Michelle Pfeiffer se libera de sus demonios a los 62 a?os
La actriz admite que le dan verg¨¹enza algunos de los papeles que la catapultaron a la fama y asegura que ahora le gustar¨ªa hacer m¨¢s teatro
Fue una de las actrices m¨¢s destacadas de los a?os ochenta y noventa, ha recibido tres nominaciones a los Oscar y ha sabido salir hasta en dos ocasiones de la espiral de Hollywood. Hace ya cinco a?os que Michelle Pfeiffer regres¨® m¨¢s reposada a la meca del cine y ahora celebra su vuelta con French Exit, una nueva comedia negra que protagoniza y con cuyo personaje ha empatizado hasta el punto de haber podido liberarse de sus propios demonios. ¡°Hay algo incre¨ªblemente liberador en alguien que dice lo que piensa con tanta libertad. Ella puede ser grosera y muy cortante a veces, pero me encanta su actitud¡±, ha dicho la actriz sobre Frances, el nuevo papel que interpreta y del que asegura no tener nada que ver en la realidad.
Pfeiffer probablemente no se parezca mucho a ninguno de sus personajes, y eso que tiene unos cuantos que echarse a la espalda. Actriz por vocaci¨®n y determinaci¨®n pero no por preparaci¨®n acad¨¦mica, la oriunda de California lleg¨® a la actuaci¨®n tras pasar por varios concursos de belleza. Hizo su debut cinematogr¨¢fico en 1980, junto a Tony Danza en Los caballeros de Hollywood y dos a?os despu¨¦s protagoniz¨® la segunda parte del musical Grease. Su gran oportunidad lleg¨® en 1983 con El precio del poder, donde comparti¨® protagonismo con Al Pacino y, desde entonces, trabaj¨® sin descanso. Solo en la siguiente d¨¦cada protagoniz¨® Las brujas de Eastwick (1987), Casada con todos (1988), Las amistades peligrosas (1988), Batman Returns (1992) y La edad de la inocencia (1993).
Convertida en una verdadera estrella fue precisamente el excesivo trabajo lo que llev¨® a Pfeiffer a tomarse dos descansos de cuatro a?os a lo largo de la d¨¦cada de los dosmil. Entonces, sus fieles admiradores pensaron que se hab¨ªa retirado, pero ahora revela que, simplemente, necesitaba parar: ¡°Cuando trabajaba, trabajaba mucho. Entonces creo que la gente se acostumbr¨® a verme mucho¡±. La crianza de sus dos hijos y querer dedicar tiempo a su familia tambi¨¦n influy¨®. ¡°Antes de que nacieran los ni?os, mi trabajo era mi vida, y estaba en el buen sentido. Cuando eran peque?os, pod¨ªa llevarlos conmigo, pero luego se volvi¨® m¨¢s complicado. Se convirti¨® en un desaf¨ªo para los directores contratarme y era m¨¢s f¨¢cil conseguir que otra persona hiciera el papel¡±. Regres¨® en 2007 y en 2013 se tom¨® otro descanso antes de volver con fuerzas en 2017 con Madre! y Asesinato en el Orient Express. ¡°Me di cuenta de que mi hija estaba mirando universidades y pens¨¦: Esto me va a afectar mucho. Es hora de que vuelva a hacer pel¨ªculas¡±, explica ahora en una entrevista con la revista Town & Country, donde revela que, aunque no ha dejado de trabajar en estos ¨²ltimos a?os, lo ha hecho con una nueva madurez. ¡°En esta industria nunca te guardan tu asiento. Es muy competitiva. Est¨¢ ese tiempo de transici¨®n en el que ni eres joven ni tienes la edad suficiente para ser la abuela. Estoy en una edad en la que las partes se vuelven m¨¢s interesantes para m¨ª. Supongo que el momento realmente funcion¨®, porque no siento que me haya perdido mucho¡±.
A sus 62 a?os asegura que ya no tiene nada que temer y, como si de un paralelismo con el nuevo rol que asume ahora en pantalla se tratase, no tiene tapujos en confesar que siente verg¨¹enza de algunos de los personajes que ha interpretado a lo largo de su trayectoria. ¡°Me he sentido mejor con algunas de las actuaciones que no han gustado tanto a la cr¨ªtica. Los [personajes] que me hacen sentir verg¨¹enza son, por lo general, los que obtengo las mejores cr¨ªticas¡±, ha reconocido. ¡°Vi El precio del poder y dije, ¡®ah, pues estoy bien¡¯. Rara vez me gusta mi trabajo. Solo veo las pel¨ªculas una vez. Es demasiado doloroso¡±.
Adem¨¢s del intenso ritmo de Hollywood, Michelle Pfeiffer nunca ha llevado con agrado el inter¨¦s que suscita la vida privada de las celebridades. De natural reservada, su fama de rechazar entrevistas y de ser una actriz dif¨ªcil la precede, y ella asume parte de culpa. ¡°Muchas veces no mantuve la compostura. En eso no era buena. No me deshac¨ªa [de los paparazis], pero hu¨ªa de ellos. Me aterrorizaron. Honestamente, fue muy invasivo¡±, ha reconocido recientemente en otra entrevista con la revista Stellar. Esto incit¨® a la actriz y a su marido, el productor de televisi¨®n estadounidense David E. Kelley, a establecerse en las afueras de San Francisco, en una finca donde criaron a sus dos hijos: Claudia Rose, la hija que ella adopt¨® hace 26 a?os; y John Henry, el hijo de 25 a?os producto de la uni¨®n entre ambos.. Ahora, viven los cuatro en una nueva casa en Los ?ngeles que se compraron a principios del a?o pasado, y donde han pasado juntos la cuarentena por la pandemia del coronavirus.
Tras casi 30 a?os casada, la int¨¦rprete disfruta tambi¨¦n de un dulce momento y reflexiona sobre el ¨¦xito de su matrimonio. ¡°Somos lo suficientemente diferentes como para mantener el inter¨¦s el uno por el otro, pero somos incre¨ªblemente compatibles. Creo que nuestras prioridades est¨¢n muy bien adaptadas. Y eleg¨ª bien; eleg¨ª uno realmente bueno¡±, ha asegurado Pfeiffer.
Adem¨¢s de una pel¨ªcula por a?o, en los ¨²ltimos tiempos se ha mantenido ocupada con su l¨ªnea de fragancias Henry Rose, que lanz¨® en 2019. ¡°El lado positivo fue que tuve que estar muy concentrada en el negocio¡±. Y el mes pasado se anunci¨® que interpretar¨¢ a Betty Ford en La Primera Dama, una pr¨®xima serie centrada en tres esposas de expresidentes de Estados Unidos. Preguntada por lo que le queda por hacer, Michelle Pfeiffer lo tiene claro: ¡±Quiero hacer m¨¢s teatro. Es lo que desear¨ªa haber podido hacer m¨¢s¡±. Seguro que ser¨¢ cuesti¨®n de tiempo verla sobre las tablas.
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