Las memorias de Sharon Stone, una mirada a los m¨¢s bajos instintos de Hollywood
La actriz habla del rodaje de ¡®Instinto B¨¢sico¡¯ y los ataques de p¨¢nico que sufri¨®, de c¨®mo se sinti¨® tras verse sin ropa interior en la pantalla o de los abusos que ha vivido en su carrera por ser mujer
Antes de convertirse en una estrella con garra, talento y esa imagen de fuerza y desbordante sexualidad que le otorg¨® el que fue su primer gran t¨ªtulo, Instinto B¨¢sico, Sharon Stone solo era una joven actriz que buscaba su oportunidad definitiva. Cuando le lleg¨® aquel t¨ªtulo, la int¨¦rprete ten¨ªa 32 a?os y hab¨ªa hecho ya 17 pel¨ªculas. Entonces se agarr¨® a la pel¨ªcula de Paul Verhoeven como la oportunidad definitiva para alcanzar el estatus de estrella que siempre ansi¨®. No se equivocaba. Pero tampoco imaginaba lo que vivir¨ªa en aquel rodaje y lo que todo lo que rodeaba a esa cinta le har¨ªa comprender.
Stone cuenta todo ello y a¨²n m¨¢s en sus memorias, The Beauty of Living Twice (La belleza de vivir dos veces, 256 p¨¢ginas editadas por Atlantic Books), que se publicar¨¢n el 1 de abril y de las que la edici¨®n estadounidense de Vanity Fair ha obtenido un largo extracto. En ¨¦l, Stone explica que antes de enfrentarse a ese t¨ªtulo era una mujer ¡°t¨ªmida e introvertida¡±, y que fue gracias a su profesor de actuaci¨®n, Roy London (que tambi¨¦n le dio clases a Brad Pitt, Geena Davis y Robert Downey Jr., entre otros), cuando se vio capaz de afrontar esos retos interpretativos. ¡°Sab¨ªa que era mi ¨²ltima oportunidad¡±, escribe Stone.
La sexualidad es una cuesti¨®n muy marcada en las memorias de Stone; al menos en el pedazo que se ha dado a conocer de las casi 260 p¨¢ginas del volumen. ¡°Chuck, mi agente entonces, me dijo que nadie me contratar¨ªa porque no era sexy. No era, como dec¨ªan en Hollywood por entonces, ¡®follable¡±. Su profesor la ayud¨® a quitarse complejos y a que se lanzara a interpretar a Catherine Tramell en Instinto B¨¢sico, un papel que le cost¨® mucho conseguir. Para empezar, su manager se col¨® en el despacho del director y rob¨® el guion. Ella tard¨® ¡°siete u ocho meses¡± en conseguir que Verhoeven la viera, porque el coprotagonista, Michael Douglas, no quer¨ªa hacer una prueba con ella. ¡°No era nadie comparada con ¨¦l, y era una pel¨ªcula muy arriesgada. Le ofrecieron el papel a otras 12 actrices que lo rechazaron y entonces Michael accedi¨® a probar conmigo. Ahora somos amigos. Me ense?¨® much¨ªsimo¡±, relata.
Aquella pel¨ªcula de 1992 le dio fama y fortuna. Cuenta que cuando acudieron al Festival de Cannes tuvo que improvisar un vestido con un bikini y su pareo porque unos fans asaltaron su suite y se llevaron su ropa, afianzando su estatus de estrella... pero tambi¨¦n de principiante, porque no ten¨ªa dinero para comprarse nada m¨¢s.
La de Pennsylvania no pasa por alto la c¨¦lebre escena por la que la pel¨ªcula qued¨® marcada para siempre en la retina de millones de espectadores: la de su c¨¦lebre cruce de piernas. Describe c¨®mo la llamaron para ver la pel¨ªcula y que cuando lleg¨® se encontr¨® con ¡°una sala llena de agentes y de abogados que no ten¨ªan nada que ver con el proyecto.¡± ¡°Y as¨ª me encontr¨¦ por primera vez con un plano de mi vagina, mucho despu¨¦s de que me hubieran dicho: ¡®No se ve nada, solo necesitamos que te quites las bragas porque el blanco refleja la luz, y se nota que las tienes puestas¡¯. S¨ª, ha habido muchos puntos de vista sobre este tema, pero como soy yo la de la vagina en cuesti¨®n, dejadme deciros: los otros puntos de vista son una mierda¡±.
Despu¨¦s, cuenta que ¡°nada m¨¢s import¨®¡±. ¡°?ramos yo y mis partes ah¨ª, ten¨ªa que tomar decisiones. Fui a la cabina de proyecci¨®n, abofete¨¦ a Paul, me fui, cog¨ª el coche y llam¨¦ a mi abogado, Marty Singer. Me dijo que no pod¨ªan estrenar la pel¨ªcula as¨ª, que pod¨ªa pedir una orden, lo que para empezar la calificar¨ªa de X¡±, explica, relatando que adem¨¢s tendr¨ªa al sindicato de actores de su parte. Stone se lo pens¨® mucho, much¨ªsimo, recuerda en esta autobiograf¨ªa. Ya le hab¨ªa costado hacer ese papel, que le implic¨® conectar con partes muy oscuras de s¨ª misma, sufrir ataques de p¨¢nico, despertarse entre pesadillas por las noches... ¡°y esto volv¨ªa a suponer un reto¡±. ¡°Tras el pase, le di a conocer a Paul las opciones que me hab¨ªa dado Marty. Por supuesto, neg¨® de forma vehemente que tuviera cualquier opci¨®n. Solo era una actriz, solo una mujer ?qu¨¦ posibilidades iba a tener? Pero las ten¨ªa. As¨ª que pens¨¦ y pens¨¦ y decid¨ª permitir la escena. ?Por qu¨¦? Porque era lo correcto para la pel¨ªcula y para el personaje y porque, pese a todo, la hab¨ªa hecho¡±.
Esa toma de alternativas consciente la ha acompa?ado a lo largo de toda su carrera. No siempre con seguridad, como ella misma confiesa: ¡°Tomaba decisiones desde las cicatrices de una ni?a de ocho a?os, y desde esas heridas profundas que no hab¨ªa aprendido a sanar. Lo fing¨ª hasta que lo logr¨¦¡±. A lo largo de estas d¨¦cadas no ha dudado en posicionarse, por ejemplo, en pos de actores homosexuales en momentos en los que eran marginados de la industria, o en criticar abiertamente a quienes han trabajado con ella ¡°demasiados colocados para hablar, demasiado borrachos para conducir¡±. ¡°Nunca me ha ido muy bien con eso, no es un posicionamiento popular, sobre todo no entonces, ni siendo mujer. Ser¨ªa justo decir que me jod¨ª a m¨ª misma¡±.
El sexo ha estado muy presente en su carrera: ¡°Ha sido algo a tener en cuenta¡±, relata en el libro, ¡°y no solo en pantalla¡±. Aunque tambi¨¦n dice que eso se debe a su condici¨®n de mujer y a estar siempre rodeada de hombres, ¡°solo hombres, cientos de hombres¡±, puesto que sol¨ªa ser la ¨²nica f¨¦mina en el rodaje a excepci¨®n de la dise?adora de vestuario, en general. ¡°No creo que sea en absoluto algo en particular sobre este negocio¡±, reflexiona. De hecho, reclama m¨¢s acciones legales para hombres y mujeres que han sufrido abusos, y afirma que la falta de acci¨®n jur¨ªdica ¡°es un crimen por s¨ª mismo¡±.
Para Stone ser actriz ¡°lo era todo, absolutamente todo¡±, relata, explicando que amaba desde leer el guion hasta ¡°el aroma del plat¨®¡±. Cuenta que se ha volcado al 100% en todos sus proyectos, fueran grandes, peque?os, populares... ¡°Incluso con los peores directores, como el que dijo que no me dirigir¨ªa porque rechac¨¦ sentarme en su regazo¡±, rememora. ¡°S¨ª, era una pel¨ªcula multimillonaria, yo era la estrella y el estudio no dijo ni hizo nada¡±, explica gr¨¢ficamente, relatando que se pasaba el d¨ªa en su caravana con su beb¨¦. La pel¨ªcula, cuenta, fue un fracaso. ¡°Pero como superestrella, que entonces lo era, y como mujer, no ten¨ªa nada que decir. As¨ª era mi d¨ªa a d¨ªa. Incluso un director colocado y abusivo ten¨ªa m¨¢s poder que yo¡±.
Los abusos los ha vivido por parte de productores, como el que le sugiri¨® que deb¨ªa acostarse con su compa?ero de reparto ¡°para tener qu¨ªmica¡±. ¡°?Qu¨¦ te crees, que porque me acueste con ¨¦l ser¨¢ mejor actor? Nadie es tan bueno en la cama. Pens¨¦ que deb¨ªan contratar a un compa?ero con m¨¢s talento, que pudiera llevar una escena y acordarse de su texto. Tambi¨¦n pens¨¦ que pod¨ªan irse a la mierda y dejarme en paz¡±.
Sharon Stone cuenta que todav¨ªa le gusta actuar y que siente ¡°orgullo¡± por su trabajo: ¡°Me lo he ganado¡±. Dice que ser actriz es su pasi¨®n, ahora incluso m¨¢s que antes, porque est¨¢ c¨®moda, ha vivido experiencias que la ayudan y todo es mucho m¨¢s f¨¢cil¡±. Tambi¨¦n porque siente menos presi¨®n, ya no es su ¨²nica raz¨®n de vivir. ¡°Cuando la jornada de trabajo se acaba, buena o mala ¡ªy suele ser buena¡ª vuelvo a una casa llena de amor, as¨ª que no pasa nada¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.