El ¨¦xito de una chica de barrio
Con solo tres trabajos de estudio, la cantante brit¨¢nica Adele protagoniza la ¨²ltima d¨¦cada musical y bate r¨¦cords con su nuevo disco
El regreso se ha hecho esperar. Cuatro a?os han pasado desde que Adele public¨® 21, aunque por el camino viese la luz un DVD de un concierto en el Royal Albert Hall de Londres y pusiese en 2012 su voz al servicio de la banda sonora de James Bond en Skyfall, canci¨®n por la que gan¨® un Oscar, un Globo de Oro y un Grammy. Se sab¨ªa que preparaba nuevo disco e incluso estaba previsto que se publicase en 2014, pero lo posterg¨® despu¨¦s de que invitase a escuchar sus nuevas composiciones al prestigioso productor Rick Rubin, una especie de rey Midas de los mandos de sonido que resucit¨® a Johnny Cash en los noventa y ha colaborado con gente tan dispar como Neil Diamond, Metallica, Crosby, Stills and Nash, Lana del Rey, Ed Sheeran, Eminem o Kanye West. Rubin le recomend¨® trabajar m¨¢s en las canciones y la vocalista decidi¨® tomarse m¨¢s meses. Fue un acierto. 25, su nuevo ¨¢lbum, ya est¨¢ haciendo historia.
El mundo del cine tiene un t¨¦rmino que define a la perfecci¨®n este tipo de producciones exitosas y con una trascendencia medi¨¢tica mundial: blockbuster. A falta de uno con las mismas resonancias y precisi¨®n para el mundo de la m¨²sica, el regreso discogr¨¢fico de Adele se puede considerar el gran blockbuster musical no solo del a?o, sino de lo que llevamos de siglo XXI. Al igual que una superproducci¨®n que llega a las pantallas de medio planeta y de la que todos est¨¢n al corriente, 25, publicado el viernes 20 de noviembre, es el bombazo de la taquilla, el mega ¨¦xito de las tiendas, un disco que ha batido r¨¦cords en Reino Unido y Estados Unidos al convertirse en el m¨¢s vendido de la historia durante la primera semana de su publicaci¨®n, dejando atr¨¢s obras ic¨®nicas de su tiempo como Be Here Now (1997), de Oasis o No Strings Attached (2000), de ¡®N Sync, que ocupaban estos lugares en las listas brit¨¢nica y estadounidense. Los pron¨®sticos, seg¨²n la empresa Nielsen, apuntan en la misma direcci¨®n: se prev¨¦ que 25 supere los m¨¢s de 30 millones de copias vendidas de 21, el anterior trabajo de Adele, y pase a ser uno de los ¨¢lbumes m¨¢s vendidos de todos los tiempos.
Este blockbuster musical incluso se impone al mayor del mundo del cine: el videoclip de Hello, el sencillo de adelanto, ha sido el m¨¢s visto de todo el a?o en YouTube y Vevo, ganando ampliamente en el n¨²mero de visionados al tr¨¢iler de Star Wars: Episodio VII - El despertar de la fuerza (508 millones de visionados frente a 64). Es el regreso de la actual emperatriz del pop, una artista que con solo tres trabajos de estudio ha protagonizado la ¨²ltima d¨¦cada en la industria musical.
Durante estos cuatro a?os entre un disco y otro, poco se ha sabido de la cantante, que acaba de anunciar una amplia gira por Europa con parada en Barcelona el 24 de mayo en el Palau Sant Jordi. A diferencia de las grandes estrellas del business, no es muy dada a los tours. De hecho, no fue hasta que lanz¨® el disco 21 cuando se anim¨® a recorrer otros pa¨ªses. Pero, a decir verdad, esta chica del barrio de Tottenham, uno de los m¨¢s pobres de Londres, poco tiene que ver con las superestrellas actuales. Si bien es cierto que compite en ventas e impacto medi¨¢tico con Rihanna, Taylor Swift, Madonna, Beyonc¨¦, Jay-Z, Lady Gaga, Justin Bieber o Miley Cirus, tambi¨¦n lo es que no cumple con las reglas de entretenimiento del pop. Su est¨¦tica, su forma de ser e incluso su forma de relacionarse con sus fans se alejan bastante de un universo dominado por unos c¨¢nones de belleza, exhibicionismo e irreverencia millonaria que no se encuentran en su biograf¨ªa. Adele, considerada por la revista Time como una de las mujeres m¨¢s influyentes, es la antiestrella pop.
Con 27 a?os y tres discos, que llevan el t¨ªtulo de la edad que tiene al publicarlos, aunque 25 corresponda a cuando empez¨® a componerlo, no se mueve por las pautas habituales en el pop. No muestra su vida ni opina por las redes sociales. Su discogr¨¢fica le abri¨® hace apenas unas semanas una cuenta de Instagram, en la que se puede ver a una Adele de ni?a, y es casi imposible que se enzarce en batallas en Twitter o sus seguidores sepan qu¨¦ est¨¢ haciendo en sus vacaciones, grabaciones o conciertos. Una vez tuite¨® bajo los efectos del alcohol y desde entonces su m¨¢nager le quit¨® la posibilidad de utilizar su cuenta. Se mostr¨® encantada por esta decisi¨®n y lo m¨¢s que se supo de ella en 2013 es que hab¨ªa suspendido el carn¨¦ de conducir. Muchos se preguntaban qu¨¦ era de Adele. En plena c¨²spide del ¨¦xito con 21, desapareci¨® del mapa y encauz¨® su vida en una direcci¨®n impensable entre las divas del pop, con las que tampoco comparte imagen, por mucho que haya adelgazado 30 kilos, ni esa necesidad de explotar su sexualidad.
La cantante expone poco de su vida en la Red. Su m¨¢nager le quit¨® el control de Twitter al publicar un mensaje ebria
Celosa de su intimidad, apenas trascendi¨® en estos cuatro a?os que se emparej¨® con Simon Konecki, ejecutivo de una organizaci¨®n caritativa, al que le dedica Water Under the Bridge, incluida en su ¨²ltimo ¨¢lbum. Con ¨¦l tuvo en 2012 un hijo, Angelo, nombre que lleva tatuado y al que protege ferozmente de los paparazis. La cantante gan¨® una batalla judicial para evitar que la agencia Corbis difundiese fotograf¨ªas de la primera vez que el ni?o fue a la guarder¨ªa. Recientemente, ha asegurado que la motivaci¨®n principal para regresar ha sido Angelo, al que le dedica Remedy en 25. Seg¨²n sus palabras, quiere que su hijo pueda sentirse orgullosa de su madre y ver en el futuro c¨®mo volvi¨® a tomar las riendas de su carrera.
Parte de este sentimiento viene por la experiencia de su propia madre, que con 20 a?os, despu¨¦s de que su padre las abandonase, nunca acudi¨® a la universidad por tener que llevar dinero a casa. Fue su madre quien la acompa?¨® a su primer concierto de The Cure en Finsbury Park y quien m¨¢s de cerca vio su pasi¨®n por la m¨²sica: desde su enamoramiento adolescente por Mike Skinner de The Streets, al que le lleg¨® a enviar cartas, hasta su decisi¨®n de ser cantante tras escuchar un disco de Etta James, quien es tambi¨¦n su m¨¢xima inspiraci¨®n est¨¦tica.
Adele s¨ª pudo ir a la universidad. Durante sus a?os de estudiante en la escuela de Artes grababa canciones y, gracias a que un amigo las colg¨® en MySpace, fue fichada por el sello independiente XL Recordings. Entonces, todo sucedi¨® a¨²n m¨¢s r¨¢pido, pasando de tocar en cuesti¨®n de tres a?os en el club Scala de King¡¯s Cross, donde se hac¨ªa el silencio cada vez que sub¨ªa al escenario con su guitarra ac¨²stica, su cerveza en la mano y su pinta de chica de barrio, a la gala de los premios Brit 2011, cuando su interpretaci¨®n de Someone Like You eclips¨® a todas las dem¨¢s estrellas y la catapult¨® al ¨¦xito mundial. Luego, esta mujer de risa f¨¢cil y vozarr¨®n herido y melanc¨®lico desaparecer¨ªa. Pero, ahora, Adele ha regresado con m¨¢s fuerza que nunca. Estamos ante el mayor blockbuster musical de este siglo XXI.
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