Uno de los grandes ingleses de nuestro tiempo
Lord Mountbatten de Birmani, almirante de la flota brit¨¢nica y ¨²ltimo virrey de la India, quer¨ªa pasar a la historia por haber sido el inventor de un m¨¦todo especial para curar la cojera de los caballos. Pasar¨¢ como uno de los grandes ingleses de nuestro tiempo.No era un exc¨¦ntrico, ni tampoco era un doctor en caballos, pero su hobby -el hobby que tiene todo brit¨¢nico para alternarlo con la precisi¨®n cotidiana de la vida- era el de inventar.
Invent¨® sistemas especiales para realizar comunicaciones navales y mejorar las que los grandes ingenieros de su pa¨ªs han dado a la navegaci¨®n moderna, y de los que ¨¦l se benefici¨®, para ser uno de los mejores navegantes, en la guerra y en la paz, de su pa¨ªs.
Tambi¨¦n ide¨® nuevas f¨®rmulas para hacer m¨¢s seguras, eficaces y duraderas las cremalleras, tormento, por su tradicional fragilidad, de nobles y plebeyos.
Su ¨²ltimo invento fueron unos lazos el¨¢sticos para ajustar mejor los zapatos. Gran andador, como todos los brit¨¢nicos -sobre todo, los brit¨¢nicos de su edad-, Lord Mountbatten conoc¨ªa a la perfecc¨ª¨®n cu¨¢les eran las necesidades ortop¨¦dicas que deb¨ªa satisfacer.
Pero, para ¨¦l, la principal idea fue la que le ayud¨® a curar sus caballos. ?He hecho tantas cosas en mi vida?, afirm¨® hace alg¨²n tiempo, ?que no s¨¦ qu¨¦ he sido en realidad. Quiz¨¢ deba decir que lo verdaderamente importante de todo lo que he hecho ha sido crear ese sistema para curar la cojera de los caballos.?
El suyo fue un car¨¢cter abierto una cualidad que hered¨® su sobrino, el pr¨ªncipe Felipe de Edimburgo, consorte de la reina de Inglaterra, y que en general tiene la familia Battenberg, que es la suya y la de los Reyes de Espa?a.
En mayo pasado abri¨® sus tierras y su casa, en Broadlands, al p¨²blico, que acudi¨® en grandes contingentes a ver de cerca los tesoros de la memoria de uno de los seres m¨¢s admirados del Reino Unido. El pr¨ªncipe Carlos, heredero al trono, tambi¨¦n se acerc¨®. Pero no ten¨ªa consigo la libra que se exig¨ªa como pago de la entrada. Lord Mountbatten le prest¨® el dinero.
Considerado como uno de los personajes m¨¢s influyentes de la corte brit¨¢nica, Lord Mountbatten era asimismo uno de los ingleses m¨¢s populares. Hace unas semanas, uno de los tabloides de m¨¢s circulaci¨®n, el Daily Mirror, public¨® una entrevista con Mountbatten, en la que se afirmaba que era uno de los hombres m¨¢s atractivos del Reino Unido y que, a pesar de su edad, todav¨ªa recib¨ªa docenas de cartas de admiradoras.
Para la generalidad de los brit¨¢nicos, Lord Mountbatten es tambi¨¦n un prototipo de lo que en el mundo se entiende por esp¨ªritu ingl¨¦s. Una vez lo dijo ¨¦l mismo, comentando el cambio de su nombre, que pas¨® de Battemberg (con el que naci¨®) al de Mountbatten, traducci¨®n inglesa de aquella palabra alemana. ?La verdad es que variar mi nombre ha sido una decisi¨®n absurda, porque en realidad mi apellido en ingl¨¦s no me va a hacer m¨¢s ingl¨¦s de lo que ya soy. ?
En 1922, cuando contrajo matrimonio con Edwina Ashley (muerta 38 a?os m¨¢s tarde en Borneo), Lord Mountbatten visit¨® Estados Unidos y recibi¨® de otro ingl¨¦s admirable, Charles Chaplin, el regalo de boda m¨¢s preciado: una pel¨ªcula realizada por el propio Charlot, en la que la joven pareja era protagonista.
Lord Mountbatten naci¨® como Louis Francis Albert Victor Nicholas de Battenberg. Era el cuarto hijo del pr¨ªncipe Louis de Battenberg y de la princesa Victoria de Hesse-Darmstadt, nieta de la reina Victoria, de Inglaterra. Est¨¢ emparentado con casi todas las familias reales europeas. Sobrina de la reina Victoria Eugenia, de Espa?a, fue en la corte de San Jaime un gran valedor del Conde de Barcelona y del actual Rey de Espa?a, Juan Carlos I. Seg¨²n informaciones oficiosas recogidas por el corresponsal de EL PAIS en Londres, Carlos Mendo, Mountbatten estaba trabajando activamente en los ¨²ltimos tiempos para conseguir una invitaci¨®n oficial al Reino Unido para los reyes de Espa?a.
Lord Mointbatten era el prototipo del h¨¦roe brit¨¢nico, que combina su car¨¢cter aguerrido con un esp¨ªritu filantr¨®pico y el sentido del humor que tanto le sirvi¨® para alimentar sus innumerables hobbies de inventor. Fue tambi¨¦n un muchacho precoz. A los trece a?os ingres¨® en la Marina, y lleg¨® a ser Primer Lord del Almirantazgo y jefe de la Junta de Operaciones Navales. ?La Marina", dijo una vez, ?forma parte de m¨ª. Jam¨¢s podr¨¦ abandonarla.? Y estuvo en ella 52 a?os, combati¨® en dos guerras y lleg¨® a ser el comandante supremo de las fuerzas aliadas en el sureste de Asia. Dominador del franc¨¦s, el alem¨¢n y otras lenguas, era tambi¨¦n un sutil negociador diplom¨¢tico. Lord, Mountbatten fue el art¨ªfice de los estadios finales de la independencia de la India, adonde fue enviado por el Gobierno laborista de Attlee como ¨²ltimo virrey de aquel conflictivo territorio.
El virrey de la India lleg¨® a su puesto curtido por numerosas batallas que le dieron a las fuerzas aliadas el poder sobre la hegemon¨ªa que ostentaba Jap¨®n en las principales naciones de la zona. En la India, Lord Mountbatten libr¨® guerras incruentas, de car¨¢cter dial¨¦ctico. Al final su poder de persuasi¨®n fue suficiente para sentar a la mesa a personajes de car¨¢cter tan marcado como el suyo, pero a¨²n m¨¢s irreductibles: el pacifista Gandhi y el pol¨ªtico Nehru.
La impresi¨®n que los hind¨²es obtuvieron del ¨¦xito negociador del lord ingl¨¦s fue subrayado ayer por la descendiente de Nehru, Indira Gandhi, quien al enterarse de la muerte de Mountbatten coment¨®: ?Era una extraordinaria persona. India ha perdido un incondicional amigo. ?
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