El ¨²ltimo y m¨¢s duradero amor de Jackie Kennedy
El comerciante de diamantes Maurice Tempelsman fue el fiel compa?ero de la ex primera dama durante 15 a?os hasta su muerte


En solo unos d¨ªas se cumplen 27 a?os de la muerte de Jackie Kennedy que ahora tendr¨ªa 92 a?os. Pese al tiempo pasado, su figura sigue despertando fascinaci¨®n. Su historia ha sido recreada en libros y pel¨ªculas en repetidas ocasiones, pero hay una etapa de su vida que siempre ha permanecido en un segundo plano: la que ocup¨® su ¨²ltimo y m¨¢s duradero amor, Maurice Tempelsman. Este comerciante de diamantes belga fue su fiel y discreto compa?ero, un hombre que a diferencia de sus maridos ¨Cel presidente de Estados Unidos John F. Kennedy y el armador griego Arist¨®teles Onassis¨C siempre busc¨® el anonimato. A su lado vivi¨® su ¨²ltima y m¨¢s larga historia de amor aunque nunca se casaron, ya que Tempelsman no estaba divorciado de su esposa, con quien tuvo tres hijos
Nacido en B¨¦lgica en 1929 en una familia de jud¨ªos ortodoxos en Amberes, Maurice Tempelsman comenz¨® a trabajar para su padre, un comerciante de diamantes, a la edad de 16 a?os. No sospechaba entonces que acabar¨ªa cruz¨¢ndose en su vida Jackie Kennedy y que tendr¨ªa con ella una relaci¨®n amorosa. Con sus padres emigr¨® a los Estados Unidos y a los 21 a?os ya se hab¨ªa convertido en millonario despu¨¦s de negociar un acuerdo con el Gobierno de los Estados Unidos para almacenar diamantes para usos industriales, como las brocas de los taladros petroleros. Tambi¨¦n particip¨® activamente en la promoci¨®n de las relaciones entre este pa¨ªs y ?frica y ayud¨® a financiar el primer viaje de Nelson Mandela a EE UU.
Fue gracias a sus conexiones que Tempelsman conoci¨® a Jackie en la d¨¦cada de 1950, cuando organiz¨® una reuni¨®n entre el entonces senador Kennedy y los comerciantes de diamantes sudafricanos, aunque pasaron muchos a?os m¨¢s antes de que su relaci¨®n se convirtiera en algo m¨¢s que amistad.
Tempelsman apoy¨® el trabajo de Jacqueline Kennedy como editora y compartieron el amor por el coleccionismo de arte: el arte africano para ¨¦l, el griego para ella. Fueron de vacaciones juntos a Martha¡¯s Vineyard, la isla en la que ella ten¨ªa una casa que construy¨® en los a?os setenta y que es uno de los refugios estivales de la aristocracia del noreste de Estados Unidos. Incluso recibieron al entonces presidente Bill y Hillary Clinton a bordo del yate de Tempelsman, Relemar, el a?o antes de la muerte de Jackie. La pareja tambi¨¦n disfrut¨® de placeres m¨¢s simples como caminar juntos por Central Park.
Con Maurice Tempelsman, Jackie fue feliz pero en 1993 supo que ten¨ªa c¨¢ncer. Con el fin de cuidar a su compa?era, Tempelsman instal¨® su oficina en su apartamento para no separarse de la mujer que amaba. El 19 de mayo de 1994 la ex primera dama falleci¨® rodeada de sus m¨¢s cercanos familiares ¨Dsus dos hijos y Tempelsman¨D a los 64 a?os. En su funeral, su compa?ero ley¨® el poema Ithaca, de Cavafis, que modific¨® para la ocasi¨®n. ¡°Y ahora el viaje se acab¨®, demasiado corto, ay, demasiado corto (...) Estaba lleno de aventura y sabidur¨ªa, de risa y amor, de valent¨ªa y de agradecimiento. As¨ª que adi¨®s, adi¨®s¡±.
En las 36 p¨¢ginas de su testamento, Jackie Kennedy dej¨® a Tempelsman poderes para su ejecuci¨®n. Algunos estiman que su fortuna era en el momento de su muerte de entre 100 y 200 millones de d¨®lares. Sus hijos recibieron, adem¨¢s, un d¨²plex en la Quinta Avenida, dos casas en Massachusetts y 250.000 d¨®lares cada uno, adem¨¢s de un fondo establecido por su padre y alimentado econ¨®micamente por Jacqueline. El testamento distribu¨ªa otras cantidades y propiedades entre familiares, amigos ¨ªntimos y la fundaci¨®n ben¨¦fica, C. & J. (Caroline y John). A Maurice Tempelsman, que contribuy¨® a multiplicar la fortuna heredada de Arist¨®teles Onassis, le leg¨® algo muy querido para ella: ¡°Mi escultura griega en alabastro de la cabeza de una mujer¡±.
Tempelsman tiene ahora 91 a?os, es presidente de la junta directiva de Lazare Kaplan International, la compa?¨ªa de diamantes m¨¢s grande de los Estados Unidos, socio general de Leon Tempelsman & Son, una sociedad de inversi¨®n especializada en bienes ra¨ªces y capital de riesgo. Vive en Nueva York alejado de la atenci¨®n medi¨¢tica y no se le ha vuelto a conocer ninguna pareja.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
