La semana de la moda madrile?a termina entre reivindicaciones y ganas de volver a celebrar
Este domingo comienza Madrid es Moda, una iniciativa para acercar a dise?adores y clientes, que quiere contribuir a paliar las ca¨ªdas de ventas provocadas por la pandemia y resucitar el sector
Se hicieron test de ant¨ªgenos diarios a los participantes, se repartieron mascarillas y hab¨ªa dispensadores de gel hidroalcoh¨®lico en cada esquina. La Semana de la Moda madrile?a cerr¨® ayer sus puertas tras cuatro d¨ªas, m¨¢s de una veintena de desfiles presenciales y las gradas a un 30% de capacidad. ¡°Hay que apoyar. Es complicado terminar una colecci¨®n ahora que los tiempos se alargan, pero el desfile sigue siendo la mejor herramienta de comunicaci¨®n. Cuando nos llamaron dijimos que s¨ª al momento¡±, comentaba Custodio Dalmau, de Custo Barcelona, en las horas previas a su show del viernes. ¡°Puede que en estos ¨²ltimos meses se haya denostado al desfile, pero para nosotros sigue siendo crucial, sobre todo los que tienen discurso, una intenci¨®n y un mensaje detr¨¢s. Adem¨¢s, si no est¨¢s, luego no puedes o no deber¨ªas opinar¡±, dice Sergio de L¨¢zaro quien, junto a Ver¨®nica Abi¨¢n, forma Otrura, la marca que debut¨® en la pasarela madrile?a el pasado jueves y que gan¨® el premio que otorga L¡¯Or¨¦al a la mejor colecci¨®n. Su firma resulta poco convencional dentro del entorno de la moda espa?ola: practican la sastrer¨ªa contempor¨¢nea, prendas para el d¨ªa a d¨ªa centradas en el corte y los matices y se autodenominan ¡°casa de moda contempor¨¢nea¡± para restarle protagonismo al dise?ador y conced¨¦rselo a los oficios que hacen posible su trabajo. El mensaje de su desfile estaba claro: poner en valor el trabajo del personal de su taller en Ciudad Real, ¡°la Espa?a vaciada¡±, dicen.
No han sido los ¨²nicos que han utilizado la pasarela como veh¨ªculo para la reivindicaci¨®n. De hecho, si por algo han destacado estos cuatro d¨ªas de desfiles ha sido por los alegatos que cada dise?ador o marca ha hecho a trav¨¦s de sus colecciones. Otrura y otro debutante, Pablo Erroz, han centrado su discurso en la importancia de la artesan¨ªa nacional y en la recuperaci¨®n del oficio. En ?ngel Schlesser y en Maison Mesa la marca hom¨®nima del director creativo de ambas, Juan Carlos Mesa, se habl¨® de diversidad en sentido amplio, con modelos de distintas edades, tallas, razas y cuerpos. Ulises M¨¦rida dio forma a su colecci¨®n junto a 12 mujeres v¨ªctimas de la trata para dar visibilidad a este problema y Eduardo Navarrete montaba en el Florida Retiro el pasado jueves su ¡®teatro chino¡¯ una gran fiesta en homenaje a Manolita Chen, la artista transexual que derrib¨® barreras durante la Transici¨®n.
La fiesta o mejor dicho, las ganas de fiesta, fue la idea que sobrevol¨® en buena parte de las colecciones. No solo porque muchos dise?adores nacionales, como Fernando Claro, Hannibal Laguna o Isabel Sanch¨ªs centren buena parte de su negocio en las ocasiones especiales o las prendas por encargo, sino sobre todo porque la situaci¨®n actual lo demanda, ese momento de transici¨®n hacia una nueva normalidad que ha cambiado para siempre nuestra relaci¨®n con la ropa: ?gatha Ruiz de la Prada propon¨ªa prendas de corte funcional y pr¨¢ctico, Maya Hansen combinaba la est¨¦tica futurista del l¨¢tex con la simplicidad del pa?o, Custo Barcelona hace lo propio con sudaderas salpicadas de tejidos brillantes o pantalones iridiscentes con el corte de un ch¨¢ndal y Brain & Beast rescataba literalmente los peque?os objetos que moldean sus recuerdos familiares para hablar de un futuro cercano en el que la moda combinar¨¢ funcionalidad y poder de evasi¨®n, artesan¨ªa y carisma.
Pero esta fiesta no ha terminado. De hecho, acaba de empezar. El domingo una cabalgata en el Paseo del Prado sirve como pistoletazo de salida de Madrid es Moda, una iniciativa que, como paso l¨®gico al desfile tradicional, busca acercar a los dise?adores con el cliente final. ¡°Surgi¨® hace cinco a?os, cuando en las reuniones nos d¨¢bamos cuenta de que faltaba ese punto. En otras semanas de la moda la ciudad entera participa e involucra a sus habitantes¡±, comenta Pepa Bueno, directora ejecutiva de la Asociaci¨®n de Creadores de Moda de Espa?a (ACME). En el pasado intervinieron las calles, decoraron escaparates y se fueron haciendo visibles. Con la pandemia lleg¨® el apoyo del Ayuntamiento de Madrid y un nuevo centro de operaciones, el MediaLab Prado. Muchas de las firmas involucradas presentar¨¢n sus colecciones de esta primavera (es decir, las que ya est¨¢n a la venta) en distintos puntos de la capital, pero todas tienen un espacio en este centro multidisciplinar para vender su trabajo a todo el que quiera acercarse. ¡°Se accede con cita previa, y tenemos a cuatro estilistas asesorando al cliente. Se podr¨¢n probar las prendas y despu¨¦s adquirirlas en una p¨¢gina web habilitada para ello¡±, explica Pepa Bueno. La pandemia afect¨® especialmente al sector de la moda espa?ola, con una ca¨ªda en las ventas de, en el mejor de los casos, el 30%. Ya no se trata solo de poner en valor la moda de autor nacional, tambi¨¦n de resucitarla. Porque, como comentaba Eduardo Navarrete tras su desfile: ¡°La moda es una fiesta y un motivo de celebraci¨®n, pero por encima de todo es un negocio. Y yo quiero vender¡±.
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