 de Adele, acaso la m¨¢s sorprendente y poli¨¦drica estrella del pop actual. El disco estuvo 23 semanas en lo m¨¢s alto de las listas brit¨¢nicas, lleva despachadas 31 millones de copias en todo el mundo, gan¨® siete Grammys y dos Brits. Nada mal para una chica de Tottenham, el barrio con la tasa de paro m¨¢s alta de Londres, que a los 13 a?os tuvo que dejar de tocar la flauta porque prefiri¨® los cigarrillos. El ¨¢lbum fue el segundo de su carrera. Su anterior largo, ...
Se cumplen diez a?os del disco m¨¢s vendido del siglo XXI, el 21 de Adele, acaso la m¨¢s sorprendente y poli¨¦drica estrella del pop actual. El disco estuvo 23 semanas en lo m¨¢s alto de las listas brit¨¢nicas, lleva despachadas 31 millones de copias en todo el mundo, gan¨® siete Grammys y dos Brits. Nada mal para una chica de Tottenham, el barrio con la tasa de paro m¨¢s alta de Londres, que a los 13 a?os tuvo que dejar de tocar la flauta porque prefiri¨® los cigarrillos. El ¨¢lbum fue el segundo de su carrera. Su anterior largo, 19, grabado tambi¨¦n para un sello independiente XL Recordings hab¨ªa sido un ¨¦xito, pero nadie pudo anticipar lo que significar¨ªa 21, ni mucho menos la forma en que su autora gestionar¨ªa aquel incre¨ªble ¨¦xito. A partir de aquel lejano 2011, Adele se convirti¨® en un referente, incluso Beyonc¨¦ declarar¨ªa que su disco 4, lanzado en verano de ese mismo a?o llegaba inspirado en parte por la obra de aquella chica inglesa, robusta, lenguaraz y segura de s¨ª misma, que rompi¨® arquetipos porque nunca dej¨® que la redujeran a eso.
Aquel 2011, adem¨¢s de lanzar el disco, Adele tuvo que operarse la garganta, no daba m¨¢s de s¨ª. Se cancelaron 34 fechas de su gira estadounidense y la mujer estuvo siete semanas sin poder hablar, algo que, especialmente para ella, debi¨® resultar altamente traum¨¢tico. ¡°Me pongo muy nerviosa cuando subo al escenario y no puedo m¨¢s que hablar y hablar y hablar¡±, declaraba a?os m¨¢s tarde quien rivaliza con Springsteen en los parlamentos m¨¢s largos sobre un escenario y con Kanye West, en los discursos m¨¢s memorables en la aceptaci¨®n de premios. ¡°Nada mal para una chica de Tottenham que odia volar¡±, dijo al recibir un Brit Award entregado desde el espacio por un astronauta de la Agencia Europea Espacial. Tiene fama de controladora, y una de las pocas veces en las que ha aceptado en p¨²blico una renuncia ha sido con respecto a su cuenta de Twitter. Declar¨® que cuando se la abri¨®, lo que m¨¢s hac¨ªa era mandar tuits en estado de embriaguez, hasta que su equipo de management decidi¨® quitarle la cuenta y formular un protocolo: cada tuit de la cantante ser¨ªa revisado por dos personas y luego firmado por ella antes de ser publicado.
Con lo que no cedi¨® fue con las filtraciones sobre su vida privada que empezaron a aparecer en los medios a ra¨ªz de la fama lograda con 21. Detalles de su complicada infancia, de su vida sentimental, opiniones sobre otros artistas e incluso detalles de la relaci¨®n con su propia apariencia. Entonces, Adele decidi¨® que iba a ser ella misma quien atajara el problema. Empez¨® a tener encuentros uno a uno con sus colaboradores e incluso con algunos amigos. En cada encuentro, siempre privado, ella soltaba un detalle sobre s¨ª misma que apenas nadie conoc¨ªa y que tampoco le importaba demasiado que llegara a o¨ªdos de los medios. Apuntaba a quien le hab¨ªa dicho cada cosa. Cuando eso aparec¨ªa en la prensa, inmediatamente cortaba lazos con la persona a quien se lo hab¨ªa contado.
Adele, de 32 a?os, es, en el fondo, una artista independiente, acostumbrada a hacer las cosas por s¨ª misma y tener una opini¨®n clara sobre todo lo que le incumbe, aunque a veces, como le pasa a la gente que acumula muchas opiniones, se contradice. Por ejemplo, se declar¨® votante del partido laborista brit¨¢nico, pero confes¨® m¨¢s tarde que, cuando le lleg¨® la reducci¨®n impositiva tras su primer a?o de ingresos gigantes, pens¨® en comprar una pistola y matar a alguien. Le parec¨ªa una barbaridad que le quitaran el 50%, teniendo en cuenta que la Northern Line del metro de Londres se aver¨ªa casi cada d¨ªa. Se deduce que Adele no sabe d¨®nde est¨¢ Andorra.
Un a?o despu¨¦s de lanzar el disco, con 22 a?os reci¨¦n cumplidos, fue madre. Le preguntaron si no era demasiado pronto para eso. Respondi¨®: ¡°Pues a m¨ª me parece demasiado tarde¡±. El padre fue un emprendedor llamado Adam Konecki, con quien hab¨ªa empezado una relaci¨®n a mediados de 2011. En 2017, los rumores sobre que la pareja hab¨ªa contra¨ªdo matrimonio crec¨ªan. Adele decidi¨® confirmarlo al m¨¢s puro estilo Adele, o sea durante el discurso de aceptaci¨®n de un Grammy, y como de pasada. ¡°Quiero darle las gracias a mi marido¡¡±. En 2019 se divorciaron, y meses despu¨¦s se confirmaba que su nueva pareja era el rapero Skepta, la otra gran estrella musical surgida de Tottenham este siglo. Se conocen desde 2016, cuando el rapero gan¨® el c¨¦lebre Mercury Music Prize por su disco de debut, Konnichiwa, y Adele le felicit¨® en redes. Una foto suya y la leyenda: ¡°Un chico de Tottenham¡±. M¨¢s tarde, ¨¦l declar¨® que se intercambiaba mensajes con la cantante y que era ella quien le manten¨ªa al tanto de lo que suced¨ªa en el barrio. Tambi¨¦n hablaban del devenir del Tottenham Hotspur, el equipo de f¨²tbol del que ambos son seguidores.
Este a?o, Adele ha sido noticia no solo a trav¨¦s de los rumores que perfilan c¨®mo ser¨¢ su nuevo disco, sino tambi¨¦n porque en mayo apareci¨® en p¨²blico pesando 70 kilos menos. Sin duda, la de Tottenham es una estrella diferente. Cuando medio mundo engorda en confinamiento, ella va y pierde una cifra ol¨ªmpica de kilos.