Los desfiles de Par¨ªs practican el optimismo realista
El sentimiento de evasi¨®n y el despertar a una nueva normalidad son la base de unas colecciones de moda en las que la sencillez marca la pauta
En estos tiempos de presentaciones digitales, un pu?ado de fotos puede transmitir mucho m¨¢s que uno de esos v¨ªdeos ingeniosos y/o espectaculares que buscan mantener la atenci¨®n de un p¨²blico desmotivado. Le ocurri¨® a Schiaparelli en la pasada semana de la alta costura, que logr¨® que sus poderosas im¨¢genes fueran las m¨¢s compartidas en redes. Y le acaba de ocurrir a Dries van Noten en esta reci¨¦n iniciada semana de la moda de Par¨ªs. El dise?ador belga tambi¨¦n film¨® su colecci¨®n, pero fueron las fotograf¨ªas que le hizo Casper Sejersen a 47 bailarines y modelos las que consiguieron expresar de verdad una idea tan pertinente como cat¨¢rtica: la necesidad de liberar la frustraci¨®n a trav¨¦s del movimiento. La moda lleva recurriendo a la danza como veh¨ªculo de expresi¨®n casi desde que existe, sin embargo, Dries, como suele ser habitual en ¨¦l, no ha jugado a la grandilocuencia sino a la sencillez. Bastaba un escenario en penumbra (el del teatro deSingel de Amberes) y las contorsiones libres de sus modelos y bailarines para hablar de contenci¨®n y liberaci¨®n de las emociones y, sobre todo, para explorar las posibilidades casi infinitas que emergen cuando el cuerpo en movimiento interact¨²a con el vestido que lo envuelve. M¨¢s a¨²n cuando, como es su caso, el ejercicio creativo est¨¢ centrado en la luz, el color y las texturas sobre patrones aparentemente simples. En un a?o en que la moda est¨¢ obligada a replantear sus valores y estrategias, Dries van Noten fue el primer creador que se posicion¨® contra la velocidad de la industria y sus desajustes en materia de venta y consumo. Solo fabrica dos colecciones femeninas al a?o, y aunque siempre fue un firme defensor del desfile tradicional, esta ¨²ltima presentaci¨®n demuestra que es capaz de dejar su impronta a trav¨¦s de otras v¨ªas.
La idea de la liberaci¨®n, f¨ªsica y emocional, sobrevuela de alg¨²n modo las propuestas de buena parte de los dise?adores en los primeros d¨ªas de Par¨ªs. ¡°Como los dem¨¢s, he hecho esta colecci¨®n en confinamiento. El aislamiento, para algunos, puede suponer un veh¨ªculo para la creaci¨®n, quer¨ªa explorar eso. Adem¨¢s de explorar qu¨¦ pasar¨¢ cuando volvamos a salir al mundo¡±, explica Johnny Johansson, director art¨ªstico de Acne Studios. Esa premisa se traduce en trajes monocrom¨¢ticos de color pastel que se alternan con otros mucho menos dulces, en blanco y negro, y, sobre todo, con el juego de texturas: de la comodidad extrema de piezas que emulan los edredones a la calidez visual del punto gordo.
Cecilie Bahnsen tambi¨¦n participa en ese juego de escapismo y calidez; no solo porque la creadora danesa sea una de las abanderadas de ese estilo buc¨®lico- rom¨¢ntico que tanto triunfa esta temporada, tambi¨¦n porque su v¨ªdeo de presentaci¨®n refleja en im¨¢genes el sentimiento que provocan sus dise?os: la escapada. De la soledad y la met¨¢fora urbana de un enorme parking a la libertad y la paz de una desierta playa de Dinamarca. Un argumento sencillo, pero que encaja a la perfecci¨®n con esos vestidos voluminosos de texturas delicadas que entremezclan punto y seda reciclada. El tacto, que hab¨ªa pasado a un segundo plano en favor de los juegos visuales, se ha convertido en otro de los grandes protagonistas esta temporada de desfiles. Las razones son obvias.
Lo que no era tan evidente es que Marine Serre presentara una colecci¨®n optimista. Si la joven dise?adora se ha convertido en un gran nombre del calendario en solo tres a?os es porque su idea dist¨®pica del mundo, mascarilla y prendas de protecci¨®n mediante, supon¨ªan un soplo de aire fresco en una industria que hace un a?o manejaba otros discursos menos catastrofistas. Pero todo ha cambiado, hasta Marine, que ahora quiere, seg¨²n comenta, ¡°explorar el confort que aportan los actos cotidianos¡±. Lo ha hecho, como los dem¨¢s, con una presentaci¨®n sencilla, una p¨¢gina web llamada Marine Serre Core en la que se detalla el proceso creativo (ella es una de las voces destacadas del upcycling, el reciclaje de tejidos y prendas sobrantes) y un pu?ado de fotograf¨ªas que muestran escenas costumbristas, charlar, pasear al perro, regar las plantas o tomar caf¨¦. Pero aunque el esp¨ªritu sea el contrario, las prendas son casi las mismas: patchwork, prendas deconstruidas y, por supuesto, su omnipresente luna estampada, quiz¨¢ uno de los logos m¨¢s reclamados del pasado a?o. Si hay una tendencia recurrente entre las firmas es la de recuperar el archivo con intenci¨®n a enfatizar la identidad de cada una. En el caso de Serre, adem¨¢s es ¡°una forma de ver d¨®nde estamos como marca y qu¨¦ ha cambiado y qu¨¦ no en los ¨²ltimos tres a?os¡±.
Cien a?os han pasado desde que naci¨® Gaby Aghion y casi 70 desde que fundara Chlo¨¦, la ense?a que convirti¨® en moda el esp¨ªritu bohemio de la orilla izquierda del Sena. En su primera colecci¨®n para la casa, Gabriela Hearst ha querido recuperar ese hito con una colecci¨®n filmada, obviamente, en el barrio parisino de Saint Germain des Pr¨¦s y compuesta casi ¨ªntegramente por vestidos f¨¢ciles de llevar combinados con prendas exteriores que fusionan patrones deportivos con est¨¦ticas neo-hippies. Es esta mezcla sutil de referencias la que consigue que Hearst no caiga en el manido estereotipo del boho y sus prendas respiren novedad, aunque tengan la mirada puesta en el archivo.
Nicolas Di Felice es otro debutante en esta semana. Su primera colecci¨®n para Courr¨¨ges es, como no pod¨ªa ser de otra forma, una actualizaci¨®n de esa simplicidad de l¨ªneas puras que encumbr¨® a la marca en los 60. No parece nada f¨¢cil volver a resucitar una ense?a tan anclada a una ¨¦poca y sobre todo, a un estilo, el de la Ciencia Ficci¨®n y la Era Espacial, pero si hay alg¨²n momento para jugar la carta de la evasi¨®n y los mundos posibles, es este. Aunque si hay alguien que ha sabido hacer de la evasi¨®n una forma de vida ese es Rick Owens. Y, por supuesto, sigue siendo Rick Owens: esta vez ha sustitu¨ªdo el Palais de Tokio por la orilla del mar, pero sus sacerdotisas techno siguen ah¨ª, dando otra de vuelta de tuerca m¨¢s a su simb¨®lico uniforme, tan dif¨ªcil de explicar como f¨¢cil de reconocer.
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