El peaje
El divorcio de Bill y Melinda Gates es m¨¢s interesante que cualquier campa?a electoral sin debates
No existe mejor premio para el madrile?o que poder irse a un lugar con mar. Eso me sucedi¨® el d¨ªa despu¨¦s de las elecciones. Un pel¨ªn congestionado, por la explosiva combinaci¨®n de vino blanco y mezcal compartido con mis vecinos, mi marido, que es el mejor candidato del mundo, hab¨ªa agendado un rodaje en Altea para un programa en la televisi¨®n valenciana. Y all¨ª nos fuimos. Todo el viaje pensando en qu¨¦ es ser madrile?o, s¨ª, porque tanto Rub¨¦n como yo estamos felizmente adoptados p...
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No existe mejor premio para el madrile?o que poder irse a un lugar con mar. Eso me sucedi¨® el d¨ªa despu¨¦s de las elecciones. Un pel¨ªn congestionado, por la explosiva combinaci¨®n de vino blanco y mezcal compartido con mis vecinos, mi marido, que es el mejor candidato del mundo, hab¨ªa agendado un rodaje en Altea para un programa en la televisi¨®n valenciana. Y all¨ª nos fuimos. Todo el viaje pensando en qu¨¦ es ser madrile?o, s¨ª, porque tanto Rub¨¦n como yo estamos felizmente adoptados por la villa, no nacimos en ella pero somos parte de ella. Es lo que hace Madrid con los que vivimos all¨ª: somos escogidos, aceptados. Mutados. Y se nos recompensa con un escape a Altea a disfrutar del bello Mediterr¨¢neo en mayo.
Mi marido, ese candidato a compartir la felicidad vitalicia, volvi¨® a insistir en que yo no funciono bien hablando de pol¨ªtica. Me confes¨® que lleva d¨ªas intercambiando whatsapps sobre la supuesta amante traductora del chino mandar¨ªn y del canton¨¦s de Bill Gates y que, seg¨²n esa cadena de televisi¨®n llamada Fox News, propiedad de otro magnate, Rupert Murdoch, ser¨ªa la causante del divorcio de Melinda Gates y Bill Gates. ?Una traductora de los dos idiomas chinos al ingl¨¦s, de 36 a?os y con pasado de azafata de Delta Airlines! Esto es m¨¢s interesante que cualquier campa?a electoral sin debates. Primero por lo de hablar las dos lenguas chinas. Recordemos cuando se nos inform¨®, en un gesto de transparencia informativa, que la princesa Leonor aprender¨ªa chino mandar¨ªn aparte del ingl¨¦s y todos dijimos, wow, as¨ª debe ser, esa es la ruta, la ruta de la seda. Pues, ese es el peaje, hay que saber canton¨¦s y mandar¨ªn sino no avanzas, no conquistas el gigante chino. Ni Bill Gates se marca un First Dates contigo. Por supuesto que la dama en cuesti¨®n, Shelley Wang, ha se?alado a Fox News de estar enredando. Pero entonces aparece una antigua novia de Gates, Anne Wynbled, que deja caer que el megamagnate manten¨ªa una ¡°poco com¨²n¡± relaci¨®n con ella, que contar¨ªa con el benepl¨¢cito de Melinda, la esposa oficial. Wynbled y Bill se conoc¨ªan desde antes del matrimonio y habr¨ªan mantenido un acuerdo para seguir vi¨¦ndose, pese o con el benepl¨¢cito de sus matrimonios. Un peque?o peaje en un gran viaje.
A m¨ª me encantan estos acuerdos. Mi punto de vista es que, si Bill y Melinda se hicieron megamillonarios con acuerdos de este tipo, mi marido y yo y el resto del mundo quiz¨¢s prosperar¨ªamos asumiendo peajes similares. Puede sonar un poquito anticuado pero la fidelidad es un trauma de la clase media, un freno. Mientras el mundo se hace cada vez m¨¢s y m¨¢s liberal, parece importante alejarse de los gustos de la clase media. E intentar, en la medida de lo posible, gestionar una evoluci¨®n hacia conseguir ser un magnate que se divorcia 30 a?os despu¨¦s y tambi¨¦n hace dinero con ese divorcio. O sea, la fidelidad es cosa de perdedores. Y la ganancia est¨¢ en mantener un r¨ªo revuelto de antiguos y nuevos amores. Y que gane la mejor candidata.
La atrevida Pilar Eyre acaba de publicar en Lecturas el despilfarro en la manutenci¨®n del palacio de La Zarzuela, donde entre sus escasos habitantes est¨¢n la reina em¨¦rita y su querida hermana soltera. Unos amigos se escandalizaron por este tipo de peaje institucional pero yo pens¨¦ en la triste suerte que corren algunos palacios y su patrimonio. Por una raz¨®n u otra, siempre terminan abandonados o visitados por turistas chinos o curiosos exaltados como ha sucedido dos veces este mes en el palacio de Windsor. Una psic¨®loga me coment¨® que ese tipo de presencias y visitas inesperadas se producen, quiz¨¢s, porque nada da m¨¢s tristeza que un candidato derrotado o un palacio vac¨ªo.