Lord Mountbatten, el hombre que marc¨® a cuatro generaciones de la familia real brit¨¢nica
El primo de Isabel II fue asesinado en 1979. Ahora el IRA pide perd¨®n por primera vez por la muerte de quien fue mentor del pr¨ªncipe Carlos
Lord Mountbatten tuvo 11 nietos, pero en su vida ninguno fue tan relevante como el ¡°honor¨ªfico¡±. As¨ª llamaba a Carlos de Inglaterra, que a su vez correspond¨ªa a ese afecto con el t¨ªtulo de ¡°abuelo honor¨ªfico¡±. Al contrario que Mountbatten, el pr¨ªncipe no ten¨ªa abuelos, ni por parte de padre (Andr¨¦s de Grecia muri¨® en una habitaci¨®n de hotel en Montecarlo en 1944) ni de madre (el rey Jorge VI falleci¨® en 1952). Por lo que todo su afecto recalaba en quien fue su amigo y mentor.
Es de suponer, por tanto, que ...
Lord Mountbatten tuvo 11 nietos, pero en su vida ninguno fue tan relevante como el ¡°honor¨ªfico¡±. As¨ª llamaba a Carlos de Inglaterra, que a su vez correspond¨ªa a ese afecto con el t¨ªtulo de ¡°abuelo honor¨ªfico¡±. Al contrario que Mountbatten, el pr¨ªncipe no ten¨ªa abuelos, ni por parte de padre (Andr¨¦s de Grecia muri¨® en una habitaci¨®n de hotel en Montecarlo en 1944) ni de madre (el rey Jorge VI falleci¨® en 1952). Por lo que todo su afecto recalaba en quien fue su amigo y mentor.
Es de suponer, por tanto, que el heredero al trono se habr¨¢ sentido reconfortado o simplemente en paz cuando haya sabido que el IRA, el grupo terrorista que mat¨® a su mentor en agosto de 1979, ha hecho un acto de contrici¨®n y ha reconocido lo ¡°doloroso¡± que debi¨® ser aquel asesinato para su familia. Ocurri¨® hace pocos d¨ªas cuando se pronunci¨® Mary Lou McDonald, hoy l¨ªder del Sinn F¨¦in (el que fue brazo pol¨ªtico de la organizaci¨®n terrorista), en un gesto que marca as¨ª las distancias con su predecesor, Gerry Adams. En una entrevista radiof¨®nica, McDonald fue preguntada sobre si le pedir¨ªa disculpas a Carlos. ¡°El Ej¨¦rcito y las Fuerzas Armadas vinculadas con el pr¨ªncipe Carlos perpetraron muchas acciones violentas en nuestra isla y puedo decir, por supuesto, que lamento lo que ocurri¨®¡±, afirm¨®.
Fueron 23 kilos de explosivos colocados la noche anterior en la barca con la que saldr¨ªa a pasear lo que mat¨® a lord Louis Francis Albert Victor Nicholas Mountbatten, primer conde Mountbatten de Birmania, que falleci¨® en un hospital horas despu¨¦s del atentado. Esa carga tambi¨¦n acab¨® con las vidas de su nieto Nicholas, de 14 a?os; con la de un muchacho de 15 a?os de ese pueblo, Mullaghmore, a 20 kil¨®metros de Irlanda del Norte, que sali¨® a ayudarles a faenar; y con la de su consuegra. Sobrevivieron su hija mayor, Patricia, su yerno y otro de sus nietos, Timothy, gemelo de Nicholas.
Aquel atentado marc¨® un antes y un despu¨¦s en la familia real. Carlos perdi¨® a un mentor, pero no fue el ¨²nico que sinti¨® la baja. Isabel II ve¨ªa marchar a algo as¨ª como un t¨ªo ¡ªella era tataranieta y ¨¦l bisnieto de la reina Victoria¡ª y a un poderoso consejero, sobre todo en sus primeros a?os de reinado. Y Felipe de Edimburgo se le iba un t¨ªo carnal (era hermano de su madre, Alicia de Battenberg) y sobre todo un consejero, un amigo, casi un segundo padre.
Compart¨ªan Felipe de Edimburgo y Dickie (diminutivo de Richard, nombre que no pose¨ªa; le llamaban Nicky, pero al haber demasiados en la familia, entre ellos el zar Nicol¨¢s II zar de Rusia, modificaron la ene por la de) mismo car¨¢cter, misma forma de ser. Hombres de guerra y de mar, se formaron muy pronto como militares. Mountbatten empez¨® su formaci¨®n con solo 13 a?os y con 16 entr¨® en la Marina. Batall¨® al final de la I Guerra Mundial y tuvo gran importancia su papel en la India, de la que fue su ¨²ltimo virrey, pero tambi¨¦n su primer gobernador general independiente del pa¨ªs, como le enconmend¨® Nehru. Por orden del entonces primer ministro, Clement Attlee, fue quien puso en marcha la independencia del pa¨ªs y su divisi¨®n en India y Pakist¨¢n (despu¨¦s lleg¨® Banglad¨¦s).
Su relaci¨®n con el n¨²cleo m¨¢s duro de la familia real se remontaba a Eduardo VIII (el t¨ªo de Isabel II que dej¨® el trono por amor a Wallis Simpson) cuando todav¨ªa era pr¨ªncipe de Gales. Viajaron juntos a Australia en 1920 y a India y Jap¨®n en 1921. As¨ª entablaron una gran amistad que se mantuvo con los a?os. Pero fue con su sobrino Felipe, al que acogi¨® en el Reino Unido tras verse obligado a exiliarse de Grecia y tener que vivir por media Europa, gracias al que entr¨® en el c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo de la familia. Fue ¨¦l ¡ªdicen las siempre oficiosas biograf¨ªas¡ª quien le insisti¨® al rey Jorge VI que llevara a sus hijas, Isabel y Margarita, de visita a la escuela nav¨ªo Dartmouth Royal Naval College aquel 22 de julio de 1939, y quien gestion¨® que fuera un joven oficial Felipe el que hiciera de gu¨ªa para las princesas. Si aquello fue una maniobra de acercamiento entre los j¨®venes, le sali¨® redonda. Isabel qued¨® prendada de Felipe, tanto que a?os despu¨¦s el romance acabar¨ªa en un matrimonio de 73 a?os. Su legado ha continuado salt¨¢ndose una generaci¨®n. Archie, el hijo de Enrique y Meghan Markle, lleva de manera casi honor¨ªfica el apellido Mountbatten, que fue el de Dickie y Felipe.
Otra maniobra amorosa no le sali¨® tan redonda: intent¨® unir a su nieta Amanda, hija de su hija Patricia, lady Brabourne, con el pr¨ªncipe Carlos. A mediados de los setenta, el heredero rozaba la treintena y confiaba ciegamente en su t¨ªo abuelo, con quien ten¨ªa una conexi¨®n mucho mayor que con su padre. Y ¨¦l le recomend¨® que se casara con su nieta. La relaci¨®n era amistosa y las familias parec¨ªan de acuerdo, pero lady Brabourne no accedi¨® ya que la joven entonces era todav¨ªa una adolescente. Llegaron a planear una gira juntos por India en 1980. Carlos no se decidi¨® a pedirle matrimonio a la joven¡ªde entonces 22 a?os¡ª hasta ese 1979, poco despu¨¦s del atentado de Dickie, cumpliendo una especie de ¨²ltima voluntad. ¡°Estaba muy encari?ado con ella¡±, cuenta Robert Lacey en su libro Battle of Brothers: William and Harry (Batalla de hermanos: Guillermo y Enrique). Pero para ella era ¡°renunciar a s¨ª misma¡±. As¨ª que cuando la llev¨® a un viaje por Bahamas y le propuso matrimonio ella le rechaz¨®.
Pero la m¨¢s curiosa de las historias de amor que rodearon a Mountbatten fue la suya. Se cas¨® con lady Edwina en 1922, con 22 a?os, y ambos tuvieron multitud de amantes durante su matrimonio de casi cuatro d¨¦cadas. ¡°Pasamos nuestra vida matrimonial meti¨¦ndonos cada uno en las camas de otros¡±, fueron las palabras con las que el propio lord Mountbatten admiti¨® sus mutuos escarceos. Edwina fue muy criticada por la conservadora prensa de entonces por esas relaciones, entre las que se rumore¨® al propio Nehru (se escrib¨ªan con mucha frecuencia, aunque su hija menor, Pamela, asegur¨® que Edwina solo era ¡°su confidente¡±), mientras que su esposo sol¨ªa salir indemne, pese a atribu¨ªrsele romances con actrices como Shirley MacLaine o muchas relaciones homosexuales con chicos j¨®venes y del Ej¨¦rcito. Hasta su ch¨®fer en Malta confirm¨® sus visitas habituales a un burdel gay de oficiales de la marina.
M¨¢s all¨¢ de la aristocracia, los amor¨ªos o la influencia que ejerci¨® sobre sus allegados, lord Mountbatten trascendi¨® por sus muchos inventos: de el¨¢sticos para zapatos a buenas cremalleras. Como ¨¦l mismo dijo: ¡°He hecho tantas cosas en mi vida que no s¨¦ qu¨¦ he sido en realidad. Quiz¨¢ deba decir que lo verdaderamente importante de todo lo que he hecho ha sido crear un sistema para curar la cojera de los caballos¡±.